Derecho a voto
Sobre lo resuelto hace pocos días por el pleno de la Convención, en torno a que los mayores de 16 años podrán votar, creo que lo resuelto, a mi juicio, apunta en el sentido correcto, toda vez que con el indiscutible y bien ganado reconocimiento de nuevos derechos y libertades que existen en la sociedad actual, así como con el mayor acceso a la información que tienen los jóvenes, existiría, a priori, más conciencia en lo que se hace y se opina.
David Urzúa Cuevas
Reforma constitucional
En la edición del 2 de mayo de El Mercurio de Valparaíso leemos: "Tercera vía: UDI propone nueva Constitución si gana el Rechazo". Todo indica que la Convención Constitucional no propondrá un texto de nueva Constitución que sea "la casa de todos"; por el contrario, exacerbará las divisiones, lo que hace probable que gane el Rechazo en el plebiscito ratificatorio.
Como tal resultado no dejaría conforme a los ciudadanos que en el plebiscito de entrada votaron por cambiar la Carta Fundamental, diversas personas han propuesto, en tal caso, realizar un nuevo proceso constituyente, lo que, aparte de los costos para el erario, prolongaría la incertidumbre y sus indeseables efectos económicos.
A fin de evitar estos inconvenientes me parece del todo razonable efectuar una simple reforma constitucional -para la que aún hay tiempo-: sustituir el inciso final del artículo 142 de la Carta Magna vigente por el que sigue: "Si la cuestión planteada a la ciudadanía en el plebiscito ratificatorio fuere rechazada, será tenida por nueva Constitución el texto del proyecto de reforma constitucional propuesto por la Presidenta Bachelet en marzo de 2018 (en su mensaje ingresado al Senado el 6 de marzo de 2018, boletín N° 11.617-07)".
Así, en caso que el Rechazo resultare ganador, el nuevo texto correspondería al de una Constitución redactada en democracia y con una amplia participación ciudadana; texto que podría ser reformado por el poder constituyente derivado.
Adolfo Paúl Latorre
Todo cambia
Este 1 de mayo, a casi dos meses de haber asumido, una encuesta indicó que aumentó la desaprobación al gobierno del Presidente Boric. La desaprobación al Mandatario alcanzó el 57,8% y la aprobación cayó al 24,2%. Respecto a la labor del gabinete, el 63,3% lo desaprueba, mientras que el 20,4% lo aprueba.
En una histórica participación de votantes en el plebiscito del 25 de octubre de 2020, el Apruebo por una nueva Constitución se impuso con el 78,27% y el Rechazo fue del 21,73%. Una nueva Constitución se redacta en una asamblea constituyente y en el plebiscito de salida los chilenos deberán elegir entre el Apruebo y el Rechazo. Así se definirá si se aprueba la nueva Constitución o se mantiene la de 1980, redactada durante la dictadura del general Pinochet, la cual fue modificada a través de los años en los gobiernos de la Concertación. Las últimas encuestas revelan que el Rechazo supera al Apruebo.
En su exilio en Suecia, el chileno Julio Numhauser Navarro escribió la canción "Todo cambia", que dice: "Cambia lo superficial, cambia también lo profundo, cambia el modo de pensar, cambia todo en este mundo". "Pero no cambia mi amor, por más lejos que me encuentre, ni el recuerdo ni el dolor de mi pueblo y de mi gente". "Y así como todo cambia, que yo cambie no es extraño".
Derico Cofré Catril
Conflicto en la Araucanía
En la Araucanía hay dos problemas: uno militar y otro político. El problema militar (ya no policial, eso quedó en el pasado por la falta de decisión de los políticos) debe ser abordado por profesionales preparados y armados, que vayan mucho más allá de un ingenuo control de carreteras mientras los violentos circulan por caminos interiores. El uso limitadísimo del estado de excepción, con freno de mano político, ha permitido algunos resultados mediocres, pero ha impedido capturar células completas de guerrilleros.
El problema político debe ser manejado por los políticos, ojalá distintos a los que por muchos años han agravado el conflicto. Y no debería haber policías ni militares en esa mesa, como tampoco nadie con palos, armas o fusiles de guerra.
El desparpajo de los que dicen que no hay que militarizar la Araucanía, cuando todos saben que existen grupos de individuos con fusiles de guerra traficando, robando, quemando propiedades, extorsionando y matando a civiles inocentes, solo se compara con la opinión del canciller ruso de hace unos días cuando dijo que si las cosas seguían así, había riesgo de una Tercera Guerra Mundial.
Ya no se trata de militarizar o no la Araucanía, una decidida acción militar no es deseable, pero hay que reconocer que se ha tornado inevitable. El Estado llega tarde, como siempre, pero mejor es que llegue. La inacción y las medidas tibias de los políticos han permitido "guerrillerizar" el problema. La pregunta actual es cuándo "desguerrillerizar" la Región.
José Luis Hernández Vidal