Agencias
Ucrania logró con la ayuda de la ONU y el Comité Internacional de la Cruz Roja evacuar a entre 80 y 100 civiles refugiados en la acería de Azovstal en Mariúpol, después de múltiples fracasos y en lo que Kiev ha calificado como la operación más difícil desde que estalló la guerra hace más de dos meses.
"Comenzó la evacuación de Azovstal. El primer grupo de unas cien personas ya está de camino hacia la zona controlada" por Ucrania, señaló el presidente Volodimir Zelenski, en Twitter, lo que luego confirmó el ministerio ruso de Defensa, aunque cifró en 80 los civiles evacuados de la planta metalúrgica, el último reducto de resistencia de Ucrania en Mariúpol y en la que permanecen unos mil civiles y soldados ucranianos, entre ellos unos 600 heridos, según Kiev.
Rusia, que ha cifrado en más de 2.000 los soldados parapetados en la fábrica, sostuvo que la evacuación ha sido posible "gracias a la iniciativa" del presidente ruso, Vladimir Putin, y que los civiles han sido "rescatadas" y "liberados" de los "nacionalistas ucranianos", en referencia al batallón de Azov.
En realidad, Zelenski llevaba semanas instando a la comunidad internacional a ayudarle para evacuar a los ciudadanos refugiados en el enorme territorio de la acería junto a soldados y combatientes del batallón de Azov y fue necesaria la mediación del secretario general de la ONU, António Guterres, para que pudiera tener lugar.
El portugués se reunió a principios de la semana con Putin, a quien arrancó un "principio de acuerdo" para implicar a la ONU y a la Cruz Roja en el operativo, tras lo cual viajó a Kiev para abordar los detalles con Zelenski, asegurándose que el organismo hacía "todo lo posible" para lograr la evacuación de los civiles de la acería.
El vocero de la Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU, Saviano Abreu, precisó que la operación comenzó el viernes, un día después de la visita de Guterres.
Operación y otro ataque
"Hemos llevado a cabo la operación más difícil desde el inicio de la guerra", dijo el jefe negociador de Ucrania, David Arakhamia, sobre la extracción de los civiles. "Hace solo dos semanas esto parecía imposible y hace una semana altamente improbable", recalcó.
Tras la evacuación sin embargo, el Ejército ruso reanudó los "ataques masivos" contra la acería, denunció esta madrugada el comandante de la 12ª Brigada de la Guardia Nacional, Denys Schleha, informó la agencia local Ukrinform.
Según el comandante, cada día el enemigo "presiona más y más" para tomar el control del sitio. Según sus estimaciones, todavía quedan varios cientos de civiles en los búnkeres de Azovstal, incluidos 20 niños.
Zelenski dijo ayer que hoy se reunirá con los primeros rescatados "en Zaporiyia", región sureña bajo control ucraniano.
"que no se rindan"
Paralelamente, Rusia atacó con misiles de alta precisión el aeropuerto de Odesa, en el sur de Ucrania y destruyó un hangar con armas y municiones que el Ejército ucraniano habría recibido de EE.UU. y países europeos.
"Misiles Onyx destruyeron cerca de Odessa en un aeródromo militar un hangar con armas y municiones y también destruyeron la pista", señaló el vocero del ministerio de Defensa, Igor Konashénkov.
Rusia también un "sabotaje" en un puente que colapsó en la región de Kursk, fronteriza con Ucrania, por lo cual se abrió una causa penal.
Finalmente, y aunque Kiev asegura haber "frenado" la ofensiva rusa, cree que el enemigo prepara la toma completa de Mykolaiv, para lo que necesita ocupar toda la región de Jersón.
Sin embargo, el ministro de Relaciones Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, aseguró ayer que Moscú no busca un cambio de régimen en Ucrania, sino que la guerra desatada con su invasión quiere "garantizar la seguridad de la población del este. No queremos que (Zelenski) se rinda, sino que ordene interrumpir las hostilidades. Nuestro objetivo no es el cambio de régimen en Ucrania, esa es especialidad de Estados Unidos", dijo en el canal italiano Rete4.