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Descubren cambios genéticos para adaptarse a deficiencia de zinc en dieta

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Científicos del Instituto español de Biología Evolutiva, fueron identificados cambios en la huella genética que facilitan que los humanos se adapten a la deficiencia de zinc en la dieta.

Desde la expansión de los humanos modernos por todo el mundo hace más de 60.000 años, estos adaptaron sus estilos de vida en función de los recursos alimenticios y nutrientes disponibles localmente, los que dejaron una huel,agenética.

Algunos de los casos más conocidos están asociados al metabolismo de los macronutrientes en el cuerpo humano e incluyen adaptaciones genéticas al consumo de lácteos, dietas ricas en grasas y alimentos con almidón, mientras que otras adaptaciones dejaron su huella en los genes relacionados con el transporte y metabolismo de los micronutrientes.

Un ejemplo es el zinc, un micronutriente esencial para mantenernos sanos y que es, después del hierro, el oligoelemento que se encuentra en mayor concentración en las células humanas. Entre sus funciones, el zinc ayuda al sistema inmunitario a combatir bacterias y virus que invaden el organismo, participa en la división y el crecimiento celular, en la cicatrización de heridas y en el metabolismo de los carbohidratos.

Durante el embarazo, la lactancia y la infancia, el organismo requiere zinc para crecer y desarrollarse correctamente.

Como los seres humanos obtienen el zinc a través de la dieta, la disponibilidad de este mineral en el suelo puede resultar crucial para la salud de los habitantes de cada territorio, pero en algunos lugares, como el sur de Asia y en particular India, su deficiencia es un problema nutricional serio.

El estudio, publicado en Scientific Reports, deja en evidencia que los genes implicados en el metabolismo del zinc se adaptaron de forma específica para garantizar su absorción y regulación en el organismo, especialmente en regiones con déficit de zinc en el suelo.

"Las importantes diferencias observadas entre poblaciones humanas de diferentes continentes en los genes encargados del transporte del zinc podrían tener consecuencias potenciales en diferentes rasgos de salud, contribuyendo a diversas susceptibilidades a enfermedades como el cáncer, la inmunodeficiencia o la diabetes", explicó la responsable de la investigación, Elena Bosch.

"Nuestro estudio puede ayudar a entender por qué determinadas enfermedades relacionadas con el metabolismo del zinc presentan una mayor incidencia en algunas poblaciones", concluyó Bosch.

Luna de Júpiter, candidata principal para albergar vida en el Sistema Solar

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Europa, una de las lunas de Júpiter, es una de las candidatas principales para albergar vida en el Sistema Solar y una investigación sugiere que bajo el hielo puede haber abundantes bolsas de agua, lo que aumentaría sus posibilidades de habitabilidad.

La helada Europa encierra un océano de agua salada que llama la atención de los científicos, pero está sellado bajo una capa de hielo de kilómetros de grosor que dificulta los estudios desde el espacio.

Sin embargo, cada vez hay más pruebas que revelan que la capa de hielo puede ser menos una barrera y más un sistema dinámico, y un lugar potencialmente habitable.

Un equipo liderado por la Universidad de Stanford (EE.UU) identificó un tipo de estructura en los hielos de Europa similar a las existentes en Groenlandia, unas crestas dobles o en forma de "M".

La coincidencia de este tipo de formación sugiere que bajo la capa de hielo de Europa puede haber abundancia de bolsas de agua de características también similares a las de Groenlandia y servirían para detectar entornos potencialmente habitables, según la investigación publicada en Nature Communications.

"Como está más cerca de la superficie, donde se obtienen sustancias químicas interesantes del espacio, de otras lunas y de los volcanes de Io (otra de las lunas de Júpiter), existe la posibilidad de que la vida tenga una oportunidad si hay bolsas de agua en la capa de hielo", dijo el autor principal del estudio, Dustin Schroeder.

Además, consideró que si el mecanismo observado en las crestas de hielo de Groenlandia "es como ocurren estas cosas en Europa, eso sugiere que hay agua en todas partes".

Teniendo en cuenta que un subsuelo terrestre es tan diferente del océano subterráneo de agua líquida de Europa, los autores se sorprendieron al ver que las formaciones que estrían esa luna se parecían a un rasgo menor de la superficie de la capa de hielo de Groenlandia. Tras un examen más detallado, descubrieron que la cresta en forma de "M" de Groenlandia podría ser una versión en miniatura de la característica más prominente de Europa.

En Groenlandia, "esta doble cresta se formó en un lugar en el que el agua de los lagos y arroyos superficiales se escurre con frecuencia hacia la zona cercana a la superficie y se vuelve a congelar", dijo otro autor de Stanford, Riley Culberg .

Hielo marino de la antártiCa marca otro récord histórico de descenso

PUBLICACIÓN. En febrero, la extensión congelada registró un mínimo nunca antes visto, que representa el segundo en cinco años. Según datos satelitales, bajó de los dos millones de kilómetros cuadrados por primera vez desde que hay registros.
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Agencias

En febrero cambió una tendencia clara en la Antártica, luego que la extensión de hielo en el hemisferio sur registrara un mínimo histórico, que representa el segundo en cinco años.

Según datos satelitales, la extensión del hielo marino de la Antártica estaba ese mes por debajo de los dos millones de kilómetros cuadrados por primera vez desde que comenzaron las observaciones de los polos desde el espacio, en 1978.

En un artículo publicado ayer en Advances in Atmospheric, un equipo de investigadores de la Universidad Sun Yat-sen y del Laboratorio de Ciencias Marinas e Ingeniería del Sur de Guangdong (Zhuhai), en China, analiza este suceso en busca de sus causas, aunque siguen sin estar claras.

En los últimos años, el calentamiento global está provocando un rápido declive en la extensión del hielo marino en el Ártico, pero hasta ahora, en el otro polo de la Tierra, el hielo antártico había aumentado cerca del uno por ciento por década desde finales de 1970.

En 2017 esta tendencia se rompió y el hielo marino del hemisferio sur registró su mínimo histórico que ahora, cinco años después, se repite.

El 25 de febrero de 2022, al final de nuestro verano, los datos mostraron que había una cantidad de hielo significativamente inferior a la normal en los mares de Bellingshausen/Amundsen, el mar de Weddell y el sector occidental del océano Índico.

Asimismo, en toda la región, la extensión del hielo marino era 30% inferior a la media del período de referencia de tres décadas, 1981-2010.

Datos

La aparición de un nuevo mínimo en la extensión del hielo marino en un periodo de tiempo tan corto llevó a los investigadores chinos a estudiar qué había pasado y por qué.

Tras analizar los datos del satélite, observaron que en verano la termodinámica domina los procesos que provocan el deshielo del mar, produciendo anomalías en el transporte de calor hacia el polo en los mares de Bellingshausen/Amundsen, el océano Pacífico occidental y el mar de Weddell oriental en particular.

También crecen la radiación infrarroja global, la luz, la temperatura y el albedo. o "blancura" de una superficie. Cuanto más blanca es, mayor es la reflexión de dicha radiación, y cuanto más oscura, mayor es la absorción.

Los autores apuntaron que, según los datos de la Administración Nacional Oceanográfica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA), el nuevo récord de extensión del hielo marino antártico coincidió con dos fenómenos climatológicos: La Niña y un Modo Anular Sur (SAM) positivo.

El SAM es un cinturón de fuertes vientos del oeste o de bajas presiones que rodea el continente y se desplaza hacia el norte o el sur, mientras que La Niña describe un patrón meteorológico de potentes vientos que soplan con fuerza el agua cálida de la superficie del océano desde Sudamérica hasta Indonesia, en los trópicos.

Estos dos fenómenos inciden sobre la baja del Mar de Amundsen (ASL), un centro de baja presión atmosférica sobre el extremo sur del océano Pacífico y frente a la costa de la Antártica Occidental.

Por lo tanto, "si la variabilidad tropical tiene tanto impacto, ese es el lugar que hay que estudiar", concluye Jinfei Wang, coautor del trabajo.