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Industria minera: ¿Disponibilidad versus cercanía?

"Las regiones mineras han realizado importantes avances, pero la asociatividad es insuficiente todavía, es un desafío". Osvaldo Pastén Díaz, Empresario
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Hace 25 años cuando me tocó ser parte de la creación y gestión del Parque Industrial Calama, pocos creían en el disruptivo concepto de la asociatividad. De hecho, fue el ejecutivo Jorge Román , el ex Gerente General de Codelco División Radomiro Tomic, Luis Farías y el destacado ingeniero y dueño de ATECMA Julio Espinoza Vega, quienes se adelantaron a su época y creyeron en esa oferta de "mantenimiento consorciado". Y fue en Codelco, si Codelco, la empresa estatal chilena vilipendiada por muchos. Después, algunos ejecutivos se llevaron y mejoraron el concepto a la minería privada como fue el caso de Minera Los Pelambres. Las regiones mineras han realizado importantes avances, pero la asociatividad es insuficiente todavía, es un desafío.

Hoy, en la industria ha entrado con fuerza la relación Minera - Proveedores y Comunidad. Esta tríada pone en tensión a las áreas de abastecimiento que, en la mayoría de las veces, sólo aspiran al mayor beneficio para su empresa, el cual es bajar los costos. Seguramente, los ejecutivos de abastecimiento indicarán que sus decisiones se basan en un polimonio. Eso es verdad, pero "coincidentemente" las adjudicaciones concuerdan con el precio más bajo. En esta dirección, la industria debiera entender que es mejor adjudicar al que crea mayor valor.

La creación de mayor valor implica una relación formal y constructiva entre proveedores y empresa minera. Y aquí viene lo contradictorio del asunto. Mientras los dueños de las compañías mineras invierten a largo plazo, sus ejecutivos trabajan en la mayoría al corto plazo La rotación en los altos cargos de la minería es algo usual. Y es allí en donde se produce el conflicto porque construir un relato y hacerlo pasar para el beneficio de las pymes especialistas mineras, es algo que hay que repetir y repetir por distintos ciclos. Debemos entender que una empresa chilena especialista debe ser fuerte. Más en esta industria en donde tenemos inversiones globales. No obstante, la realidad nos muestra compañías locales en Iquique, Calama, Antofagasta, Sierra Gorda, Copiapó, Vallenar y Coquimbo, más bien débiles.

La manufactura y la empresa local son claves para el nuevo Chile que se está "creando". Debemos diseñar y generar sinergia honesta y abierta, entre la empresa local - regional y las compañías mineras. No obstante, la empresa local - regional, debe comprender e internalizar que el escenario del juego cambió. Hoy, los competidores y sus ofertas son de todo el mundo. Por lo tanto, no queda otra opción que mejorar y mejorar.

Entonces, cabe preguntarse ¿da más valor una manufactura hecha en la segunda región que una confeccionada en el extranjero. Claramente, hay más impacto para la comunidad que se construya con recursos de la zona o en alianza con empresas extranjeras.

Con el avance de las tecnologías de la información y al estado de alertas de las comunidades locales, no será fácil no hacerse cargo de las promesas públicas y de las "obligaciones" con lo más cercano. Se está equilibrando la asimetría. Y eso, es bueno para Chile y sus regiones mineras. Asimismo, con la globalización de los medios electrónicos de transmisión de datos hoy cualquier problemática local o necesidad operacional se puede concretar desde cualquier parte del mundo.

Hay que cuidar la relación minería - territorio porque si no se hace, será el mismo territorio que terminará cuestionando la inversión minera y en ese escenario todos perdemos.

Es tiempo de reencontrarnos y de pasar de relaciones frías de negocios a relaciones humanas: "..el frío mundo de los negocios o deja de ser frío o deja de ser negocio…". Aún tenemos tiempo.

Educación: reencantamiento urgente

"En sólo cuatro años más, se proyecta un alarmante déficit de más de 26.000 profesores para nuestro país".
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Para quienes nos dedicamos a la formación de profesores, nos preocupa de sobremanera ver el creciente desinterés que presentan los jóvenes por estudiar pedagogía. Aventurarse a diagnósticos rápidos y decir que esto se debe únicamente a una falta de incentivos económicos es subestimar la complejidad del problema. A veces confundimos los síntomas con la enfermedad, destinando importantes esfuerzos a otras áreas que se vuelven estériles si no atendemos las necesidades por quienes nos debemos.

Educar es el proceso de aprendizaje para integrarse socialmente, y la pedagogía es el área profesional del conocimiento que se encarga del acompañamiento humano, significativo y empático que busca la potenciación de las capacidades y la transformación positiva, activando y canalizando su emocionalidad, su cognición y su comportamiento para lograr este fin. Es el rol del educador el que contribuye a la formación de ciudadanos que aprendan a sentir, pensar y actuar de manera comprometida y autorregulada para aportar al desarrollo y bien común. Es una relación reciproca y trascendental, base del desarrollo de toda nación. Es por ello que la educación es un eje fundamental para la sociedad y la pedagogía favorece la educación de sus ciudadanos.

En sólo cuatro años más, se proyecta un alarmante déficit de más de 26.000 profesores para nuestro país, ¡Chile se está quedando sin profesores, y en un corto plazo! ¿A alguien le puede caber duda por qué es tan esencial para el país propiciar con urgencia una reflexión sobre el desarrollo de los profesionales de la educación?

Necesitamos volver a reencantar a los jóvenes para despertar la vocación de acompañar a otros en el desarrollo de sus capacidades y potencialidades que los lleve a ser los ciudadanos que el país y el mundo necesitan. Para ello, debemos estar ya en la tarea de revisar las políticas públicas referidas a la formación de pedagogos, al desarrollo profesional y a las condiciones laborales dignas y atractivas para nuestros profesores. Nuestros niños y jóvenes lo necesitan con urgencia.

Sonia Fuentes Muñoz

Decana de la Facultad de Educación y Ciencias Sociales UCEN

Mejorar los sistemas de comunicación

El fantasma del rechazo apareció, sin ser invitado, en el horizonte de la Convención Constitucional, que busca mejorar la entrega de información a los electores. El desafío es mejorar la información hacia afuera y en ese sentido se abocarán no sólo a reforzar sus redes sociales y utilización de herramientas tecnológicas, también con los medios tradicionales.
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No deja de sorprender que tres encuestas publicadas en el último fin de semana hayan arrojado una mayor adhesión al rechazo respecto a la posible Carta Magna que presentará la Convención Constituyente, una vez que finalice la labor para la que fue encomendada. Y la sorpresa viene amparada en el multitudinario respaldo que hubo para crear esta asamblea y, luego, la alta participación para elegir a sus miembros lo que hacía prever que contaban con amplio apoyo para avanzar en estructurar los elementos constituyentes más favorables para el país.

Todos los integrantes eran fieles representantes de una gran mayoría y su actuar estaba enmarcado en el sentido de quienes lo eligieron. Por ello, se pensó que todos los avances conocidos contaban con el respaldo ciudadano y que el plebiscito de salida daba por descontado un apruebo, decisión que hoy está en entredicho.

En qué momento se perdió el piso y hoy se hable de un rechazo cuando todo apuntaba en dirección contraria. Para algunos de los constituyentes les ha faltado mejorar sus canales de información y comunicar con certeza lo que está ocurriendo con las resoluciones que están acordando.

El desafío es mejorar la información hacia afuera y en ese sentido se abocarán no sólo a reforzar sus redes sociales y utilización de herramientas tecnológicas, también con los medios tradicionales. Todo en el marco de complementar y llegar con sus avances a la comunidad.

De las encuestas, sin ser siempre las más populares, entienden que reflejen ese grado de rechazo y rescatan que todavía hay un alto porcentaje de entrevistados que no se pronuncia por no tener el conocimiento cabal. El desafío es llegar a ellos y a quienes han manifestado rechazo sin contar con todos los insumos para formarse una opinión más acabada.

Es notorio que varios de los constituyentes nos son muy amigos de las entrevistas o de facilitar la labor de los medios de comunicación. Se presentan lejanos y desechan la opción que se les brinda bajo la excusa, cuando las hay, de que tienen otras vías para informar y la principal es el trabajo en terreno.

Es algo que debiera cambiar porque el daño no es a lo medios si no a los miles de electores que se informan por las vías tradicionales. Los resultados de este desdén están hoy a la vista.