Confusas señales
La cruda pelea entre vándalos y vendedores ambulantes que terminó con una persona en riesgo vital o la brutal golpiza recibida por un oficial de Carabineros que lo obligó a hacer uso de su arma de servicio, han sido las últimas postales de la violencia que dan cuenta de una peligrosa escalada en su intensidad. Mención aparte merece la invasión de un grupo de violentistas a un departamento en la Alameda, en Santiago, el 29 de marzo, trasladando el peligro de las calles a nuestras propias casas.
A pesar del énfasis en seguridad expresado por el en ese entonces candidato Gabriel Boric de cara a la segunda vuelta, ya han pasado tres semanas de mandato y no se ha visto ninguna mejora sustancial que nos permita ver alguna diferencia con la gestión anterior. Es más, en la actual administración vemos cómo la ministra de Bienes Nacionales se dedica a atacar a Carabineros vía Twitter o cómo el ministro Jackson busca amnistiar a delincuentes. ¿Cómo podrá garantizar el orden público el Gobierno con señales tan confusas?
David Candia Fundación Para el Progreso
Reinserción social juvenil
Más de seis meses han pasado desde que el Senado mandó a Comisión Mixta el proyecto que busca la creación del nuevo Servicio Nacional de Reinserción Social Juvenil, que viene a reemplazar el trabajo en materia de justicia juvenil que realiza el Sename.
Sin embargo, la iniciativa aún no ha sido resuelta en el Congreso, pese a que en reiterados momentos la opinión pública y los diversos sectores políticos han abordado la importancia de generar un cambio a la forma en que se trabaja con los jóvenes infractores de ley.
Hemos iniciado un nuevo gobierno, cuya agenda en materia de infancia hace aún más prioritario que el nuevo servicio vea la luz, ya que esto permitirá un cambio sustancial en el modelo de intervención, unificando los criterios a nivel nacional y favoreciendo de esta manera el trabajo con los jóvenes al generar una institucionalidad cuyas decisiones y opciones técnicas se encuentren sustentadas con evidencia científica. Así, el proceso de inclusión social de los adolescentes y la intervención de los factores y experiencias que activan la modificación del comportamiento tendrán respaldo sobre lo que realmente funciona o no.
Pero no es lo único, el proyecto, además, permitiría contar con un sistema de registro unificado, favoreciendo la gestión de la información. Esto, en simple, mejorará los resultados en justicia juvenil y el acceso a la información.
Si queremos realmente generar un cambio, este proyecto no puede seguir durmiendo en el Congreso.
Ricardo Pérez-Luco
Violencia en la escuela
Impactan los casos de acoso y bullying, entre compañeros y compañeras, en nuestras escuelas y liceos, especialmente en la educación pública. Impacta la agresividad de los apoderados frente a los profesores o administrativos de las escuelas. Da la impresión de ser síntomas de los tiempos que vivimos y como todo síntoma, son una forma de lenguaje.
Se hace normal que la indignación deba ser canalizada a través de la violencia, lo que comienza a ser aceptado como normal por algunos sectores y personas.Tampoco se trata de generalizar, pero sí de preguntarnos, si estamos haciendo el debido acompañamiento de buenos hábitos de convivencia. Tratar a los demás como nos gustaría ser tratados.
Represento a una institución esencialmente ética, la masonería, que nos enseña la práctica de todas las virtudes y la libre búsqueda de la verdad para contribuir a una mejor humanidad. Pero la base de todo proyecto de perfeccionamiento humano está en la infancia y adolescencia, por medio de la formación en valores y virtudes y en el ejemplo de los adultos, porque la palabra inclina, pero el ejemplo arrastra. Es necesario reforzar la formación y capacitación para que los procesos educativos, incluso los que se producen en el hogar, implícita y explícitamente refuercen valores y virtudes. La honestidad, la perseverancia, la templanza, el valor y la justicia. La solidaridad, la caridad y la tolerancia. La fe y la esperanza en un futuro mejor.
El descontento social evidenció agresividad y violencia potencial en el país, que se manifestó dramáticamente. La pandemia ha obligado, en muchos casos, al hacinamiento y a facilitar el estrés, las hostilidades y la violencia intrafamiliar. Esto último es altamente probable que genere violencia escolar, por su efecto en muchos niños.
Por tal motivo se hace necesario potenciar la salud mental y su restauración, desde una perspectiva de la salud y de la justicia. En la salud, con mayor inversión en la salud mental pública y con profesionales y programas actualizados.
La Educación Preescolar, y la Educación Básica deben formar explícitamente en valores y virtudes. Preocuparnos y ocuparnos de cuánto tiempo dedican los niños y adolescentes a juegos en internet, muchos de los cuales son violentos. La educación superior debe hacerlo implícitamente, con el ejemplo, para construir certezas cívicas de convivencia.
Juan Domingo Moya Pérez Gran Delegado Jurisdiccional del Gran Maestro de la Gran Logia de Chile, Región de Antofagasta