Solicitud de estado de excepción
Los estragos de la tormenta ocurrida el pasado martes y miércoles hacía justificable contar con herramientas para afrontar los daños provocados. Y es allí que la pregunta válida es saber si este tipo de situaciones no es suficiente para el estado de excepción como si lo es la crisis migratoria.
Tras la tormenta que arreció con fuerza a las comunas de Calama, Sierra Gorda y San Pedro de Atacama, alcaldes de la región cerraron filas con el edil calameño quien públicamente solicitó al Gobierno que decretara a la zona bajo estado de emergencia. Si bien las lluvias causaron estragos por su intensidad en pocos minutos, el paso de las horas diluía la posibilidad del estado de excepción porque las comunas retomaban su normalidad.
Las justificaciones para la solicitud de los loínos se sustentaba en que fueron muchas familias afectadas con anegamientos, no pocas calles colapsaron y se abrieron socavones, el aeropuerto sufrió daños estructurales, el 80% de los recintos educacionales reportó daños e hicieron entendible la suspensión de las clases. Todo ese panorama hacía necesario contar con las herramientas que entrega la legalidad para definir una estrategia de ayuda a los damnificados, reconstruir lo dañado y tomar medidas preventivas.
Contar con un estado de emergencia hace que la operatividad de los servicios públicos sea más ágil. Posibilita los acuerdos directos con los proveedores sin necesidad de una licitación, además de contar con el aparataje del servicio público con mayor disposición a atender las necesidades inmediatas, porque se dispone de recursos extras para estos fines.
Si desde la capital regional se veía con lejanía lo que ocurría al interior de la Región, bastó que la empresa sanitaria anunciara un masivo corte en el suministro del agua potable. La razón, los daños sufridos en la infraestructura para trasladar el vital elemento de la zona cordillerana. Precisamente quienes reciben agua continental fueron los afectados y las 36 horas de suspensión mostraron la magnitud del fenómeno climático.
Se entendió que el estado de emergencia era muy necesario para administrar los efectos de un fenómeno climático inusual y de gran impacto en los sectores más vulnerables.
Por ello, parlamentarios de distintos sectores apoyaron la solicitud, pero desde el gobierno no hubo una respuesta positiva. Y es allí que la pregunta válida es saber si este tipo de situaciones no es suficiente para el estado de excepción como si lo es la crisis migratoria.
Una vez más la respuesta está en quienes no viven en la Región.