"Se ha utilizado la figura de la persona migrante de manera muy conveniente"
Convencida respecto a que la estigmatización que han sufrido los extranjeros en suelo nacional como resultado de la crisis migratoria en la macrozona norte, es en parte, producto de la ineficacia con que el Estado de Chile ha intentado regular el ingreso masivo de extranjeros, la presidenta de la Asociación de Venezolanos en Chile (ASOVEN), Patricia Rojas, conversó con El Mercurio de Antofagasta para hablar sobre el fenómeno, la vulnerabilidad detrás de la crisis, la xenofobia y cuáles son algunas de las líneas de trabajo a que esperan impulsar durante el nuevo gobierno.
¿Cuál es su opinión respecto de cómo el gobierno actual ha enfrentado el tema migratorio?
-El gobierno ha tenido una respuesta tardía a la problemática. Una respuesta que no ha estado al nivel de lo que se debe hacer y esperamos que, con la llegada del nuevo gobierno, el trabajo sea más rápido y que se tomen en consideración las recomendaciones de la academia, de la sociedad civil y de las autoridades regionales.
¿Cuál cree usted debiese ser una de las acciones a tomar, en materia de migración, por el próximo gobierno, considerando que el proceso de regularización formal terminó el 7 de enero?
-El proceso de regularización, que terminó a inicios de enero, no se hizo de cargo de las personas ingresadas por pasos no habilitados. Fue un proceso que se quedó corto. Respecto a lo que esperamos avanzar con el nuevo gobierno, sabemos que hay dos líneas de trabajo: la primera es que se debe realizar un empadronamiento de todas las personas que han ingresado por pasos no habilitados, de manera tal de comenzar a realizar una política migratoria donde se revise cada caso por separado, tal como lo dijo la ministra Siches, y en función de eso saber quienes pueden venir a aportar al país, como quienes no.
La otra línea de trabajo tiene que ser el fortalecimiento de la red consular, para trabajar en la revisión de solicitudes y causales para la residencia. Creemos como organización, que un punto de inflexión en la entrada de personas venezolanas, por lo menos en el territorio nacional, que han ingresado de manera irregular, es que vienen a Chile buscando la reunificación familiar, pero en noviembre del año de 2020 vimos un cierre masivo de estas solicitudes, lo que afectó a un montón de familias que buscaban la reunificación.
¿Cree que la figura del migrante venezolano se ha estigmatizado producto de la crisis y la sensación de inseguridad que se ha instalado en las personas?
-Diría que las personas en general, no tanto, aún. Pero sí en el manejo mediático de la situación de las personas migrantes y refugiadas ha sido, por decir lo mínimo, vergonzoso. Se ha criminalizado y estigmatizado, inclusive se ha buscado distraer la atención de otras problemáticas en el país, mediante este enfoque de la migración durante el último año y medio, o que se haga propaganda con el tema, como vimos mucho en los debates de campaña por parte de un candidato, lo que para nosotros ha sido bastante fuerte. Se ha utilizado la figura de la persona migrante de manera muy conveniente. Todo eso, ha potenciado el rechazo que se ha estado experimentado últimamente, sobre todo en las ciudades del norte.
¿En qué condiciones llegan estas personas, cuáles son sus principales dudas y de qué manera los puede ayudar ASOVEN Chile?
-Llegan en condiciones de vulnerabilidad importante; hay que recordar que lo empuja a las personas a caminar por todo el subcontinente es una crisis humanitaria. Llegan con muchas dudas, confundidos, en el sentido de que no saben si pueden llegar a regularizarse o no. Sin embargo, esto no significa un obstáculo para ellos, ya que vienen a Chile buscando una mejor calidad de vida.
A su juicio, ¿Cómo debería entender el ciudadano común, del norte, la crisis migratoria actual?
-Me pongo en el lugar de todos aquellos que viven en las ciudades del norte, entiendo que están colapsados, que están cansados, no es fácil convivir con las personas que vienen llegando, pero les pido que entiendan que estos resultados que hoy tenemos frente a la crisis migratoria que se está viviendo, son por consecuencia de una política de Estado que ha preferido ignorar el problema antes de trabajar para resolverlo.
Lo que pasaría en Iquique lo sabíamos todos, organizaciones de la sociedad civil, gobierno local y nacional, mucho antes de que se desalojara la plaza Brasil, por ejemplo. Sin embargo, se tomó esta medida arbitraria, se viralizó y eso terminó de encender la mecha de la xenofobia en el norte.
Hay que verlo como la crisis donde deberíamos estar trabajando programas para mejorar la comunicación y convivencia entre las personas que viven en ciudades de acogida y las personas que vienen llegando. Hay que empezar por terminar de reconocer que tenemos este problema de refugiados en el norte, de lo contrario sería como que tuviésemos una enfermedad y nos buscáramos la cura.
¿La nueva Ley de migración es tan importante si no se lleva de la mano con un proceso de regularización propiamente tal?
-La Ley de Migraciones establece que las políticas migratorias van a depender de la administración del Estado, pero nosotros vemos poco viable en este contexto, la aplicación de la Ley, ya que vemos poca compatibilidad entre la ley el reglamento, lo que sugiere ciertos desafíos para la nueva administración, ver cómo aplicar la ley. La ley establece que se pueden realizar procesos regulatorios extraordinarios de todas maneras y esperamos que ese sea el caso.
"El gobierno ha tenido una respuesta tardía a la problemática. Una respuesta que no ha estado al nivel de lo que se debe hacer y esperamos que, con la llegada del nuevo gobierno, el trabajo sea más rápido ".