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Mitos

"Los seres humanos creamos mitos y trabajamos en redes con otros, lo cual nos diferencia del resto de especies". Luis Bastías Eyzaguirre, Abogado
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El autor Yuval Noah Harari a través de sus obras (Sapiens, De Animales a Dioses) ha actualizado viejos conceptos o elementos en la historia de la humanidad, en especial de la filosofía. En efecto, al referirse a la diferencia crucial entre el primate humano y todos los demás animales de la tierra, concluye que los sapiens no sólo son capaces de imaginarse cosas que nunca han visto, tocado ni oído, sino además de convencer a muchas otras personas de sus fantasías o mitos. A través de la palabra y su poder, la oratoria, el hombre históricamente ha sido capaz de persuadir a otros respecto de simples imaginarios, llevando incluso a aquellos a la aventura, la batalla o la autodestrucción.

La creación de estos imaginarios han inundado e inundan todo el entorno histórico de la humanidad. Así, por ejemplo, hoy somos testigos directos, gracias a la tecnología, de la invasión militar a un país, pero en la que existe la plena convicción de los invasores que sus acciones en realidad se han desarrollado en el patio trasero de la Rusia eterna; es decir, en lo que les pertenece de manera inmemorial. Por su parte, el científico nacional José Maza, al referirse al trabajo de la Convención Constitucional, ha expresado "quieren inventar un país imaginario". Con toda seguridad, las motivaciones de los centenares de inmigrantes ilegales llegados al país aportarán un conjunto variopinto de mitos e imaginarios.

A través de este breve repaso de imaginarios contingentes, podemos dimensionar los amplios efectos que los mitos pueden provocar en el devenir de la humanidad. Entonces, la gran pregunta es ¿qué hacemos con estos mitos?; propios y exclusivos de la especie humana.

Por cierto, la materia resulta compleja y multidimensional, pero una primera aproximación llama a buscar la construcción de nuevos liderazgos, capaces de alejarnos de aquellos mitos falsos, sesgados y/o inalcanzables. Es decir, la creación de "mitos posibles y que hagan sentido" a las necesidades de nuestro entorno. Los seres humanos creamos mitos y trabajamos en redes con otros, lo cual nos diferencia del resto de especies.

En un segundo orden, parece recomendable definir el entorno territorial de estos nuevos liderazgos, ya que las complejidades aumentan naturalmente conforme su alcance territorial. Nuestra región presenta condiciones y dimensión espacial adecuadas para el fortalecimiento de liderazgos que nos permitan alejarnos de mitos e imaginarios y se concentren realmente en las personas, su entorno y comunidades, en base a presupuestos, condiciones y recursos reales disponibles.

Así entonces, aparentemente sólo resta que nuestras comunidades construyan líderes regionales capaces, comprometidos, probos, laboriosos, ajenos a la política pequeña y con vocación regionalistas. Además, nuestras comunidades regionales deben fortalecer los procesos de rendición de cuentas de nuestras autoridades y líderes, a objeto de asegurar un mejor porvenir a todos sus integrantes.

Más herramientas para protegernos

"Estas normativas sin duda alguna son un gran avance para poder perseguir con mayor eficacia a quienes comenten este tipo de delitos".
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Los primeros días de febrero se promulgó la ley que sanciona el comercio ilegal, entregándoles a diversas instituciones nuevas herramientas para hacer frente a este complejo problema, iniciativa que se suma a los cambios que introdujo la Ley N° 21.336 a la Ordenanza de Aduanas -en mayo del 2021- para aumentar la gravedad de los delitos de contrabando de productos como cigarrillos o tabaco, bebidas alcohólicas, fuegos artificiales, productos farmacéuticos y juguetes.

Estas normativas sin duda alguna son un gran avance para poder perseguir con mayor eficacia a quienes comenten este tipo de delitos, dentro de los cuales se encuentran bandas criminales altamente organizadas y con grandes recursos.

Como parte de la gestión del Servicio Nacional de Aduanas, hemos abogado en todas las instancias donde participamos -gubernamentales, legislativas e interinstitucionales- para que las leyes sancionen con mayor severidad la ocurrencia de estos delitos, porque sabemos de primera mano que se trata de una problemática difícil de abordar y que requiere la coordinación de muchas instituciones.

En nuestro caso, como garante o protectores de las fronteras terrestres, aéreas y marítimas, nos enfrentamos todos los días a los contrabandos, por lo que tenemos planes de fiscalización específicos de acuerdo a los tipos de productos.

Nuestros análisis de inteligencia abordan los modos de ocultamiento, procedencia, rutas, empresas involucradas en las importaciones y otros detalles correspondiente al intercambio de información que tenemos con las policías, las fuerzas armadas, las fiscalías, diversos ministerios o el Servicio de Impuestos Internos (SII), entre otros organismos.

También trabajamos estrechamente con la red de inteligencia RILO de la Organización Mundial de Aduanas (OMA) y con otras instituciones internacionales y de otros gobiernos. Además, somos parte activa de una serie instancias de trabajo, como la Mesa de Nacional de Seguridad de Productos junto al Sernac o el Observatorio del Comercio Ilícito de la CNC.

Utilizamos softwares especializados y ya estamos incorporando con fuerza la minería de datos, conscientes que a mayor calidad de los análisis que podamos realizar mayores filtros de seguridad y fiscalización podremos levantar para impedir que el comercio ilegal siga creciendo y llegando hasta las calles de nuestras ciudades.

Por eso creemos firmemente que se debe seguir en esta línea de trabajo que profundiza las diferentes normativas para combatir al crimen organizado y los diversos tipos de delitos que comenten.

Nuestro objetivo es contar con más y mejores herramientas para que la efectiva fiscalización que hacemos en los diversos puntos de control tenga su correlato en la persecución penal y en condenas más severas, desincentivando de alguna forma su ocurrencia.

José Ignacio Palma Sotomayor

Director Nacional de Aduanas

Repercusiones de la invasión a Ucrania

La globalización hace que hoy países como Chile, ubicado a kilómetros del conflicto, reciba el costo colateral de una guerra. Hoy estar inmersos en un mundo global nps obliga a estar pendientes de los sucesos mundiales, conocer de sus repercusiones en nuestro territorio y prepararnos para sus efectos.
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Nadie discute que la globalidad reinante hace que cualquier situación que ocurra en el mundo tenga un impacto de gran, mediana o menor intensidad en todos los rincones del mundo. Ya no es posible mirar con lejanía lo que sucede fuera de nuestras fronteras porque tarde o temprano afectará la economía en niveles macro, pero también en los bolsillos de los consumidores.

Es por esta razón que en nuestro país se siga de cerca el minuto a minuto de la invasión rusa a Ucrania y los avances en las negociaciones diplomáticas que puedan lograr un inmediato fin a las hostilidades.

Los expertos hablan que los valores de importantes materias primas sufrirán constantes alzas si es que no hay un cese al fuego pronto.

Rusia es conocida por ser uno de los grandes exportadores de petróleo y gas, lo que significa que al estar en guerra los valores del crudo sufrirán alzas lo mismo que el gas. Chile vive de la exportación de ambos y por ende si los precios inician una escalada obviamente repercutirá en los precios internos, lo positivo que no será en lo inmediato.

Ya en la actualidad las bencinas presentan un alto costo y la locomoción colectiva anuncia alzas en sus recorridos. Situación que se justifica si se analizan la oscilación de precios que han tenido las bencinas.

Ucrania es conocida como el granero de Europa por sus enormes producciones de trigo y maíz. Y si bien, Chile no es un importador directo, nuevamente se verá afectado por la cotización internacional y ello puede repercutir en un alimento tan sensible para los chilenos como en el precio del pan.

Las esperanzas están cifradas en que exista una pronta solución y que se conozcan informes de una desescalada de las tropas de la Federación Rusa. Pero hay algunos que ven que esta invasión será una nueva guerra fría y que durará años.

Como sociedad no podemos restarnos de lo que ocurre en otras latitudes o pensar que no nos afectará. Todo lo contrario nuestra obligación es estar pendientes de los sucesos mundiales, conocer de sus repercusiones en nuestro territorio y prepararnos para sus efectos.

Hace décadas que no somos una isla, tal vez nunca lo fuimos, pero hoy más que nunca debemos tener conciencia que si hoy atravesamos por un alza inflacionaria, que las autoridades intentan controlar, tras el episodio ruso-ucraniano será aún más difícil.