Crisis humanitaria: Venezolanos en tránsito reconocen que aumentó el rechazo hacia ellos
ÉXODO. Dicen que la violencia en su país, que tiene una de las tasas de homicidios más alta del mundo, responde al hambre y a las pocas oportunidades. Por esta razón lo arriesgan todo para emigrar.
El campamento se encuentra bajo la estatua de Juan López, en medio del proclamado "Barrio histórico de Antofagasta". Son cinco carpas dispuestas hace alrededor de un mes. Una mujer está sentada. Junto a ella, hay cuatro niños, de no más de ocho años; todos juegan. Es una mañana tranquila. Frente al grupo, los vehículos pasan en ambas direcciones. Detrás de la imagen de los migrantes, surge como decorado, el recorte de la aduana con sus tonos rojo arcilla. La invisibilidad de los migrantes, a cada tanto, no pasa desapercibida. Por ahí les gritan "algún insulto", acompañado del "devuélvanse a su país", dice Andreína Zurita, de tez morena, mirada cansada, y un ánimo que parece en retirada. El anhelo de la mujer es instalarse en Antofagasta, de manera permanente, "porque hay trabajo" -afirma con vehemencia-, pero no ha podido dar el salto. Continua en la carpa, exponiéndose, junto a su familia, a todos los resabios de la calle.
Luego de distender las confianzas, ella reconoce que no siente temor de estar en Chile, pero les resulta incómodo, pues en las últimas semanas, han percibido el rechazo. "Y esto se traduce en que no nos quieren dar trabajo, ni tampoco nos alquilan. Hay molestia cuando saben que somos venezolanos. Se ha hecho muy difícil la vida en este país; todo se ha puesto cuesta arriba contra nosotros. Al principio no era así. Muchos compatriotas pudieron engancharse con algún trabajo en Antofagasta, y en ciudades más al sur", dice.
A pesar de que no ve televisión, ni está conectada a las radios, ni menos a las redes sociales, Andreina reconoce que sabe lo que sucedió en Iquique, por el relato de los migrantes que vienen desde allá, y que pasan a pie, con sus mochilas, por el sector del muelle histórico. "Ciertas personas cometieron un error, y debemos pagarlo todos. No todos somos así", afirma resignada.
El diálogo es interrumpido por dos jóvenes. Ambos no representan más 20 años. Son delgados, y uno tiene el cabello más claro que el otro. Héctor Blanco, el del cabello claro, le entrega dos mil pesos a la señora de pura buena onda. "Aquí todos nos vinimos por la misma causa, en busca de un futuro. Algunos somos más jóvenes, y quizás tenemos más energía, y aguantamos más. Pero, hay personas que no; que se deprimen en este camino. Yo ayudo a mis compatriotas; aunque tenga poco, doy", dice. El joven afirma que trabaja en una granja, que se llama "Los Chileneros". "Y ya la señora de la granja, me está diciendo que por culpa de lo que está pasando en Iquique, se ha puesto difícil. Nosotros queremos trabajar. Vinimos a eso".
Violencia
Andreína Zurita aclara que quienes andan por las ciudades, no son violentos. "Nosotros vinimos a trabajar -repite-. No somos iguales como algunos de Iquique. Nosotros no vinimos a dañar a nadie. Nuestra única meta es sacar a nuestros hijos adelante, a pesar de todas las limitaciones que nos han puesto, y los malos tratos. Somos humanos, al igual que los chilenos que han tenido una mejor suerte como país", dice la mujer, mientras un niño se la acerca con un juguete.
Reconoce que la mayoría de los chilenos han sido buena gente; que se acercan y les regalan lo que tienen, "porque asumo que se conmueven al ver nuestra precariedad. Ojalá no se pierda eso, la compasión. Otros, los pocos, nos insultan, pero desde lejos, desde autos. No podemos hacer nada al respecto. Por suerte nadie nos ha agredido físicamente, pero tenemos cuidado, especialmente durante la noche".
El joven de 19 años confiesa que vino a portarse bien, y a no hacer cosas malas. "Por lo menos, ya tengo un trabajo y un lugar donde dormir en las tomas (Chimba Alto). No tengo mucho, pero ya di el primer paso de quedarme. Cuenta que en Venezuela alcanzó a ser el servicio militar, y después migró. "En el regimiento por lo menos tenía un plato de comida, después cuando salí a la calle, volví a la realidad. Decidí irme a un país que me diera la oportunidad para crecer", afirmó.
Aclaró que las críticas hacia la violencia en Venezuela, y su alta tasa de homicidios, responde simplemente al hambre. "Uno no puede aguantar dos días sin comer. La situación es mala para las clases bajas como nosotros. Uno si tiene un pan, y tiene tres niños, no se come el pan entero, sino que lo reparte con el resto de la familia. La falta de comida desespera, y muchos deciden delinquir arriesgando su propia vida. Si hubiera optado por ese camino, y dada las condiciones, quizás a los 25 años no estaría en este mundo; por esto, me arriesgué y salí de Venezuela", dice.
"Hay molestia cuando saben que somos venezolanos. Se ha hecho muy difícil la vida en este país; todo se ha puesto cuesta arriba contra nosotros".
Andreína Zurita, Venezolana
"Uno no puede aguantar dos días sin comer. La situación (en Venezuela) es mala para las clases bajas como nosotros".
Héctor Blanco, Venezolano
Ministerio de Justicia implementa sistema de Mediación Familiar en Línea
A contar de esta semana, los problemas que deben enfrentar los padres en casos de pensiones de alimentos, cuidado personal (tuición) y régimen de visitas, pueden ser solucionados mediante la nueva Mediación Familiar en Línea, como una manera alternativa de resolver los conflictos, sin necesidad de llegar a un juicio. Para acceder, se debe solicitar una hora en el sitio web www.mediacionchile.gob.cl, ingresando a "Mi Portal", o en el Centro de Mediación Familiar más cercano, a través de un correo electrónico o en forma presencial.
La Mediación Familiar en línea es fruto de la aprobación de la ley que "Reforma el Sistema de Justicia para enfrentar la situación luego del estado de excepción constitucional", y está disponible -en una primera etapa- en 67 de los 161 Centros de Mediación Familiar del país. Posteriormente, en octubre de este año, se llegará al total de las oficinas (ver listado en www.mediacionchile.gob.cl/centros-de-mediacion/).
Asimismo, es importante recalcar que las sesiones de Mediación Familiar en Línea se realizarán solamente si: todas las partes están de acuerdo; todas las partes cuentan con internet y computador; y todas las partes cuentan con un lugar donde se pueda mantener la confidencialidad del proceso, sin presencia de terceras personas.
La Mediación Familiar en línea es gratuita en el 98% de los casos, y entrega una solución a los conflictos en un máximo 60 días, con la misma validez que un juicio completo.
Al respecto, el seremi de Justicia y Derechos Humanos (S), Ricardo Baeza indicó que "este es otro paso más que estamos dando para acercar la justicia a las personas, haciéndola más cercana y poniéndola a disposición de la ciudadanía".