"El clivaje del Sí y el No quedó en el pasado, lo que viene son nuevas formas de hacer política"
El 11 de marzo el abogado Jaime Araya Guerrero asumirá como diputado en representación del Distrito 3, coronando el que hasta ahora es su principal logro en una carrera política que ya suma dos décadas.
Araya, al igual que su familia, tiene un pasado en la DC, pero hace tiempo está alejado de ese partido, y de los partidos en general, los cuales -asegura- no han evolucionado según los tiempos. Por eso plantea la necesidad que la política reconozca nuevas formas de agrupamiento, como los movimientos sociales y ciudadanos, en los cuales detecta una mayor cercanía con los intereses reales de los chilenos.
A dos meses del inicio del trabajo parlamentario, el egresado del San Luis y de la Universidad de Antofagasta, dice estar consciente de la relevancia que tendrá el próximo periodo.
¿Cómo asume este desafío de ser parlamentario en este momento histórico?
-Agradecido de toda la gente que confió en mí y me dio la oportunidad de ser parlamentario, pero también de la gente que durante muchos años me ha acompañado en distintos desafíos. Y al mismo tiempo plenamente consciente que vivimos un momento histórico y estar en ese espacio es motivo de mucho orgullo y gran responsabilidad.
¿Cómo se define, diputado oposición u oficialista?
-Quiero ser un representante de la gente. Mi principal compromiso es con nuestra región, con las nueve comunas, pero fundamentalmente con las personas que no la han pasado bien y que tienen mucha esperanza, al igual que yo, de que el gobierno que se inicia será un gobierno de profundos cambios y será capaz de articular grandes acuerdos por el bien del país. Me cuesta hoy día que pensar que antes de partir el gobierno uno pueda definirse oficialista o de oposición. La pregunta más bien tiene que ver con a quién va a representar uno, y en eso tengo un compromiso con la gente de clase media, con los sectores modestos y quiero volcarme a también a algo que ha sido muy importante en mi trayectoria, que son las luchas medioambientales.
¿Se siente cercano al Presidente electo Gabriel Boric?
-No podría decir que me siento cercano, pero sí creo que logró aproximarse a una forma de liderazgo que es la que todos esperamos para el Presidente de Chile. Hemos sido testigos del peor presidente de la historia, Sebastián Piñera, y desde ese punto de vista me parece que la propuesta que hizo Gabriel Boric es mucho más convocante mucho más abierta al diálogo, a reconocer que hubo avance en los gobiernos de Bachelet, Lagos, Frei. Creo que tenemos muchos más puntos en común de lo que se había visto con anterioridad, y además tenemos una conciencia compartida de que los desafíos que enfrenta nuestro país.
¿Sus raíces, y las de su familia, están en la DC, qué tan cercano está a ese partido actualmente?
-Yo tengo mucho cariño a la militancia de la DC. Hay militantes de base, gente que conozco desde que era chico, que acompañaron a mi papá (el exalcalde Pedro Araya Ortiz) y que nos ha acompañado hasta hoy votando por nosotros, pese a que estamos distantes. El cariño, que es lo que me mueve mucho en política, es más fuerte que cualquier cosa y desde ese punto de vista le sigo teniendo mucho afecto a mucha gente DC.
¿Diría que sus ideas políticas han evolucionado desde que militaba en ese partido?
-Hoy tengo una mirada absolutamente distinta de la que tenía hace 20 años. Siento que muy pocos espacios políticos están dando cuenta de lo que son las preocupaciones de la gente y de cómo el mundo sigue avanzando. La arquitectura institucional ya no es capaz de responder y no refleja las necesidades de la sociedad chilena y de los territorios. Quienes tienen la obligación de tomar decisiones van demasiado lento en relación a la velocidad con que está cambiando el mundo. Hay que buscar cómo integrar mucho más a la ciudadanía, a la ciencia, en la toma de decisiones, en los debates, para ir mejorando la sintonía entre quienes toman decisiones y quienes se ven afectados.
¿Se siente concertacionista?
-No, para nada. Creo que la concertación cumplió una tarea muy importante en Chile y cerró su ciclo. Ahora lo que viene son formas nuevas de entender la política. Estoy convencido que el clivaje del Sí y el No se acabó hace mucho tiempo, y las elecciones ya no se pueden seguir procesando en clave de izquierda y derecha, sino que tienen que ver con las distintas formas en que hoy la sociedad se está organizando. Uno de esos clivajes importantes es que hay cierto sector de la ciudadanía que se acostumbró a abusar del otro, y ese abuso explica buena parte del comportamiento a la hora de elegir a sus representantes.
¿No se siente concertacionista pero compitió en lista del PPD?
-No sé si hoy haya gente que se sienta concertacionista, lo que hay es un espacio y una cierta mirada respeto a los valores del progresismo y la socialdemocracia que entiende que hay algo que se está gestando respecto de lo cual uno tiene ciertos valores, principios y miradas futuras. La distribución de la riqueza, el respecto del medio ambiente, de los derechos de la mujer, la diversidad sexual, distintos valores más universales. Creo esa es una buena explicación de por qué gente que en algún minuto está distante, al otro día se agrupa. Yo creo que a uno lo une más el futuro que el pasado.
¿O sea, su presencia en la lista de Nuevo Pacto Social fue una decisión instrumental?
-No, para nada. Hay un tema de afecto, de miradas compartidas, de sentirse interpretado. En Nuevo Pacto Social es donde yo escuché la preocupación por la crisis climática, los temas de medioambiente, los temas de la diversidad sexual, descentralización, temas de territorios, de equidad. Eso no hay que ir a buscarlo a otro lado. Desde ese punto de vista es un espacio que está abierto, es convocante y está en expansión. Y espero que tengan la audacia de ser los primeros que logren identificar las nuevas formas de organización para incidir en el desarrollo de la vida nacional.
¿Cómo visualiza el próximo periodo parlamentario?
-Espero que sea el Congreso con mayor diálogo desde la vuelta a la democracia, porque si no nos ponemos de acuerdo será imposible sacar algún tipo de ley relevante para la gente. Si no hay acuerdos, será un fracaso de todos.
Pero parece haber mucha polarización en Chile…
-Siempre me he definido como un optimista informado y creo que vamos a llegar a acuerdos, pero también tengo claridad en quiénes llegan al parlamento. En la medida que discutamos cosas importantes, que abramos el parlamento a la gente y que la ciudadanía pueda ser escuchada, habrá una dinámica distinta. Se me hace imposible pensar que quienes estarán en no quieran escuchar lo que quiere la ciudadanía.
"No sé si hoy haya gente que se sienta concertacionista, lo que hay es un espacio y una cierta mirada respeto a los valores del progresismo y la socialdemocracia".