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La cruzada de "Ricky Playa" por la limpieza de la arena en el Balneario

EJEMPLO. Una historia de vida de superación es de la Luis Emilio Lira, quien a través de los departes acuáticos se rehabilitó del alcohol.
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Rodrigo Ramos B

Su nombre real es Luis Emilio Lira (48 años), y su historia de vida, puede ser digna de un guión de una película. Luis, de sombrero con alas, rostro moreno, gafas oscuras y torso delgado, se ha transformado en uno de los rostros más populares, quizás el más popular, del balneario municipal. Todos los conocen. Es asunto de preguntar. Luis Emilio se hace llamar "Ricky Playa", nombre que se ha hecho conocido en las redes sociales, principalmente porque aparece en videos, haciendo labores de limpieza de la arena, y de los alrededores de la principal playa del sector sur de Antofagasta. Tanta ha sido su notoriedad, que como él lo subraya: "cuento con varios seguidores". A ellos, son los que quiere poner a prueba, en una convocatoria de limpieza de la arena del Balneario Municipal.

Y, pasa el dato: "la limpieza se llevará a cabo -dice con vehemencia- el 15 de febrero en el balneario. Que lleguen cinco, pero la haremos igual. Quiero que me acompañen y se pongan la camiseta de las playas antofagastinas".

"Ricky Playa", el personaje, se encontraba ayer en la que denomina como "su oficina", sobre la arena. En la parte alta de la playa, por debajo de donde estaban las duchas -que dejaron de funcionar-, el personaje dispuso una silla y una mesa, que están circundadas por sombrillas. Su trabajo es el arriendo de quitasoles. "No le va mal", reconoce, por lo menos, en el momento de esta entrevista, durante la mañana, tuvo un par de clientes. En la mesa, en tanto, había un marraqueta con jamonada y portarretratos con fotos suyas y sus amigos. Toma desayuno, mientras explica que las fotos se las sacó cuando lo han invitado a cenar a restoranes.

Vocación

"Ricky Playa", en los cinco años que lleva en los alrededores del Balneario Municipal, se ha ganado el afecto de quienes habitualmente pululan por el sector en invierno como en verano. Así, en su círculo de amistades hay surfistas, buzos, nadadores y en general, personas ligadas a los deportes del mar. El afirma que aprendió a hacer caza submarina, y a veces, sale en labores de pesca. Pero, su vocación, limpiar la playa, surgió una mañana que venía de hacer surf. "Caminaba a pie descalzo por la arena, y de repente, me corté con un vidrio. Se me pasaron varias cosas por la cabeza en ese momento, pero lo más importante fue que al otro día, adopté la decisión de limpiar la playa. Al otro día regresé, y comencé a lanzar lo que pillaba en un bolsa. Con el tiempo le he ido tomando amor a la playa, a pesar que a veces me miren feo por decir a las personas que no ensucien; que la playa nos pertenece a todos", dice.

El personaje cuenta que ha encontrado innumerables objetos en la playa, desde carros de supermercado hasta botellas de todo tipo. Sin embargo, dice que son las cadenas de plata, y a veces de oro, o joyas de ese tipo, las que más pierden las personas. Y, dada su experiencia, los momentos donde las personas se comportan más mal en cuanto a dejar basura o beber, son los sábados y domingo por la tarde.

Rehabilitado

Luis Emilio hace un alto en el relato. Mira el cielo, y dice con pena, que recuerda mucho a Carlos Álvarez, reconocido buzo y empresario que falleció en diciembre. "El me enseñó a leer y escribir. Le debo mucho a él, siempre me apoyó en mis labores. Carlitos me apoyó para ser la persona que soy ahora", afirma.

Antes de instalarse en el balneario, la vida no le sonreía a Luis Emilio. Hubo un tiempo en que trabajo en barcos, en la pesca. Así, arribó a la ciudad. Afirma que el alcoholismo lo llevó en un momento a tocar fondo y pasar los riesgos que este conlleva. Sin embargo, conocer el mundo del mar, y ganarse la confianza de las personas ligadas a los deportes acuáticos, lo motivaron a dejar el alcohol, primero, y luego, a querer transformarse en un deportista de la playa. "Mi historia de vida puede resumirse en la palabra, rehabilitación. Tuve la voluntad de hacerlo, de cambiar, pero también reconozco el apoyo de personas que me tienen afecto, como los del club de Surf Padang, en cuanto a espantar a las malas juntas. Para evadirme me lanzaba al mar, y ahí pasaba el tiempo hasta que se me quitaban las ganas de beber", recuerda.

Luego, dice, se abocó a la limpieza, y a hacer una vida ligada a la playa. "Me gusta estar acá, y puedo decir que hoy me siento satisfecho con la vida que elegí", dice mientras observa el mar.

48 años tiene Luis Lira, más conocido como "Ricky Playa", uno de los rostros más conocido del sector.

5 años lleva realizando la lipieza en el Balneario. El próximo 15 de febrero se realizará un operativo.