Rusia y sus aliados despliegan tropas para sofocar violentos disturbios en Kazajistán
CRISIS. Autoridades kazajas informaron decenas de muertos en los enfrentamientos armados entre fuerzas de orden y manifestantes a los que llaman "terroristas". EE.UU. y UE pidieron respetar soberanía. Violentas revueltas surgieron por el alza del gas licuado.
Rusia y sus aliados de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC), alianza militar exsoviética, iniciaron el despliegue de tropas en Kazajistán para sofocar los disturbios que sacuden el país por una brusca alza de combustibles, entre ellos el gas licuado, el más usado por los automovilistas en el país, con enfrentamientos entre el Ejército y los manifestantes que ya dejan decenas de muertos.
"En correspondencia a la decisión del Consejo de seguridad colectiva de la OTSC aprobado el 6 de enero, fue enviado a Kazajistán por un período de tiempo limitado un contingente de paz (...) con el fin de estabilizar y normalizar la situación", informó la OTSC citada por Interfax.
La principal misión de estas fuerzas (entre 2.500 y 3.800 según Al Jazeera y la agencia Efe), según la alianza, será "la protección de importantes objetivos estatales y militares, apoyo a los agentes del orden de Kazajistán para propiciar su retorno al marco de la legalidad".
El primer contingente en llegar a Kazajistán fue el ruso, compuesto por unidades de Tropas Aerotransportadas, que según la OTSC, "ya cumplen las misiones designadas".
Rusia defendió la decisión apelando al artículo 4 del Acuerdo de Seguridad Colectiva de la OTSC, que contempla que todos los países miembros se comprometen a dar "ayuda inmediata", incluyendo la militar, a petición de cualquiera de ellos cuya seguridad se vea socavada en una agresión armada.
El presidente de Kazajistán, Kasim-Yomart Tokáyev, quien aceptó la dimisión del Gobierno ante la situación y nombró al viceprimer ministro Aliján Smaílov como primer ministro en funciones, pidió ayuda a la OTSC ante la "amenaza terrorista".
Tokáyev dijo que "bandas terroristas" causaron desórdenes en varias ciudades, particularmente en Almaty, la más grande del país, donde se tomaron edificios gubernamentales, incluyendo la alcaldía, la residencia del presidente y el aeropuerto.
Noche "antiterrorista"
Los enfrentamientos en Almaty se mantuvieron toda la noche del miércoles, con un saldo de "decenas" de manifestantes muertos, informó la portavoz de la policía de la ciudad, Saltanat Azirbek, que se refirió a una "operación antiterrorista".
"Decenas de atacantes fueron liquidados. Estableceremos sus identidades", dijo sin especificar el número exacto.
La representante de la policía indicó que grupos de manifestantes armados intentaron tomar durante la noche tres edificios administrativos, el departamento de la policía de Almaty, así como varias unidades regionales. Además, lograron tomar el aeropuerto de la ciudad.
Según los medios locales, en la ciudad se escuchan ráfagas de ametralladoras.
El canal estatal Jabar 24 informó, citando al ministerio del Interior, que la "operación antiterrorista" se ve dificultada "porque los terroristas utilizan civiles, incluyendo mujeres, para cubrirse".
Jabar 24 denunció que manifestantes armados rodearon dos hospitales en Almaty e impiden el paso de ambulancias.
Las autoridades informaron que el número de uniformados kazajos muertos, entre policías, guardias nacionales y militares, durante los disturbios en la ciudad ascendió a 13.
Las manifestaciones se desataron el 2 de enero en respuesta al incremento de los precios del gas licuado, el principal combustible automotriz utilizado en esta nación.
La Unión Europea subrayó que la intervención en Kazajistán de un "contingente de paz debe respetar la soberanía e independencia" de este país. En tanto, el secretario estadounidense de Estado, Antony Blinken, comunicó el apoyo "a las instituciones constitucionales de Kazajistán y a la libertad de prensa".