Energía política
Dra. Francis Espinoza F. Académica UCN
Auna semana del triunfo de Gabriel Boric sobre el abanderado de la derecha José Antonio Kast en las elecciones presidenciales de Chile, innumerables entrevistas me han hecho redefinir las razones del triunfo del candidato de Apruebo Dignidad, y hoy uno de los presidentes más jóvenes del país (35 años), considerando a Manuel Blanco Encalada (36 años). La prensa internacional lo ha tildado de Milénial (The New York Times, (20/12/2021), y viene a engrosar la tendencia actual de la 'juventud divino tesoro' en el poder junto con la Primera Ministra socialdemócrata de Finlandia, Sanna Marín (34 años), el Presidente de El Salvador Nayib Bukele (37 años), la Presidenta de Kosovo, Vjosa Osmani (38 años), el Primer Ministro de Georgia Irakli Garibashvili (38 años), y el Presidente de Francia, Emmanuel Macron (39 años).
No hay literatura suficiente sobre 'energía política', sin duda este concepto deviene del análisis de variables psicológicas en la teoría política. En otro artículo para este mismo medio (Nostalgia Política, 05/12/2021), me referí a la emocionalidad como factor clave que determina las decisiones electorales en las urnas. En 2016, Manuel Arias Maldonado en su libro La Democracia Sentimental se preguntaba si somos individuos políticamente racionales o más bien ciudadanos/as sentimentales. Este politólogo español también se cuestionaba si todos los problemas que tenemos con las democracias contemporáneas se deben al efecto del peso de las emociones en los procesos políticos y sociales. He escrito sobre emociones en política, de la mano de la filósofa estadounidense Martha Nussbaum y su texto Emociones Políticas (2014) y del psicólogo argentino Walter Riso con su obra Democracia Afectiva (2019).
Pudiésemos ver representada la energía política en la juventud de quienes se postulan al poder y eso lo saben muy bien los/as gringos/as. El marketing político estadounidense plantea la necesidad de una imagen fresca y joven, como cuando compitieron Richard Nixon y John F. Kennedy (1960), o Barack Obama y John McCain (2008). Sin embargo, esto no siempre es aplicable a la 'política criolla'. Tal vez, lo más importante es que la 'máscara' que se cree no sea tan lejana de la realidad porque como dice Erving Goffman (1959), tarde o temprano las impresiones que no se pretendían dar son recibidas por la audiencia. Más allá de un/a candidato/a joven, en política el dinamismo se ve reflejado en la manera en que los conglomerados se identifican y apoyan enérgicamente las candidaturas, llevándolas finalmente hacia el triunfo. En general, es observable que en las primeras vueltas hay menos vigor político que en los balotajes, y habría una relación directa entre el éxito y toda la potencia puesta al servicio de los liderazgos.
En Hernán Büchi (1989) fue observable una contundente energía política, pero el peso de la historia pudo más, y fue difícil derrocar al candidato del cambio y del fin de la dictadura, Patricio Aylwin (1990-1994). Éste ocupó el sitial que le correspondería por tesón político en esa elección al 'conde' Gabriel Valdés. Con el Demócrata Cristiano Eduardo Frei (1994-2000), la energía se vio plasmada casi como un 'proceso de continuidad' a través de en un conglomerado político que venía llamándose Concertación de Partidos por la Democracia, y todavía quedaba en las expectativas de los/as votantes esa imagen de "la alegría ya viene". El buen matrimonio concertacionista y sus votantes, aún se podía observar en el éxito propagandístico de Ricardo Lagos (2000-2006), quien incorporó rápidamente a su estrategia electoral al mundo de la cultura (El País, 08/01/2000). La primera y única presidenta en el país, Michelle Bachelet (2006-2010; 2014-2018), en ambos períodos electorales arrastró la energía viva del sector femenino, misma potencia que ha sido observada históricamente (Daniel Matamala, El Porvenir de la Patria, La Tercera, 04/12/2021), y que le dio el triunfo al recién electo Presidente de Chile (La Tercera, 20/12/2021). La fuerza del empresariado contribuyó al triunfo de Sebastián Piñera (2010-2014; 2018-2022) en ambos períodos, una potencia fundamental porque como diría Carlos Marx, la base material económica determina el triunfo o fracaso de los fenómenos societales (El Capital, 1867).
Para la narrativa electoral quedará en la memoria que José Antonio Kast fue el 'Alejandro Guillier' de la derecha, un outsider, seguramente considerado un mal candidato porque no supo aglutinar las fuerzas de la centro derecha, pero habría que recordar que ya eran los partidos de la diestra que lo despreciaban y el apoyo de Franco Parisi llegó demasiado tarde. La energía política en Gabriel Boric se vio rápidamente reflejada en la alineación de la ex Nueva Mayoría, porque había que salvar el poder político de los 30 años. La duda que emerge es si ese vigor político le alcanzará para gobernar los cuatro años. En la noche de su triunfo Boric estaba solo en el escenario, porque finalmente "…no hay soledad comparable a la soledad del poder" (Gabriel García Márquez, Excélsior, abril 1971).
"La energía política en Gabriel Boric se vio rápidamente reflejada en la alineación de la ex Nueva Mayoría, porque había que salvar el poder político de los 30 años. La duda que emerge es si ese vigor político le alcanzará para gobernar los cuatro años".