Las últimas aproximaciones
Los comandos de los candidatos a la presidencial buscan sumar la mayor cantidad de apoderados ante la posibilidad de una disputa estrecha. Como es habitual se espera que a menos de una hora del cierre de las mesas se vaya marcando una tendencia, pero se supone que no se podrá anticipar al triunfador hasta muy avanzada la tarde-noche.
Mañana se realizará la segunda vuelta presidencial y pese a que los sondeos y encuestas entregaban en las semanas previas un claro ganador, a horas del proceso la coincidencia es que se definirá por un estrecho margen. De hecho es la sensación que se advierte tanto en los comandos de Gabriel Boric (Apruebo Dignidad) como en el de José Antonio Kast (Frente Social Cristiano), quienes han impulsado una campaña para reclutar la mayor cantidad de apoderados de mesa, porque entienden que cada voto será importante.
Los candidatos también se han puesto en ese hipotético caso de triunfo estrecho. Boric está dispuesto a aceptarlo mientras que desde la vereda de Kast no se descarta ir a tribunales electorales si la diferencia es muy ajustada.
Es un escenario que se puede vivir, pero sería casi improbable que la diferencia sea tan mínima que se deba llegar a un recuento o una revisión de cada voto como ocurrió en Perú, por ejemplo. Lo más probable es que se dé una diferencia de varios miles de votos lo que permitirá que el mismo domingo uno de los ganadores celebre el triunfo y el vencido reconozca el resultado, así suele ser la tradición republicana.
Como es habitual se espera que a menos de una hora del cierre de las mesas se vaya marcando una tendencia, pero se supone que no se podrá anticipar al triunfador hasta cuando un porcentaje mayor de mesas estén escrutadas.
Sin dudas, que para un gran volumen de la población éstas son las elecciones más importantes en tiempos de democracia. Las circunstancias vividas, el proceso constituyente y las demandas sociales crean el contexto para que dos candidatos de sectores muy opuestos estén disputando el sillón presidencial y han debido adaptar sus programas para convencer a un electorado más identificado con el centro.
Pero será una elección bisagra y su resultado puede marcar el fin de muchos de los actuales paradigmas políticos. Y se convertiría en un verdadero hito para la historia del país.