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Cierre de refugio de Arzobispado de Antofagasta limita ayuda a migrantes

CRISIS. Según reconocen encargados de centros de ayuda humanitaria en Antofagasta. Desde septiembre pasado este recinto ha brindado apoyo a más de 500 extranjeros.
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Las medidas adoptadas ante el intenso flujo migratorio de la frontera norte, que han incluido la implementación de refugios transitorios para extranjeros, podrían sufrir un duro retroceso ante el término de operaciones el 30 de diciembre próximo del refugio Padre Alberto Hurtado del Arzobispado de Antofagasta. Un recinto considerado clave para enfrentar esta crisis humanitaria.

El albergue comenzó a operar el 4 de septiembre pasado ante las continuas aglomeraciones de extranjeros que a mediados de agosto comenzaron a registrarse en el terminal de buses Carlos Oviedo Cavada de la ciudad. En el período más crítico, este rodoviario llegó a contar con cerca de 500 extranjeros por jornada en las inmediaciones del lugar.

El asistente social Jonathan Cifuentes (31), gestor de uno de los proyectos de asistencia humanitaria de Caritas que ha incluido la habilitación del albergue para migrantes Padre Alberto Hurtado, comenta que el término de operaciones del recinto se debe al cumplimiento del plazo estipulado. "La causa de término del albergue es porque el proyecto tenía un plazo de funcionamiento de tres meses, y este período se alargó. Las instalaciones además son del padre (Benito) y la comunidad necesita hacer sus cultos. Hoy estamos en proceso de cierre, ya no recibimos más personas y solamente nos quedamos con 13 familias, para quienes estamos gestionando subsidios de arriendo", afirma sobre el recinto que funciona a pasos del terminal de buses de Antofagasta, en dependencias del Arzobispado y destinado a migrantes venezolanos.

Tras el término de operaciones de este refugio se mantendrá en operaciones solo al Centro de Primera Estadía de Antofagasta como recinto para proporcionar albergue a migrantes. Para Cifuentes el término de operaciones del refugio Padre Alberto Hurtado agudizará la vulnerabilidad del flujo migratorio en la ciudad. "Hemos estado conversando con la gente de nuestro equipo, y nos preocupa que la gente quede en la calle, porque si bien un albergue tiene sus complicaciones también tiene mucha acción humanitaria. Es gente que necesita insertarse en la sociedad y apoyo en políticas públicas que puedan respaldar la integración de estas personas. La crisis va a aumentar, por lo que hemos observado. Esto no va a parar", agrega Cisternas, quien sostiene que este refugio puede albergar hasta 58 migrantes.

"Esto irá en aumento, y veremos un número no menor de personas durmiendo en las calles, en las plazas, porque el albergue se cierra y el Centro de Primera Estadía opera con otros requisitos", añade Cifuentes. Según el asistente social a cargo del refugio del Arzobispado, si contaran con apoyo en recursos y un lugar donde instalarse podrían mantenerse la operación de este albergue, hoy en la zona norte de la ciudad.

Contención humanitaria

El refugio Padre Alberto Hurtado desde su puesta en marcha ha brindado albergue a más de 500 extranjeros. Este espacio ha operado como un recinto de emergencia que recibe tanto a migrantes que buscan permanecer en la ciudad, como a otros en tránsito. Mientras el Centros de Primera Estadía de Antofagasta, que funciona con recursos del Ministerio del Interior y apoyo técnico de la Seremi de Desarrollo Social, se ha focalizado en la atención grupos familiares migrantes que se dirigen a la zona centrosur del país, con un objetivo de reunificación.

Desde la Fundación Corazones Unidos, entidad a cargo de la gestión del Centro de Primera Estadía de Antofagasta, reconocen que el cierre del refugio del Arzobispado dificultará la cobertura de residencias transitorias para las familias migrantes en la ciudad. "Ayer anduvimos en ruta y comprobamos que muchos siguen acá, porque como están en época navideña pueden vender algunas cosas", dice Claudia Abarca (40), encargada de la gestión del Centro de Primera Estadía para familias migrantes. Según Abarca el Servicio Jesuita a Migrantes (SJM) y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) han gestionado residencias provisorias en algunos hostales para familias migrantes más vulnerables.

El Centro de Primera Estadía comenzó a recibir a los primeros grupos familiares a inicios de noviembre pasado. En un período de 30 días el albergue registra la salida con dirección a Santiago de tres buses con un total de 146 migrantes: 73 adultos y 73 menores de edad. Durante este período el Centro de Primera Estadía registra tres rotaciones de grupos familiares con un total de 94 personas, mientras que a otras 52 se les derivó desde otros centros.

Control a recursos

El viernes pasado el consejero regional Eslayne Portilla (PRI, Ind), en una de las sesiones del Consejo Regional, solicitó el detalle de los proyectos de ejecución del programa de apoyo humanitario a la crisis migratoria. Según un documento de la Delegación Presidencial Regional de Antofagasta, esta iniciativa considera $600 millones para aumentar las medidas de testeo de antígeno, PCR y entrega de kit sanitarios y colaciones; a lo que se agregan $900 millones para reforzar el testeo y vacunación móvil y entregas de kit sanitarios. "He pedido al Gobernador (Ricardo Díaz) el detalle de lo que se está ejecutando, porque a mi parecer esto no está teniendo el resultado con tanta plata que se entregó", opina Portilla.

Desde la Seremi de Salud de Antofagasta informaron que desde el 18 de agosto pasado -cuando las aduanas sanitarias en los terminales de buses regionales comenzaron a testear a extranjeros en condición migratoria irregular- se registran 41.461 test de antígenos. El período de mayor demanda ocurrió en septiembre pasado con unos 500 exámenes diarios. En la última semana, en tanto, se contabilizan en promedio 270 test de antígenos diarios.

115 niños de macrocampamento tuvieron fiesta navideña

ESPÍRITU. La actividad de voluntariado fue liderada por la Dirección General de Pastoral y Cultura Cristiana de la UCN.
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En el marco de la Navidad con Sentido que promueve la Dirección General de Pastoral y Cultura Cristiana de la Universidad Católica del Norte (UCN), se llevó a cabo la tradicional Fiesta de Navidad para niños del macrocampamento Los Arenales, en Antofagasta, el que se ha intervenido en temáticas comunitarias y educativas desde 2015.

Un total de 115 menores de 5 a 13 años fueron los que disfrutaron de una entretenida jornada que contó con zumba, juegos, globoflexia y yincana; fiesta que se llevó a cabo en el Centro Comunitario Óscar Romero.

De esta forma, fue posible ofrecer a los niños y niñas un día de alegría y esparcimiento, el que se vio coronado con la llegada del "Viejito Pascuero", quien entregó regalos y golosinas a todos los invitados.

La coordinadora de Vocación Social de la Pastoral UCN, Paulina González Tello, reafirma el valor que tienen tanto la comunidad como los voluntarios para lograr las acciones programadas: "Una de las claves del éxito de la fiesta de navidad es que efectivamente participaron los niños del programa de educación, lo que permitió que la fiesta se llevara a cabo, y por supuesto el rol del voluntario fue clave desde el entusiasmo, desde conocer a los niños, involucrarse de manera afectiva y hacer propia la actividad".

Voluntarios

Los pequeños fueron recibidos con un desayuno por los voluntarios que se inscribieron para participar y apoyar la jornada. "Los monitores estuvieron motivados durante toda la actividad. También, atendieron y acompañaron a los niños que llegaron a la fiesta", comentó Camila Cabrera Cordero, coordinadora del Voluntariado de Vocación Social.

Agregó que "estas actividades fortalecen al voluntariado, ya que se conoce y comparte con otras realidades, pero también potencian a las familias con el apoyo que realizan los voluntarios".