"Cantinflas en Antofagasta"
Pero otra visita destacada fue la que realizó Mario Moreno, "Cantinflas", estrella del cine mexicano, que arrancaba sonrisas a destajo entre los espectadores del cine. El émulo de "Chaplin" aterrizó en Cerro Moreno a las 15: 15 horas del martes 13 de febrero de 1951, en su avión particular, un Douglas DC-3, pintado con los colores de la bandera mexicana y un escudo de esa nación. El actor cómico fue recibido por el representante de "Columbia Pictures", Carlos Cóccolo y lo presentó al centenar de personas que lo esperaban en la losa de nuestro naciente aeropuerto.
Piloto de la lujosa aeronave, que se posó en la losa de la Panagra, era Javier Garaga y copiloto Julio Soto. También viajaban junto al actor, el secretario privado José Palacios y el asistente José Zacarías. Según los visitantes al aeropuerto, "Cantinflas", lucía lentes oscuros de color verde y se le veía como una persona seria, mucho más moreno que lo que se ve en la pantalla grande, pero muy cordial y atento, al saludar al público.
En el aeropuerto, "Cantinflas" fue entrevistado por representantes de la prensa local y se mostró muy grato de hallarse nuevamente en Chile (Ya había estado el año 1942). Causo carcajadas con sus respuestas y alternó con el personal de la Panagra. Luego viajo a la ciudad, pese a ser advertido que en Antofagasta no había hoteles a la altura de la estrella de cine.
A las 20:30 horas de ese día, Mario Moreno habló al público antofagastino, a través de los micrófonos de Emisoras Unidas Libertad. Alabó a las mujeres chilenas, lamentando no poder abrazarlas a todas y aclarando que no pilotea el avión en que viaja. "A volar joven" es una película en la que intenté aprender a volar, pero no pude…" - respondió con mucho humor.
LitYa dijimos que, a comienzos de los cuarenta del siglo pasado, Clark Gable, connotado actor del cine yankee, estuvo en la ciudad por unos días y que su presencia en los balcones del añoso edificio de Carrera con Antonino Toro, provocó desmadres y desmayos en las féminas antofagastinas, que lo conocían solo gracias al celuloide.
Jaime N. Alvarado García, Profesor Normalista - Periodista