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La sana convivencia en nuestras calles

La tolerancia y empatía deben primar para evitar hechos violentos ante situaciones que nos alteran y confunden. "Se debiera orientar programas de convivencia vial. Más ahora con el aumento del parque de vehículos livianos que comparten vías con automóviles y camiones en todas sus dimensiones".
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Muchos explican que los problemas de intolerancia e irascibilidad que se están repitiendo entre los conductores de vehículos motorizados se deben en gran parte a los efectos de la pandemia. Los extensos confinamientos, el control para acceder a los espacios públicos, y otros han provocados estados mentales alterados y que por instantes se desbordan y terminan en conductas agresivas.

Ese es un problema complejo, porque la falta de control puede derivar en hechos indeseados y de una gravedad de carácter delictual.

Las imágenes viralizadas en que un motociclista rompe a "cadenazos" los vidrios de un automóvil de una conductora que osó increpar una mala maniobra con discusión incluida, es una muestra de lo que puede ocurrir. El atacante por distintos medios de comunicación ha manifestado su arrepentimiento y aclara que su intención nunca fue atacar a la mujer y que realmente no se explica su airada reacción.

Una claro ejemplo de los estados alterados y las reacciones inapropiadas ante hechos accidentales, que suelen tener consecuencias. El joven motorista fue formalizado y arriesga condena y multa.

Por ello se debe insistir en la creación de una política de Estado para atacar las consecuencias en el estado mental de las personas en pandemia y lo que viene más adelante tras su fin. Mejorar las atenciones y procurar tratamientos para los casos más graves, es prioritario porque estamos frente a un problema sanitario que requiere de una alta preocupación.

En paralelo, y para los casos específicos, se debe trabajar en la convivencia vial. Más ahora con el aumento del parque de vehículos livianos como motocicletas y bicicletas que comparten vías con automóviles y camiones en todas sus dimensiones.

Debe existir respeto desde ambos sectores. Los más livianos deben ceñirse a las normas de tránsito y no aprovechar sus características para maniobras zigzagueantes y desde los más pesados entender que están aquellos en condiciones de desventaja ante alguna colisión o simple "topón".

Las calles y autopistas deben ser compartidas bajo la premisa de una sana convivencia en la que todos deben aportar para evitar accidentes.

Ladrones del tiempo

"El tiempo corre. Lo peor de todo es que en muchos casos resulta de mala calidad. Porque se consume en aquello más superfluo". Manuel Dannemann Correa, Director Educacional Red Educacional Magister
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¿Qué es el tiempo cronológico?. En palabras simples, es la duración de las cosas sujetas al cambio. Que determina épocas, períodos, horas, días, semanas, meses. Permite colocar los hechos en momentos específicos. Cuando se acerca el término de un año, como acurre ahora, este tiempo se hace más patente en ritmo y exigencia. Desde antiguo existe una sentencia temporal, tempus fugit, el tiempo fluye o mejor dicho corre. En expresión gráfica, se oye decir, que las horas del día no alcanzan. El tiempo se escapa de las manos. Hay acontecimientos que transcurren en un abrir y cerrar de ojos. Para algunos el tiempo es oro, los santos dicen que es gloria.

El tiempo es recurso escaso. No sobra y siempre falta. En la actualidad, el enemigo mortal, que envenena nuestra civilización, es la ausencia de tiempo. Cuando los avances de la tecnología, de las comunicaciones, parecieran buscar mayor eficiencia en la administración del tiempo, los hombres hemos ido en la dirección contraria. Para la familia, la amistad, el amor, la contemplación, para uno mismo, el tiempo es un tesoro. Sin embargo, se pierde, se desnaturaliza. Pasan los años y con retrospectiva, si estuviera en nuestras manos, quisiéramos haberlo detenido, vivir ese instante con mayor atención. Lo que ya sucedió, de esa manera, en ese lugar, con aquellas personas, ya no se repetirá. El tiempo tiene ladrones que asaltan, dispersan y confunden. Además, están en nosotros mismos. Los llevamos para todas partes.

Una revisión. Ni siquiera exhaustiva, permite identificar algunos de esos ladrones. La falta de prioridades, la dispersión. El vitrineo permanente de las redes sociales, ajenas a la actividad del momento. Postergando la tarea por resolver, el asunto sobre el cual decidir, la atención de quien nos acompaña. La esclavización a las pantallas. Es habitual ver una familia junta, sentados en la mesa de un restaurante, en un parque, en la vida doméstica, con sus integrantes dedicados a su propio celular. Cada uno en lo suyo. El tiempo corre. Lo peor de todo es que en muchos casos resulta de mala calidad. Porque finalmente se consume en aquello más superfluo.

Bajo un viejo reloj de sol medieval se lee la inscripción: sólo cuento las horas serenas. La administración del tiempo, cuando se hace consciente del hoy y ahora, a partir de un horario, trayendo al presente lo que se debe hacer, con prioridades, entrega una energía capaz de resolver los asuntos más complejos. Donde la práctica de la paciencia y la perseverancia encauzan la velocidad y la premura que acompaña a la temporalidad. Necesitamos tiempo. Para querer, contemplar, caminar, leer, acompañar, escuchar, ayudar y dejarse apoyar. No da lo mismo cómo vivir el tiempo. Saber estar en pasado y futuro, para aprender y proyectar. Sobre todo, en presente. Para destinar la mayor atención al momento. Atesorar aquello esencial, gozar y profundizar. Por sencillo que sea. Finalmente, lo que da sentido al tiempo es el compromiso y la responsabilidad.

Miedos versus Miedos….

"A las venganzas le es inherente la violencia y escuchamos hoy a coro un rechazo a la violencia de cualquier color". Pedro Aranda Astudillo, Fundador de la Corporación Gen
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Los oleajes de miedos que nos está dejando las elecciones presidenciales debemos escudriñarlos o quedar presos de ellos. Este clima social de vernos desde una vereda a la otra, la mitad a un lado y la otra al otro como enemigos, adversarios. De patriotas o antipatriotas nos destinará a un Chile profundamente fraccionado. Si bien así hemos estado desde la ruptura de la democracia pero "atenuado" con el pasar del tiempo, ahora la confrontación social sería más honda. Esta coyuntura nos exige preguntarnos si queremos un Chile de convivencias tolerantes, de legitimar nuestras diferencias, vale decir de respetarnos como personas o vivir mostrándonos los puños.

La elección parlamentaria es una palmaria evidencia que chilenas y chilenos han validado que debemos vivir a la par con la paz de las negociaciones, de los diálogos, de los acuerdos. Nadie posee toda la verdad, somos un país que debe caminar y progresar desde el bien común. Toda la Naturaleza es la relación entre sus más distintos elementos: agua tierra, sol y luna coronada por las estaciones del año.

Bajo la esperanza que nos puso la próxima formación del Congreso y el balotaje presidencial que dirimirá sobre dos programas diferentes u opuestos será un contrapunto al congreso próximo.

Abordemos la complejidad emocional en el que estamos. En "ambas veredas aludidas" existe el miedo. Creemos que es sano tomar conciencia del miedo que nos está condicionando y no sólo por esta elección sino en nuestras vidas. Valga agregar que la salud mental de Chile es una de las más vulnerables del mundo.

Recurramos a la sabiduría de algunas personas insignes que sucintan la experiencia sobre el miedo: "La amenaza es el arma del amenazado", "Aquél que más posee, más miedo tiene de perderlo" Leonardo da Vinci. "El que teme es un esclavo" L. Séneca. "Cuando se teme a alguien es porque a ese alguien le dimos poder sobre nosotros" H. Hesse. "El miedo llega a expulsar del hombre la humanidad misma" Aldous Huxley. "El miedo siempre está dispuesto a ver las cosas peor de lo que son" T. Livio "Teme al miedo, el miedo paraliza o empuja al coraje". "Para quien tiene miedo, los ruidos son temblores" Sófocles. "Nada en la vida debe ser temido solamente comprendido. Ahora es el momento de comprender más para temer menos" Marie Curie, Premio Nobel de Física 1903, Premio Nobel de Química 1911.

La orientación de M. Curie merece detenernos: todos los organismos vivos por su instinto de conservación reaccionan ante una amenaza. En las personas: "el miedo golpea las puertas del amor, el amor abre la puerta y el miedo desapareció". Comprender al miedo, sus causas escondidas, el miedo cual fantasma desaparece.

Dijimos en la columna "De la bruma social a la esperanza" que ganar para borrar del mapa al contrario será erguirse no en gobernadores sino en "justicieros". A las venganzas le es inherente la violencia y escuchamos hoy a coro un rechazo a la violencia de cualquier color. ¿De qué sirve una mansión si en su interior está el infierno?