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Discursos Políticos

Dra. Francis Espinoza F. Académica UCN
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El lenguaje construye realidad, eso lo sabían muy bien los/as constructivistas sociales, quienes les dan valor a los discursos como entes reguladores de la weltanschauung, o la visión de mundo que tenemos. Hace un par de años leí en el medio inglés The Economist que era posible analizar el ejercicio del poder de los/as líderes internacionales a través de los minutos que éstos/as ocupaban en sus discursos políticos durante las cumbres mundiales. De acuerdo al análisis, el ex presidente de Estados Unidos, Barack Obama, fue uno de los oradores más extensos. Sin embargo, The American Presidency Project hace un promedio del tiempo usado por los presidentes en Estados Unidos desde 1964, Donald Trump es el gran 'hablador' con 1:20:20 minutos, versus 1:14:51 de Bill Clinton y 1:02:45 de Obama.

Existen diversos estudios sobre cómo hablan los presidentes de América Latina durante el período de la Pandemia. De acuerdo a un análisis de contenido de estadística textual hecho entre el 03 y 31 de marzo del año pasado, un grupo de primeros mandatarios tales como Sebastián Piñera, Iván Duque, Andrés López Obrador (AMLO) y Daniel Ortega presenta curiosidades significativas. Por ejemplo, los afines al neoliberalismo plantearon en sus discursos la necesidad de priorización de lo social sobre lo económico. En cambio, figuras progresistas como AMLO se restaron del liderazgo de la crisis y dejaron la gobernanza a su equipo científico (El Tiempo, 13/04/2020). De todas maneras, el papel aguanta mucho y la realidad podría distar bastante de los dichos.

En su crónica "Los Grandes Oradores de mi tiempo", el destacado periodista Juan Pablo Cárdenas reflexiona sobre las características discursivas y éticas que presentaban los políticos durante su tiempo de reporteo. Según Cárdenas, Eduardo Frei, el líder de la Patria Joven, no era una lumbrera de la retórica, pero su tono de voz transmitía lo esencial de un buen orador, seguridad, confianza y credibilidad. En cambio, Radomiro Tomic "siempre era arrollador cuando hablaba", pues derrochaba ideas y emociones conjuntamente. Si bien en la crónica se hace una alabanza significativa al liderazgo de Salvador Allende, pero también se dice que a veces parecía más un predicador que un político. Con menos afecto, Jaime Guzmán es visto como aquel hablante que hizo célebre su frase "los únicos comunistas buenos eran los muertos" (Interferencia, 11/10/2021).

Siguiendo con el análisis, el sitio web Vocativ.com ha analizado más de 600 discursos presidenciales en Estados Unidos y da cuenta que en el pasado los discursos fueron escritos a nivel de doctorado, pero que el lenguaje se ha ido puesto cada vez menos sofisticados con el tiempo (NPR, 14/10/2014), algo que Carlos Peña llama simplismo para referirse a los manifiestos del presidenciable José Antonio Kast (El Mercurio de Antofagasta, 27/10/2021). El History Factual Intertainment Brand hace un análisis cualitativo de los diez discursos modernos de los presidentes de Estados Unidos. Como olvidar el speech de Franklin D. Roosevelt sobre la Gran Depresión (1933), porque él propuso que el gobierno nacional tiene la obligación de proporcionar una red de seguridad económica a sus ciudadanos para protegerlos de la imprevisibilidad del mercado. De ahí en adelante, Dwigth Eisenhower se refirió a los átomos de paz en la ONU a raíz de la bomba nuclear, o el discurso de Lyndon B Johnson sobre EEUU como la gran sociedad, o el de J.F Kennedy sobre el esfuerzo espacial y la llegada del hombre a la luna.

Me imagino que con este mismo ahínco el diputado Jaime Naranjo presentó su libelo de 1300 páginas, un record Guinnes de 108 horas hablando sobre la acusación constitucional en contra del presidente Sebastián Piñera. Se habló de show político por parte de la derecha en espera del levantamiento de la cuarentena del diputado Giorgio Jackson, y en función de la narrativa de la pérdida del honor a la institucionalidad del Ejecutivo y de falta a la probidad del presidente. Carlos Peña tampoco fue muy generoso en su análisis y lo tildó como una 'caída al ridículo' (El Mercurio de Antofagasta, 10/11/2021). Sin embargo, para muchos/as fue el héroe que logró poner en jaque al intocable de Sebastián Piñera. De seguro, la historia protegerá a los poderosos, pero que el lenguaje ayude a remecer las estructuras de poder desde las estructuras de poder, ya es un avance. En esta fatiga eterna del discurso y de tanta verborrea como precisó Osvaldo Villalobos de Antofagasta TV a un candidato a senador, es importante que se recuerde que el lenguaje importa, pero no con un significante vacío (Ernesto Laclau, 2004). Aquel liderazgo que se basa en un hablar como papagayo y decir nada, ya tiene la carrera política perdida. Hay que preferir candidaturas con contenido, pasión y convicción social.

"De seguro, la historia protegerá a los poderosos, pero que el lenguaje ayude a remecer las estructuras de poder desde las estructuras de poder, ya es un avance".