G20 ratifica en Roma impuesto mínimo global de 15% a las grandes compañías
CUMBRE. Los líderes del grupo, que incluye potencias y países emergentes, acordó en su primera jornada impulsar ese gravamen a partir del año 2030. China pidió una "coordinación internacional de políticas macroeconómicas".
La primera jornada en Roma de la cumbre de líderes del grupo de las 20 economías más desarrolladas del mundo, G20, logró un primer acuerdo: la adopción, tras largas negociaciones, de un impuesto mínimo global a las multinacionales para equilibrar el sistema tributario internacional.
"Tras cuatro años de un intenso debate se ha alcanzado un acuerdo histórico sobre una solución basada en dos pilares para afrontar los retos fiscales emergidos con la digitalización y la globalización de la economía", aseguraron fuentes de la presidencia italiana de turno del grupo.
Los jefes de Estado del G20 acordaron un impuesto mínimo global a sociedades de al menos el 15% para lograr un sistema tributario más justo y moderno, evitando que las compañias se valgan de regímenes fiscales complacientes o paraísos fiscales y no paguen impuestos donde operan, asuntos clave para fomentar las inversiones y el crecimiento.
Uno de los más entusiastas fue el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, quien aseguró que así la comunidad internacional "ayudará a las personas haciendo que las empresas contribuyan pagando su cuota" de impuestos.
Un impuesto mínimo
El mecanismo, que se adoptará en 2030, sigue el camino ya trazado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) de un sistema sustentado en dos pilares.
El primero fija que el volumen del beneficio residual de las empresas, es decir, el restante después de que el país donde esté la sede se haya quedado con el impuesto correspondiente al 10% de la rentabilidad, se repartirá entre los países donde operan.
El segundo establece un tipo mínimo de sociedades del 15% para las que tengan una facturación de al menos 867 millones de dólares.
La OCDE ya informó que 136 países y jurisdicciones, que abarcan más del 90% del PIB mundial sobre los 140 que participan en las negociaciones, acordaron que para el primer pilar la cifra sea del 25% de ese beneficio residual.
Esto refiere a grandes empresas con una facturación mundial superior a 23.000 millones de dólares y una rentabilidad superior al 10%, y el reparto de beneficios se haría entre los países donde cada compañía tiene ingresos superiores a 1,1 millón de dólares (280.000 dólares en pequeños estados).
Los líderes de este foro, cuyos países acumulan el 80% del Producto Interino Bruto y el 60% de la población del planeta, volvieron a reunirse físicamente tras la pandemia, pues el de Riad del año pasado tuvo que celebrarse virtualmente.
El presidente argentino, Alberto Fernández, abordó la elevada deuda de su país con el Fondo Monetario Internacional. "El actual sistema, que prioriza a la especulación sobre el desarrollo de los pueblos, debe cambiar. La deuda externa que mi gobierno heredó con el FMI y que hoy estamos afrontando es un claro ejemplo de lo que está mal", reclamó.
Además, junto al mandatario de Brasil, Jair Bolsonaro, defendió la importancia del Mercosur, aunque el brasileño puso énfasis en un comercio internacional "libre" de medidas "discriminatorias".