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Vecinos sin dormir, aves que se pierden y astronomía en peligro por la contaminación lumínica

MEDIOAMBIENTE. Múltiples impactos en la Región de Antofagasta por falta de control de la luminosidad de faenas mineras y letreros publicitarios.
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Claudio Cerda Santander

"Para nosotros es como dormir con la luz encendida", comenta Johana Riquelme (41), presidenta de la comunidad del edificio Grecia, en la costanera del centro sur de la ciudad de Antofagasta, al referirse al impacto de la pantalla led de publicidad ubicada a pocos pasos de este inmueble.

El haz de luz cada jornada y noche se dirige al sector de las habitaciones de este recinto de 11 pisos, donde habitan principalmente adultos mayores. "Cuando la pantalla deja de funcionar, por alguna falla, es un descanso. A los vecinos que viven en los pisos 3 y 4 les afecta mucho más. Cada uno ha tratado de sellar las ventanas, pero de todas maneras se nota. En mi caso he tenido que instalar cortinas de maderas y black out", agrega Riquelme, quien sostiene que han intentado como comunidad gestionar una reducción de la intensidad de la pantalla luminosa, por parte de la empresa a cargo de este soporte publicitario, aunque sin resultados favorables hasta el momento.

Según datos de la Municipalidad de Antofagasta, de las dos pantallas de publicidad led que registraba la Dirección de Obras de la entidad en 2016, estas aumentaron a 10 en 2020. Para el director del Instituto de Astronomía de la U. Católica del Norte este tipo de contingencia ambiental surge como un problema en aumento si no se respeta la norma que regula la contaminación lumínica.

Fauna

La contaminación lumínica surge además como una permanente amenaza para determinado tipo de fauna, comenta Carlos Guerra, Director del Centro Regional de Estudios y Educación Ambiental (CREA) y Director del Centro del Centro de Rescate y Rehabilitación de Fauna Silvestre (CRRFS) de la U. de Antofagasta. "Hay aves que permanentemente se pierden por el efecto de la iluminación pública de mala calidad. En la Primera Región, por ejemplo, hay un impacto explosivo catastrófico en las golondrinas de mar, que están muriendo por miles debido al efecto de la desubicación cuando hay luces. Ha llegado una buena tecnología para nosotros los humanos, pero que es pésima para los animales, como es la iluminación led", dice.

"Esta tecnología led atrae a muchas aves que se pierden, caen al piso y terminan atacadas por perros, gatos o bien quedan tiradas y mueren. Estamos en una pérdida de la biodiversidad, y toda es causada por la actividad humana", agrega Guerra.

Astronomía en riesgo

Desde 1998 Chile cuenta con una Norma de Emisión para la Regulación de la Contaminación Lumínica, que se aplica a las regiones de Antofagasta, Atacama y Coquimbo para contribuir a la preservación de la actividad astronómica en estas zonas del país. En 2012 se promulgó la revisión de esta norma con el objetivo de establecer mayores exigencias, ampliar las fuentes reguladas e incluir nuevas tecnologías de iluminación (D.S. N°43/2012 MMA), según informa el Ministerio del Medio Ambiente en su sitio en Internet.

Para Eduardo Unda-Sanzana, director del Centro de Astronomía de la U. de Antofagasta, la contaminación lumínica amenaza las "reservas oscuras" en la región principalmente por el impacto de la industria minera. "La contaminación lumínica en la Región de Antofagasta está dominada por dos fuentes principales: la emisión de las ciudades y la emisión de las empresas mineras. Si bien tradicionalmente hemos discutido este tema en el contexto del crecimiento de las ciudades, es mucho más preocupante lo que hoy está ocurriendo en las faenas mineras. Éstas se encuentran operando en pleno desierto, amenazando lo que antes eran reservas oscuras, y generando emisiones de luz que es fácil detectar a cientos de kilómetros de distancia, con graves efectos en ecosistemas desérticos que requieren ciclos naturales de claridad y oscuridad natural para subsistir. Peor aún, es muy raro ver que en los diseños de iluminación de las faenas mineras haya apego a las normas vigentes, lo que posiblemente esté asociado a que estas empresas son más bien inmunes al efecto de multas, dada la naturaleza de su actividad económica. En base a mi experiencia personal, los intentos de acercamiento para persuadir y acordar modelos de operación 'limpios' en términos lumínicos tampoco han sido muy efectivos, pues los contactos en las empresas mineras son muy volátiles y éstos son temas en los cuales ha costado mucho generar una cultura ambiental: cada vez hay que empezar a discutir lo básico si cambian los representantes de las empresas", afirma.

"Aún es un efecto que no ha llegado a ensuciar significativamente las imágenes científicas dada la distancia que hay entre los observatorios y las principales fuentes emisoras en la Región de Antofagasta. Sin embargo, esto es algo que no se debe analizar como una situación estática sino como una situación cambiante. Esto dispara todas las alarmas: en los últimos 20 años vemos que ha habido una razonable adherencia a las normas por parte de las ciudades (aunque hay excepciones, especialmente cuando hay cambio de autoridades y personal técnico a cargo) pero por parte de las empresas mineras el problema ha tenido un crecimiento explosivo, al punto de que se hace evidente, mirando un mapa de contaminación lumínica actualizado, que hay mineras, como Minera Escondida, que contamina al nivel de una pequeña ciudad. Esto ha reducido dramáticamente las reservas oscuras de la región, introduciendo incertidumbre a lo que será la operación futura de proyectos emblemáticos en el territorio, y a la efectividad con que el territorio logrará seguir atrayendo nuevos proyectos si este problema no es controlado", agrega Unda-Sanzana.

Norma 2022

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Según datos del Ministerio del Medio Ambiente, en el país solo el 1% de la población vive en zonas con cielos oscuros, mientras que más del 30% de los habitantes de la nación habita en lugares donde la luz artificial no permite ver las estrellas con características más propias del crepúsculo que de la oscuridad de la noche. La esperada entrada en vigencia de la revisión de la Norma de Contaminación Lumínica (2022) y la decretación de las áreas astronómicas por parte del Ministerio CTCI (de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación), habiendo esto último sido un trabajo originado y liderado en la Región de Antofagasta, debería dar una motivación especial a quienes ocupen el territorio a incorporar el control de esta contaminación, así como la protección del cielo, como un elemento propio de la identidad con el territorio y con la multidimensionalidad de la actividad que tiene lugar en la Región", afirma el astrónomo EduardoUnda-Sanzana.