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Impresiones de un viaje XIV

"A simple vista, Vietnam parece un país occidental". Carlos Tarragó, Presidente Corporación Proa
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Continuando con una pincelada, a los lugares visitados en un viaje al sudeste asiático destaca Vietnam, donde pude gozar de una estadía más larga, lo que me permitió, a su vez, tener una mirada más amplia de dicho país.

Lo primero que sorprende es encontrarse con un pueblo que estuvo en guerra por cerca de treinta años, primero con Francia y luego contra EE.UU. y percibir en su gente amabilidad, miradas firmes y confiadas, sin apreciar en ellas resentimiento alguno. Es conveniente destacar que el último conflicto no fue un enfrentamiento tradicional de ejército contra ejército, sino de un ejército contra un pueblo. Si uno no supiera que está en un país socialista gobernado por un solo partido, creería que visita una nación democrática occidental, con una actividad comercial boyante, con grandes y modernos hoteles, resorts y casinos y un gran desarrollo de la construcción, sobre todo en Da Nang.

Debe ser el país donde existen más motos en el mundo. En cualquier ciudad, ante un semáforo en rojo, fácilmente se puede juntar cerca de medio centenar de estos vehículos, los cuales transportan familias de hasta 5 integrantes y todo tipo de mercadería, semejando verdaderos ekekos motorizados. Lo curioso es que no se aprecian accidentes en las vías. En los caminos rurales, la construcción parece tener sus frentes absolutamente definidos en no más de 5 metros y a cada cierta distancia se pueden ver cementerios locales. Otra cosa que llama la atención es que muchas personas utilizan mascarilla, cosa rara para nosotros; hoy, con la pandemia ya no llamaría la atención.

Recomendable es visitar la Bahía de Halong, salpicada por incontables islotes rocosos, de penachos coloreados de una frondosa vegetación, que se alzan como hitos marinos en las aguas de color turquesa. En la misma bahía tenemos la posibilidad de adentrarnos en la Caverna Thien Cung, donde nos espera un escenario de película, en el que es dable apreciar un magnífico espectáculo de estalactitas y estalagmitas y otras formaciones pétreas, con una colorida iluminación que resalta las caprichosas formas. Dos espectáculos imperdibles.

Además, existe la posibilidad de adentrarse en zonas donde se produjeron combates, como Cu Chi, cerca de Ho Chi Min, ex Saigon, y conocer lo rudimentario, pero eficaz, que resultaron prácticas absolutamente artesanales de los vietnamitas del norte, como trampas hechas de bambú, escondites individuales, túneles para ocultar tropas e instalaciones varias, con las que combatieron a un ejército con armamento, equipos y apoyos de última generación.

La Ciudad Imperial de Hué, Patrimonio de la Humanidad Unesco, 1993, resulta interesante de visitar. Fue la capital de Vietnam hasta 1945. Aunque fue muy bombardeada en los 60, aún se pueden admirar magnificas construcciones según el modelo de los palacios chinos. En resumen, Vietnam es un destino muy atractivo.

Inmigración, crisis humanitaria y políticas públicas

"El aumento del rechazo y el temor han llegado en un mal momento para una población que requiere asistencia.". Cristián Rodríguez, Director del Instituto de Políticas Púbñicas UCN
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Las semanas y días pasados, se ha observado un flujo masivo de personas y menores de nacionalidad venezolana atravesando la frontera norte de nuestro país. Las reacciones de las autoridades han sido de confusión, dado que la actual legislación migratoria elaborada para escenarios normales, no fue diseñada para enfrentar una crisis humanitaria.

Una parte de la población, ha reaccionado con rechazo y violencia a la llegada de inmigrantes, una conducta basada en la escasa información que permita conocer las causas que provocan el éxodo masivo, y por las escasas acciones para enfrentar la crisis, lo que ha provocado que adultos y menores han debido pernoctar en plazas, paseos peatonales y terminales de buses como ha sido el caso de Antofagasta.

La aprobación de la reciente legislación chilena fue desbordada por la nueva situación, la actual institucionalidad no incorporó un enfoque con principios y reglas para enfrentar el flujos permanentes de personas por razones humanitarias, provocadas por el cambio climático, crisis económicas, violaciones a los derechos humanos y crisis políticas, como ha sido el caso de personas de nacionalidad colombiana, haitiana y venezolana.

El éxodo venezolano, es provocado por una profunda crisis política, social y económica. Recientemente la Encuesta de Condiciones de Vida presentado por la Universidad Católica Andrés Bello, muestra una radiografía del agravamiento de la crisis humanitaria, la cual ha obligado a 5,4 millones de venezolanos a salir del país. De acuerdo con el informe el 94,5 % de la población está bajo la línea de la pobreza, de aquellos un 76,6 % se encuentra en extrema pobreza. El desempleo alcanza a 8,1 millones de habitantes de una fuerza laboral de aproximadamente 16 millones de personas, los trabajos en su mayoría son precarios, los salarios no alcanzan a los 2 dólares diarios.

De acuerdo con los datos que entrega la Plataforma de Coordinación para Refugiados y Migrantes de Venezuela, 457.324 personas se han desplazado hacia Chile. Una cifra comparativamente inferior al éxodo hacia Colombia que alcanza a 1,7 millones, y que en el caso de Perú supera el millón de personas.

La crisis venezolana es una crisis humanitaria que afecta a toda la región latinoamericana, y su abordaje debe ser con políticas que incorporen los principios de La Convención de Derechos Humanos de Naciones Unidas y la Declaración de Cartagena sobre Refugiados. Ambas declaraciones han sido suscritas e incorporadas por legislación chilena, como lo han entendido los fallos recientes de la Corte Suprema.

El aumento del rechazo y el temor han llegado en un mal momento para una población que requiere asistencia. Chile, se encuentra en medio de una crisis institucional, saliendo de una crisis sanitaria y a meses de las elecciones más inciertas de las últimas tres décadas. El rechazo de la población a las precarias condiciones de los recién llegados, junto con el temor de una parte de la población nacional a la competencia laboral y por servicios sociales, han generado las condiciones para que la situación humanitaria de la población venezolana, sea un ingrediente para su uso político por distintos sectores que buscan transformar en votos el rechazo y el temor.

Modernizar las comunas

Ese es el actual desafío que deben proponerse las autoridades. Ya es tiempo de vivir en ciudades modelos. Recursos hay. Contar con espacios armónicos, amables y que redunden en ciudades admirables del punto de vista arquitectónico, es una tarea que se puede realizar.
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De la mano de la solución del suministro de servicios básicos a parte de la población que aún no tiene accesos, nuestras autoridades regionales y comunales debieran propender a enfocar su gestión en entregar un sello a las ciudades y aportar con proyectos modernos que posibiliten nuevos espacios para el esparcimiento de las distintas comunidades en la región.

Son años de pocos avances y de incomodidades que no han permitido el arraigo de muchas familias que luego de largas estadas, por razones laborales, no se quedan y vuelven a sus ciudades de origen. La mayoría de las veces la razón principal es que la calidad de vida es mejor de donde vienen.

Lo lamentable es que la Región tiene potencialidades que la pueden convertir en una zona acogedora y que invite al arraigo. Y una de las fórmulas es fomentar la sinergia entre las nueve comunas, partiendo con mejoras en las conexiones viales y coordinar esfuerzos. Trabajarlos de modo coordinado será mucho más provechoso que si se hace de modo aislado.

Pero en lo inmediato está que cada comuna busque su identidad y se promuevan proyectos que sirvan para reforzarla. La capital regional ciudad minera, pero moldeada por las olas de playas que pueden convertirse en centros de recreo, actividad física y de reunión familiar durante todo el año.

Reforzar la condición costera, de puerto y de playas que albergaron los primeros caseríos y habitantes de lo que hoy conocemos como región, es prioritario.

El interior tiene bellezas que son reconocidas a nivel internacional. De hecho, San Pedro de Atacama tiene parajes que están en los circuitos que se ofrecen en países europeos y también en Sudamérica.

Si todas las autoridades quisieran imprimir su sello y dejar un legado, debieran trabajar con visión de futuro en esos aspectos. Contar con espacios armónicos, amables y que redunden en ciudades admirables del punto de vista arquitectónico, es una tarea que se puede realizar.

Sumar el arte y la cultura, tampoco es lejano. Ya se sabe que está presente y existen grandes cultores en diversas áreas. Muchos de ellos íconos a nivel nacional. Tener salas de arte, teatros, cines y paseos temáticos, serían grandes aportes.

Es tiempo de pensar las cosas en grande. Recursos existen y si se logra una atinada distribución los beneficios a largo plazo serán claros y palpables. Hay que dar el salto.