Vecinos autofinancian sistemas de vigilancia ante creciente sensación de inseguridad
ORGANIZACIÓN. Alarmas comunitarias y cámaras han contribuido a generar cohesión entre vecinos y aportar mayor seguridad en zonas de riesgo.
La creciente sensación de inseguridad que afecta a distintas zonas del país, incluida la ciudad de Antofagasta, ha impulsado a organizaciones de la sociedad civil y junta de vecinos a implementar diversas medidas para intentar recuperar la vida en comunidad y contribuir en el resguardo de sus barrios.
Es que existe una percepción de mayor riesgo que, según vecinos de algunos sectores de la capital regional, respondería a las secuelas causadas por la pandemia, reflejada en una mayor cesantía y en el masivo desconfinamiento. Entre las medidas de autogestión para contribuir en medidas de vigilancia se inserta la implementación de alarmas comunitarias en distintos barrios de la ciudad, que forma parte de una iniciativa impulsada por la Fundación Antofa Segura. Desde esta organización comentan que desde abril a la fecha se han instalado más de 55 sistemas de seguridad en 18 barrios de la ciudad de Antofagasta. Los dispositivos instalados consisten en alarmas sonoras que operan mediante controles remotos, a lo que se agrega un panel digital que identifica del domicilio de quien activó la emergencia.
"Las alarmas comunitarias es la acción culmine del plan de intervención 'Yo cuido la casa de mi vecino' de la Fundación Antofa Segura, que tiene por objetivo educar, acompañar, gestionar, y co construir esta iniciativa que nos permite recuperar la sensación de seguridad y la vida de barrio que teníamos antes en Antofagasta para vivir más tranquilos y seguros", afirma Fabíán Ossandón, ingeniero civil, fundador de Antofa Segura.
"Los vecinos y vecinas se organizan para reunir los recursos y nuestra fundación los une, los organiza, les propone ideas, formas de trabajo, también les entrega herramientas, los educa, los orienta, gestiona soluciones a sus problemáticas y también les acompaña y ayuda a ejecutar este proyecto (…) Algunos de los barrios que cuentan con este sistema son: Villa Esperanza 2000, Miramar Sureste, Calle Zenteno, algunas calles de la población Altos del Club Hípico, Sierra Nevada, La Bonilla, conjunto habitacional Los Nogales, Avenida España, Villa Belén entre otros", agrega Ossandón, quien sostiene que estas iniciativas cuentas solo con cofinanciamiento de la comunidad y la organización que encabeza.
Experiencias
Según comentan desde la Fundación Antofa Segura, el monto del proyecto considera un aporte ideal de $12 mil por vivienda para la habilitación de los sistemas de alerta: bocina, baliza, visor, instalación y control remoto. A esto se agrega la capacitación y guía a los vecinos sobre la implementación de estos dispositivos.
José Villar (49), habitante de la población Miramar Sureste en el sector alto de la ciudad de Antofagasta, comenta que la implementación del plan de alarmas comunitarias ha contribuido a una mayor integración de los vecinos. "Enfrentábamos una problemática como comunidad, que tenía que ver con las reiteradas acciones delictuales en el sector, porque de un tiempo a esta parte han sido muchos los robos a vehículos y a casas particulares. Incluso a pesar del apoyo del plan cuadrante (de Carabineros) seguían ocurriendo estos delitos, por lo que esto ya nos demandaba un trabajo más en comunidad", afirma.
"Yo antes conocía solo de vista a algunos vecinos, pero ya con este sistema de alarma sabemos quién es quién en el barrio.. hay un nexo que ha permitido unirnos (…) En el pasaje donde vivo, 39 casas cuentan con las alarmas", agrega Villa.
Cámaras de vigilancia
Oscar Riquelme (54), presidente de la Junta de Vecinos Unión Altos del Club Hípico de la comuna de Antofagasta, plantea que cada madrugada se incrementa la inseguridad en el barrio, con desconocidos que transitan por el sector y roban vehículos y también a residentes.
Debido a la delincuencia que les afecta los vecinos se organizaron para instalar cámaras de vigilancia y sistemas de alertas financiados con recursos propios. "Ocurre que después de la una de la madrugada, abunda el tránsito de personas ajenas al barrio, lo que hemos comprobado con la revisión de las cámaras que tenemos en la sede social. La semana pasada además sufrimos el asalto de una vecina, a las cuatro y media de la mañana fue golpeada brutalmente, y por las cámaras registramos el ataque", afirma.
"Además acá tenemos dos zonas de áreas verdes próximas, que cuando oscurece se convierten en un foco de delincuencia. Porque viene gente de otros sectores a tomar y drogarse, y está muy peligroso. Hemos enviado cartas a las autoridades solicitando, por favor que se aumente la intensidad de iluminación en ese sector, que es muy baja, pero no hemos obtenido respuestas", agrega el dirigente vecinal.