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La masiva caravana de migrantes que atraviesa la región en busca de un futuro

ÉXODO. Cientos de venezolanos se han visto estos días en el Terminal de Buses de Antofagasta o en las rutas, en su larga travesía hasta Santiago. Gobernador dice que situación está desbordada.
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Rodrigo Ramos Bañados

Un panadero que trabajaba con su familia en Maracaibo, una chica que cursaba en primer año de administración en una universidad y una pareja de no más de 20 años, que vendía frutas en un mercado. Ellos tienen en común que están en tránsito por Antofagasta, aunque tampoco tienen claro cuál será su destino final. Son parte de esa caravana de venezolanos que por estos días, parece haberse incrementado en la capital regional y sus alrededores.

Se pueden ver en La Negra. Son generalmente jóvenes caminando a un costado de la carretera hacia el sur. Otra postal es la del centro, donde venezolanos, especialmente con niños, cambian golosinas por dinero en una sutil mendicidad. Y la última, es la del Terminal de Buses, con inmigrantes venezolanos apostados en los alrededores, o en la noche, cobijándose al interior para dormir, a la espera de continuar el viaje. Un periplo que puede seguir en un bus interurbano, a pie o en un transporte irregular, con todo el riesgo que conlleva.

Jennifer Mercado, de 22 años, era estudiante de administración antes de emigrar de Venezuela. Ella está sentada en el suelo, junto a su bebé, en brazos, en la esquina de Baquedano con San Martín. Salió hace siete meses desde Caracas, para embarcarse en una viaje que todavía no concluye. Su primer gran destino fue Lima, Perú, pero no le gustó porque se ha transformado en una ciudad difícil para el inmigrante venezolano. En esa capital juntó algo de dinero, y siguió, con cuatro meses de embarazo junto a su familia hacia Tacna, con la idea de cruzar hacia Chile.

Un coyote condujo al grupo de siete personas, a un sector costero, en las cercanías del control fronterizo del vecino país. Eran las cuatro de la madrugada. Caminaron. Llevaban unas botellas de agua y galletas. Nadie les advirtió que se trataba de un sector peligroso por la existencia de minas. Después de siete horas de caminata por el desierto, alcanzaron el aeropuerto de Chacalluta, en Arica. Luego, por las mismas personas que pasaban, se enteraron que habían cruzado un campo minado. "Decidimos venirnos a Antofagasta, para poder quedarnos un tiempo. Yo estoy con mi bebé, que nació en Chile. Ya es más difícil moverme con mi hijo. Quiero trabajar", dice esta mujer delgada, de semblante triste.

Golosinas

José Gutiérrez, de 20 años, de Maracaibo, está con su pareja de 18 años, y un bebé de seis meses en sus brazos en la esquina de Matta, con Orella. Vende golosinas. Al día, cuenta, deben reunir alrededor de 10 mil pesos para tener un techo donde dormir. Conseguir comida es más fácil, dice con una sonrisa este ex vendedor de frutas en Venezuela. La mayoría de las veces la comida llega por la compasión de quienes los ven.

José es moreno, delgado y tiene todas las ganas de comenzar una nueva vida en Chile. Dice, ante la mirada esquiva de su pareja, que llegar a Antofagasta, para los venezolanos, es un avance porque se nota que es una ciudad llena de posibilidades. Antes, estuvieron en Iquique, donde permanecieron varios días encerrados en una residencia sanitaria. José Gutiérrez y su pareja, embarazada de ocho meses, pasaron a Chile, por un paso no habilitado, en Bolivia. Cuenta que la caminata fue de alrededor de seis horas, de madrugada, con puna. "Fue un camino largo, frío, y donde la altura no te deja respirar, hasta que alcanzamos un refugio en Colchane. Allí, Carabineros, nos tomó los datos. Un bus nos llevó al refugio de Iquique. El embarazo de mi pareja nos dio más posibilidades, además que queríamos tener a nuestro hijo acá. Hay varias embarazadas cruzando la frontera", responde José, quien con entusiasmo, dice que es necesario arriesgar para lograr lo que uno quiere.

Terminal de buses

Luis Ramírez de 27 años, panadero, de Maracaibo, está a un costado del Terminal de Buses, esperando. No tiene claro que espera, pero lo hace, junto a varios de sus compatriotas, que un bus, un transporte, o algo por el estilo, lo conduzca a Santiago, donde tiene alguno de sus familiares que ya consiguieron trabajo en "la comida rápida". Junto a Luis, hay una gran cantidad de venezolanos en una suerte de fila. El ánimo es positivo. Bromean. Dialogan. "Ya pasamos lo difícil", dice con la mirada fija en una chica que viene con algo para comer. Detrás de la chica, su pareja camina con el hijo de ambos.

Recuerda que lo más complejo fue el paso ilegal por la frontera, cerca de Pisiga por el lado boliviano, con la puna. Su hijo de cuatro años, dice, que iba junto a él, en un grupo de diez personas caminando, se desmayó. "Se mareó. Luego se puso morado. Pensamos que moriría. Fue terrible. Por suerte pudo recuperarse. No le doy a nadie lo que hemos pasado, pero deben entender los chilenos que esto es por necesidad. Ya en Iquique, esperábamos más ayuda. Estamos acá, de paso. Quizás nos quedemos por más tiempo. No sé dónde iremos a terminar este viaje", afirma el joven, con cierta desesperanza.

Situación desbordada

Como una "situación desbordada", califica el Gobernador Regional, Ricardo Díaz, la "crisis migratoria" que experimenta la Región de Antofagasta. "No hay ningún control. No hemos visto que desde la Delegación Presidencial se tomaran las medidas para asegurar un ordenamiento. Durante el comité Covid, se le hizo ver al delegado la situación que estamos viviendo", afirmó.

El gobernador dice que se le planteó al delegado, "que no estaban actuando las aduanas sanitarias; que no habían albergues suficientes para acoger a la población de inmigrantes; o que muchas empresas de transportes estaban permitiendo el ingreso de personas en la mitad de la carretera. Eso, sumado al grave accidente el día sábado, en donde vimos que se está institucionalizando una suerte de trata de personas. El delegado es el encargado de dar seguridad a quienes están en la región, y debe hacerse cargo".

Aduana Sanitaria

Desde la Delegación Presidencial respondieron que se instalará una aduana sanitaria para controlar los ingresos a Tocopilla. "Lo de los inmigrantes es una situación humanitaria, social, que ha puesto a prueba a todos los controles. Sin embargo, estamos trabajando arduamente para poder controlar, especialmente lo relacionado a la pandemia. La aduana sanitaria servirá para quienes sean positivos, llevarlos a una residencia sanitaria, y los negativos puedan continuar su tránsito", dijo el delegado presidencial Daniel Agusto.

La autoridad dijo que en los próximos meses se vendrá una situación más compleja, porque ha ido sistemáticamente aumentando el tránsito de personas. "Estamos en coordinación con las autoridades de Tarapacá y Arica y Parinacota, por este situación".

Dijo, que si bien hay una nueva Ley de Extranjería, por lo pronto se están ocupando los artículos transitorios, para efecto que a los 90 días que las personas ingresan se puedan autodenunciar y regularizar la situación.

"Estamos trabajando con todas las policías para los controles respectivos. Aquí se han presentado bastante situaciones respecto al poder judicial, que en torno a recursos han fallado a favor de muchas personas inmigrantes con antecedentes, lo que es lamentable. Nosotros queremos que aquellos que no vienen aportar el país, no deben estar; a diferencia de que quienes quieren trabajar y vienen a aportar", sostuvo.

"No hay ningún control. No hemos visto que desde la Delegación Presidencial se tomaran las medidas para asegurar un ordenamiento".

Ricardo Díaz, Gobernador regional

Identifican a migrante fallecido

Como Franklin Miranda fue identificada la víctima fatal del volcamiento de una furgoneta en el kilómetro 70 de la Ruta 1, en la comuna de Mejillones. El hombre era de Bolivia y al momento del accidente iba viajando con su esposa, también boliviana. Información preliminar, apunta que en el vehículo iban 13 personas, incluyendo a Franklin. Todos venían desde Bolivia y habrían ingresado por un paso no habilitado. Iban con destino a la ciudad de Santiago. Respecto a las demás personas involucradas en el accidente, dos ciudadanos bolivianos se encuentran hospitalizados por heridas (fracturas). Se trata de un hombre y una mujer, quienes están fuera de riesgo vital pero que de momento no podrán retornar a su país de origen.