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La evidencia es inequívoca

"Esta es la misma crisis climática que aumenta los conflictos sociales que hoy vivimos". Matías Rojas, co-fundador de Socialab
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Esta semana uno de los paneles científicos más importante en la historia de la humanidad evidenció que el calentamiento global, responsabilidad de los seres humanos, es irrefutable. Una verdad inequívoca. No sólo eso, también demostró que los cambios son irreversibles y que estamos viviendo la última ventana de oportunidad para actuar y mitigar sus consecuencias hacia los seres vivos. Esta es la misma crisis climática que aumenta los conflictos sociales que hoy vivimos, como la migración sin precedentes, la seguridad alimentaria y alzas en los costos de vida, por ejemplo.

¿Cómo podemos hacer negocios sin agua potable? ¿Cómo tomar decisiones a largo plazo con permanentes conflictos sociales? ¿Cómo contar con fuerza laboral capacitada sin la posibilidad de proyectarnos a un futuro como sociedad? Simplemente no se puede, y esta vez el tiempo es clave. No podemos esperar años ni invertir millones en equipos de I+D que entreguen soluciones parciales, cuando los problemas ya se han transformado o quedaron obsoletos.

¿Cuál debería ser el rol de las empresas ante este escenario? Aunque todos tenemos uno clave en esta década, el que juegan las empresas es determinante. La velocidad en la que éstas identifican e integran innovaciones socioambientales debe aumentar, permitiendo que su core business sea permeado por éstas últimas, ya que si no integran indicadores socioambientales medibles en sus productos y servicios, serán los nuevos Kodak o Blockbusters de esta generación. Métricas como la reducción de su huella hídrica y de carbono, aumento en el nivel educativo de sus comunidades de impacto e inclusión de personas en situación de vulnerabilidad entre muchas otras, son aquellas que se proponen desde la ONU hasta el WEF. En 2021 lo anterior dejó de ser una opción y pasó a ser una obligación.

La única forma de avanzar de manera eficiente es conectarse con soluciones ya existentes, con equipos dedicados completamente a lograr el éxito de sus soluciones. En la mayoría de los casos esas soluciones están en startups de impacto, muy lejos del entorno de las empresas. Las startups llegan a actuar como piezas ágiles y precisas para movernos mucho más rápido de lo que lo hemos hecho.

Llegó la hora de generar puentes de comunicación eficaces para que ambos mundos puedan aprovechar lo mejor del otro, para que las innovaciones de triple impacto aporten de manera activa a la actual crisis socioambiental del mundo y también, para que las empresas puedan evolucionar y sobrevivir, y la humanidad pueda prosperar.

Vida útil de las termoeléctricas

"Si no se hace nada, y sólo se cierran las plantas eléctricas, se produciría un deterioro en el desarrollo de estas comunas". Marcos Crutchik Norambuena, Centro de Desarrollo Energético Antofagasta (CDEA), Universidad de Antofagasta
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Como parte de la estrategia de Chile para avanzar hacia una economía verde, se planteó la descarbonización de la matriz eléctrica del país para el 2040, sin embargo, hoy existen voces que proponen adelantar esa fecha para el 2025.

La eliminación total de la generación a carbón, y su reemplazo por energías renovables, más allá de algunos aspectos técnicos, tiene además algunos alcances negativos a considerar, tanto para las zonas donde se encuentran las centrales, en nuestro caso Mejillones y Tocopilla, como para las empresas cuyas inversiones en dichas plantas aún no rentabiliza.

En este sentido, se debe considerar que las plantas que utilizan carbón ocupan más personal directo que sus equivalentes basadas en recursos renovables, por lo tanto, su eliminación significa un cierto nivel de desempleo. También se afecta el empleo indirecto, pues disminuye la necesidad de contratar servicios a terceros, algo que afecta por lo general a pequeñas empresas comunales.

Junto con eso, se verían disminuidos o eliminados los servicios relacionados con la ceniza resultante del proceso de combustión, entre otros servicios de este tipo, que se contratan a pymes de las comunidades adyacentes.

Si no se hace nada, y sólo se cierran las plantas eléctricas, se produciría un deterioro en el desarrollo de estas comunas, lo cual se podría establecer como una nueva interpretación del concepto "zona de sacrificio", es decir, una comunidad que sacrifica su bienestar económico en beneficio del resto del país.

Una solución que puede atenuar los problemas antes descritos es pensar en una reutilización de las actuales generadoras carboneras mediante la tecnología denominada Batería de Carnot. Básicamente, se trata de cambiar la caldera de combustión del carbón por un sistema basado en sales fundidas, las cuales entregan el calor necesario para producir el vapor, manteniéndose el restante equipamiento de potencia ya existente en la planta.

Este es el mismo principio presente en las plantas solares de concentración, como la de Cerro Dominador. Sin embargo, no se usa un sistema solar para producir la fundición de la sal, sino que calefactores eléctricos. La energía eléctrica necesaria para el proceso se compra directamente en el mercado a las empresas que ofrecen hoy energía renovable a precios ventajosos, en particular, en aquellas horas en donde tienen excedentes no despachados al Sistema Eléctrico interconectado Nacional SEN.

Este esquema permitiría reutilizar las actuales plantas generadoras en base a carbón, manteniendo su operación "amigable" y el espíritu de la descarbonización de la matriz eléctrica planteado para el 2040, y junto con eso, atenuar los problemas sociales y económicos ya descritos.

Sería interesante evaluar la posibilidad de utilizar esta alternativa para determinar la viabilidad de reciclar algunas de las plantas eléctricas basadas en carbón instaladas en las comunas de Tocopilla y Mejillones, que, de acuerdo al compromiso adquirido con la descarbonización de la matriz eléctrica, están programadas para salir de servicio en los próximos años.