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Reconstrucción de lo político

Dra. Francis Espinoza F. Académica UCN
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La promulgación de la candidatura de la todavía Presidenta del Senado, Yasna Provoste ha venido a reconfigurar un poco más el escenario político-partidista rumbo a La Moneda. Por otra parte, el complejo proceso de adaptación de la Convención Constituyente, sus integrantes en conflicto permanente por bipolaridades ideológicas y los resultados de las elecciones primarias alejadas del favoritismo de las encuestas, nos hacen pensar, como diría Florcita Motuda en su canción, "mejor yo me voy del país" (2000). Un ejercicio curioso que ya había hecho el ex candidato presidenciable Hernán Büchi aduciendo la 'incerteza jurídica' que se vivía en el país (Emol, 28/04/2016), producto de los cambios que se estaban realizando durante el segundo gobierno de Michelle Bachelet.

Sin embargo, la tarea más compleja es quedarse aquí y entender esta Post-democracia (Colin Cruch, 2000) 'chilensis' a partir de sus redefiniciones políticas.

La construcción de lo político ha sido una de las preocupaciones fundamentales de quienes analizamos la gobernanza del país. Algunos analistas, como aquéllos que aparecen en la dualidad mediática (El Mercurio de Santiago-La Tercera) y en otros medios online, se han quedado en las antiguas lecturas de una sociedad moderna, por lo cual hacen sentir a la opinión pública que los extraterrestres pronto nos invadirán y tomarán el control el país.

Muchos de estos procesos yo ya los venía observando y viviendo en Europa mientras estudiaba mi doctorado, y aunque fuera una 'negativa total' como le dice mi padre a mi madre, la real politik nos pega 'cachetazos' de realidad. No habría por qué ver las transformaciones con tanto asco, porque tarde o temprano igual nos pasarán por encima.

El reciente informe de la Chatham House en Reino Unido (13/07/2021) nos da pistas de cómo la juventud puede prevenir el retroceso democrático. Esto lo vimos en las votaciones del Plebiscito (25/10/2020), por ejemplo, un estudiante me contó que sentía que iba levitando camino a las urnas. De ahí en adelante como dice otra melodía popular "Todo Cambió" (Camila, 2006) y las voluntades de ir a votar se fueron desvaneciendo o simplemente murieron. Sin embargo, de acuerdo al índice 2020 de la Unidad de Inteligencia de The Economist, Chile (2º) junto con Uruguay (1º) son considerados los únicos países en Latinoamérica con democracias plenas. En el ranking nos ubicamos en el 17º después de Reino Unido, aun cuando nuestra "Asignatura Pendiente" (Ricky Martin, 2003) sigue siendo la participación política.

De acuerdo a este mismo reporte, de 2006 en adelante hemos subido 0,39 puntos, lo que también se ha visto reflejado en otros informes internacionales como el del instituto sueco V-Dem de la Universidad de Gotemburgo (2021), en el cual hemos mejorado sustancialmente la participación (31º) en los últimos 10 años.

Analizando la teoría y los índices internacionales, se debe entender que hoy en día no es posible hacer una distinción tan clara entre lo político (en relación al tiempo de lo instituyente) y la política (como la administración de lo instituido) y lo político y lo social. De esta manera, irrumpen con fuerza temas desde la sociedad a las instituciones como la urgencia en la solución a la problemática de los presos del Estallido Social.

Martín Retamozo Benítez (2009) nos dice que ya resulta contraproducente no entender las democracias contemporáneas sin abordar los conflictos sociales y la conformación de sujetos políticos. Es decir, unas madres en la Plaza Colón de nuestra ciudad se han transformado en un actor político que buscan justicia para sus hijos presos, y enfrentan a toda la institucionalidad judicial, con la amenaza de que la puedan hacer caer abruptamente si finalmente deciden buscar el 'debido proceso' en cortes internacionales. No es un dato menor que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos haya recibido un número significativos de peticiones durante el 2020 (43) y la mayoría de ellas tengan que ver con la violación a los derechos humanos durante el Golpe de Estado y la Dictadura Militar. Por ende, las demandas del Estallido Social están a la vuelta de la esquina. La reconstrucción de lo político tiene que ver con la importancia de la transformación de los sujetos sociales en políticos, el abordaje de temas que en épocas pretéritas no se tocaban como las culturas de encubrimiento que sustentan instituciones como la Iglesia Católica y Carabineros, y el ejercicio del poder por sectores que nunca tuvieron voz. La nueva participación ciudadana no está sólo en las urnas, está en lo que Paolo Virno (2003) llama la construcción de la esfera pública no estatal o la 'república de la multitud'.

"¿Analizando la teoría y los índices internacionales, se debe entender que hoy en día no es posible hacer una distinción tan clara entre lo político (en relación al tiempo de lo instituyente) y la política (como la administración de lo instituido) y lo político y lo social".