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Con la "emergencia" debemos aprender a convivir

"El autocuidado, la planificación previa, junto con espacios de conversación y practica periódica, son fundamentales". Percy Hernández Angulo, Jefe Unidad de Gestión del Riesgo Emergencias y Desastres SSA
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El pasado 18 de junio se cumplieron 30 años de la fatídica noche del aluvión de Antofagasta, donde tres horas de intensas lluvias en la zona dejó casi un centenar de muertos, 19 desaparecidos y cuantiosos daños materiales. Unas semanas antes, 21 de mayo, se registró el terremoto más grande en Chile, con una estimación de 2.000 fallecidos y una extensión de casi 1.000 km.

A fines de febrero y principio de marzo recordamos un año más de dos eventos que marcaron la historia de las Emergencias y Desastres. Primero, el fatídico 27F de 2010, terremoto considerado como el segundo más fuerte en la historia del país y el octavo registrado por la humanidad. Segundo, el 11 de marzo de 2011 un sismo 9.1 en Japón que, con una alarma de evacuación para todo el territorio nacional, nos demostró qué pasado un año desde aquel 27F, aún debíamos avanzar en el desarrollo de estrategias para enfrentar fenómenos que nos han golpeado históricamente.

A más de 10 años de esos lamentables sucesos, observemos en el inicio 2021: 23 de enero, terremoto en Antártica y Farellones (con minutos de diferencia) que obliga a reaccionar en el corto plazo, con un mensaje recibido en todo el territorio nacional, aunque no por todos los teléfonos. 30 de enero, incendio en el Hospital San Borja Arriarán que pone a prueba la capacidad de evacuación hospitalaria y merma una presionada red sanitaria. A este episodio se suma el aluvión en la localidad de San José de Maipo.

Con todas estas situaciones, parece indesmentible afirmar que Chile es un país que convive con los eventos adversos que requieren, permanentemente, poner a prueba los recursos y la capacidad de respuesta.

Al indagar la historia regional, vienen a la memoria los aluviones de Antofagasta 1991, Tocopilla y Taltal 2015, terremoto de Antofagasta 1995 y Tocopilla 2007, entre otras situaciones que han golpeado a la comunidad.

Considerando que en la región existen 21 volcanes, 6 de ellos activos; un poco más de 300 km lineales de costa, con 69% de la población regional expuesta a una evacuación de tsunami, los múltiples movimientos telúricos, las lluvias que cada verano se observan en el altiplano, entre otras amenazas, la pregunta inminente es: ¿Estamos preparados?

La respuesta tentadora podría ser responsabilizar al Estado, autoridades y organizaciones de la brecha en la anticipación. Sin embargo, es importante comprender que la "cultura de la emergencia" parte por cada uno de nosotros.

El Servicio de Salud de Antofagasta (SSA) contempla, dentro de sus funciones, la indispensable articulación de la red asistencial ante situaciones de catástrofe regional y, con cauto orgullo, podemos decir que hemos estado a la altura coordinando esfuerzos en las tres provincias y nueve comunas de nuestra región. En esta línea el equipo se mantiene alerta ante la posibilidad de ocurrencia de eventos que agregan a la emergencia el efecto "pandemia". Por esta razón, trabajamos día a día. Esto nos mueve, esto nos motiva, esto nos define.

"No es la más fuerte, ni las más inteligente de las especies, la que sobrevive. Es aquella que más se adapta al cambio". Charles Darwin

Los nuevos rostros en la política

Instaladas las nuevas autoridades en el municipio y en el gobierno regional, se espera que puedan trabajar por sus comunidades y con su desempeño reafirmen el valor de sus cargos. Hay quienes identifican a la política con los malos políticos o con lo vicios que permean la política. Mientras otras le dan el valor que tiene y la consideran de suma importancia para el desarrollo.
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Una de las verdades que se hizo patente durante la crisis social fue el fuerte rechazo ciudadano a la clase política. Situación que incluso coincidieron los mismos involucrados en las críticas, quienes en una especie de "mea culpa" reconocieron que no habían estado a la altura de las circunstancias y que algunos lejos de servir se habían servido en el desempeño de sus cargos.

Junto a ello se comprometían con la probidad y la transparencia y pedían retomar las confianzas, porque el sistema de gobierno requiere de la política y de instituciones sólidas que den gobernanza a la nación.

Decreció la política partidista practicada hasta ese año y se formaron agrupaciones ciudadanas con la intención de incursionar en el sistema pero con la mirada de la gran masa de la población. Rostros nuevos que no tienen sobre sus espaldas compromisos con quienes se habían encargado de concentrar el poder en el país.

Muchos de ellos hoy están en los municipios como alcaldes o concejales y otros llegaron al nuevo cargo de gobernador regional.

Hace pocos días empezaron en sus funciones, con ese desafío. El de gobernar de cara al pueblo y sin visos ni acercamientos a decisiones dudosas, éticamente criticables o definitivamente con trazas de corrupción.

Hay quienes identifican a la política con los malos políticos o con lo vicios que permean la política. Mientras otras le dan el valor que tiene y la consideran de suma importancia para el desarrollo de las naciones.

Entonces, no nos podemos alejar de la política, pero sí de los malos políticos y su vicios.

Una tarea que es posible lograr. Quienes hoy ostentan nuevos cargos tienen todas las condiciones para ser políticos, gobernantes y grandes estadistas.

Son nuevas incursiones, nuevos rostros, pero un sistema similar que tiene que cambiar desde dentro hacia fuera para interpretar lo que quiere la comunidad en cuanto a oportunidades y equidades en el desarrollo de las más diversas actividades.

Es un largo andar, pero que debía partir ante los cambios que exigen los nuevos tiempos en Chile. Es de esperar que los pasos que se den sean en el sentido correcto, no se solucionará todo de un plumazo, pero es necesario que se trace el camino correcto desde este momento.

Mínimos comunes esenciales y superiores

Manuel Dannemann Correa , Director Educacional Red Educacional Magister
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¿En qué consiste aquello básico y esencial que todo estudiante debe dominar?. Desde la primera infancia, apoyados en el compromiso de los padres, los colegios deben enfocarse en que los alumnos lean de corrido, escriban correctamente, comprendan lo que leen y dominen las cuatro operaciones. Esto es lo que un centro educativo debe garantizar. Exceptuando condicionantes extremos, todos pueden y deben aprender. En sentido contrario, cuando las limitaciones se acumulan en el tiempo todo suma en contra. El método Matte es un buen ejemplo para asegurar los aprendizajes. Creado por Claudio Matte en 1884, conocido como el Ojo, con sus 29 lecciones, hoy sigue vigente. Con él han aprendido generaciones de chilenos, en un amplio espectro socio cultural. Los estudiantes de primero básico que trabajan con este sistema analítico, fonético y sintético están leyendo a más tardar en mayo. De ahí para adelante, secundando los sucesivos procesos, el mundo se abre y sin solución de continuidad el desarrollo es exponencial.

Más allá de un método específico cuando éste se aplica de manera sistemática, con seriedad, los resultados no se dejan esperar. Hoy se está hablando en Chile de los mínimos comunes. En educación los mínimos comunes deben ser superiores y estar alineados con estándares que establezcan competencias esenciales de excelencia, desde los primeros años y para todo el desarrollo posterior. El analfabetismo estructural cuando se instala cierra puertas y puede llegar a ser irremontable, limitando todo progreso para quienes lo padecen.

Con el paso de los años han desfilado por la educación variadas metodologías, que emergen y mueren casi con su nacimiento. Las competencias se desarrollan adecuadamente en ambientes sistemáticos, ordenados, con alto compromiso de directivos, docentes y padres. El enfoque es el de siempre, hacer que los alumnos aprendan y verificar que lo hagan. El aprendizaje, siendo un fenómeno complejo, para ser significativo necesita condiciones sencillas y directas. La tecnología ha entregando mayor celeridad a los procesos, a la ejecución de la tarea. Resulta indispensable hacer que sean un medio al servicio de lo esencial. De otra manera su competencia puede distraer lo primero.

El COVID ha cobrado vidas, está significando pérdidas materiales, pobreza, desempleo, afectando la salud mental. Por añadidura está produciendo rezago en los niveles de aprendizaje, lo que tendrá consecuencias complejas para el desarrollo futuro del mundo. Numerosos niños y jóvenes de esta generación, en particular los más vulnerables, se encontrarán probablemente con el paso del tiempo desprovistos de conocimientos y habilidades para su desempeño escolar, universitario y hasta laboral. Esto desafía para concentrar los esfuerzos en lo esencial, en aquello que los estudiantes deben dominar. La base de todo. Leer, escribir, comprender, sumar, restar, multiplicar y dividir. Parece simple. Es lo esencial, mínimo común de excelencia para todos.