Al menos 10 muertos y 389 detenidos en ola de saqueos y disturbios en Sudáfrica
VIOLENCIA. Arresto del expresidente Jacob Zuma desató las manifestaciones. Actual mandatario llamó a la calma y a rechazar la "anarquía" tras movilizar al Ejército.
La cifra de víctimas por la ola de disturbios y saqueos descontrolados que sacude a Sudáfrica llegó ayer a 10 personas muertas y 389 arrestadas, según confirmó el presidente Cyril Ramaphosa, quien llamó a restaurar la "calma".
"El camino de la violencia, de los saqueos y de la anarquía sólo lleva a más violencia y devastación. Lleva a más pobreza, más desempleo y más pérdida de vidas inocentes. Esto no es lo que somos como pueblo", señaló Ramaphosa.
Ayer se registraron seis muertos en la provincia de Gauteng (donde están Johannesburgo y Pretoria) y cuatro en la de KwaZulu-Natal, donde el pasado viernes comenzaron los altercados, inicialmente en forma de protestas por el reciente encarcelamiento del expresidente Jacob Zuma.
Concentrados en esas dos regiones, los incidentes no dejaron de crecer durante el fin de semana, derivando en saqueos masivos de centros comerciales, quema de tiendas y violentos enfrentamientos con las fuerzas de seguridad, que han sido incapaces de controlar la situación, lo que obligó a movilizar al Ejército.
"Esta violencia puede tener realmente sus raíces en pronunciamientos y actividades de individuos con propósitos políticos y en expresiones de violencia e ira (...). Sin embargo, lo que estamos viendo ahora son actos de criminalidad oportunista, con grupos de gente instigando el caos meramente como coartada para saquear y robar", condenó Ramaphosa.
El presidente advirtió también que los disturbios tendrán probablemente un impacto en la cadena de distribución de alimentos y bienes en los próximos días, y ayer ya obligó a interrumpir la vacunación contra covid-19 en varias zonas afectadas.
Por todo ello, el jefe de Estado llamó a toda la sociedad a "permanecer en calma" y resistir cualquier intento de incitación a la "violencia" o de creación de "pánico".
Los actos violentos empezaron el viernes en KwaZulu-Natal, provincia natal del expresidente sudafricano Jacob Zuma y su gran bastión de apoyo político. Aunque el propio exmandatario se entregó pacíficamente a las autoridades a última hora del pasado miércoles, las primeras protestas se produjeron como muestra de apoyo frente a su encarcelamiento en la prisión de Estcourt esa misma noche para cumplir una condena de 15 meses por desacato judicial, tras haberse negado repetidamente a declarar por corrupción.