Desvistiendo santos para vestir a otros
El recorte presupuestario del Gobierno Regional de Antofagasta puede que no sea tan grande, pero revela cómo se podrían dilucidar conflictos cuando no hayan más recursos. La tensión será una constante entre delegados y gobernadores. Los delegados presidenciales se están convirtiendo en los "invitados de piedra" y pareciera que quedan solos en estos conflictos. Son apuntados cuando finalmente son actores de decisiones tomadas a nivel central.
Catorce nuevos Gobiernos Regionales sufrirán un recorte en su presupuesto que en total es de 1.400 millones, cifra que calza con el incremento que tendrán los servicios de Gobierno Interior, los cuales dependen de los delegados presidenciales, en una medida que causó duras críticas de parlamentarios de regiones y de la Asociación de Gobernadores Regionales.
Se trata de una decisión que también calza con aquella frase que reza "vestir un santo para vestir" a otro, lo que supone una práctica que no fomenta la descentralización y que solo potencia la tensión entre ambas autoridades.
En el Gobierno dicen que las delegaciones quedaron sin recursos y que era necesaria la medida, lo que puede que el argumento sea atendible, pero también se debe dejar en claro que hay improvisación.
En el caso del Gobierno Regional de Antofagasta la cifra es de poco más de 30 millones y quedaría ver cómo afecta al presupuesto, pero si aún este recorte fuera menor el tema pasa por las señales que el Ejecutivo está dando a la hora de resolver la falta de recursos. En el fondo, se puede dar una mal entendida señal que el saco es el mismo y que se deberán cada uno conformar con lo que hay.
En este contexto, sería bueno dilucidar las facultades y roles del delegado presidencial y que el Ejecutivo explique con detalle e incluso sea capaz de defender a sus representantes, situación que no se ha visto hasta el momento.
Y es que estas autoridades están siendo foco de tensión y pareciera que están quedando solos en este conflicto, lo que no parece justo dado que son solamente actores de decisiones tomadas a nivel central.
Junto a esto, están viviendo incertidumbre de cara a la asunción de sus cargos, dado que incluso se ha planteado su eliminación por parte de gobernadores regionales y otros políticos.
A días del comienzo de la convivencia de gobernadores regionales y delegados presidenciales, aún quedan conflictos por resolver, lo que confirma que el proceso seguirá teniendo tropiezos.