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64 mil personas de la región tienen ingresos bajo la línea de la pobreza

MEDICIÓN. Encuesta Casen reveló que 26 mil habitantes viven en la extrema pobreza.
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Los resultados de la última encuesta Casen han causado preocupación e incertidumbre en la comunidad antofagastina.

Si bien la segunda región cuenta con el cuarto menor porcentaje de pobreza a nivel nacional, y estar bajo el promedio país, el incremento de los indicadores de pobreza en comparación a mediciones anteriores, levanta la preocupación respecto al desarrollo alcanzado y el alcance de los efectos socioeconómicos de la emergencia sanitaria.

Indices de pobreza

De acuerdo a los datos de la Casen, Antofagasta registró una tasa del 9,3% de pobreza por ingresos, lo cual representa un aumento de 4,2 puntos frente a la última encuesta realizada en 2017, aunque también resalta el hecho de ser el mayor porcentaje que la región ha tenido desde 2006 (cuando la pobreza era de un 12,3%). Entre esos quince años se había marcado una constante curva descendente que ahora registró una brusca alza.

Traducido en números, se trataría de 64.810 personas cuyos ingresos no superarían la línea de pobreza por persona (equivalente a $177.124 en mayo de acuerdo a lo establecido por la Subsecretaria de Evaluación Social).

De ellas, 25.738 personas se encuentran en extrema pobreza (ingresos bajo $118.083), lo cual también representó un aumento frente a la anterior medición (un 3,7% que superó al 1,6% registrado en 2017).

"Es una cifra extremadamente alta, que equivale a dos ciudades intermedias y significa un retroceso de muchos años considerando todo lo avanzado en materia de disminución de pobreza. Se trata de 39 mil personas que apenas pueden financiar una canasta básica de alimentos y tenemos 25 mil a las que ni siquiera les alcanza para eso", explicó el director del Instituto de Políticas Públicas de la UCN, Cristián Rodríguez.

Causas

Al analizar las causas detrás de este notorio incremento, lógicamente una de las principales que asoma es la pandemia. La irrupción del covid-19 y las restricciones sanitarias han representado una fuerte caída de la inversión en la región, así como un aumento del desempleo.

"La pandemia obligó a la población a entrar en un confinamiento permanente, incluida una parte importante de la actividad productiva regional, motivo por el cual muchas empresas, negocios y emprendimientos debieron permanecer cerrados, generando desempleo y una pérdida de ingresos para muchas jefas y jefes de hogar", explicó el decano de la Facultad de Economía y Administración de la UCN, Fernando Álvarez.

Sin embargo, hay voces que apuntan la influencia de otros factores, anteriores a la emergencia, en el aumento de la pobreza.

Desde la perspectiva de las inversiones, los especialistas hacen hincapié en que la región ya traía un estado descenso en las cifra, lo cual se profundizó con el estallido social.

"Antofagasta venía con una situación económica complicada desde el año 2016, cuando terminó el superciclo de los precios del cobre. Las cifras se venían deteriorando desde ese entonces y nosotros pronosticamos que posiblemente la situación comenzaría a repuntar a fines de 2019. Sin embargo, el estallido social causó un descalabro fuerte, sobre todo en el sector comercio que era el primer empleador de la región", señaló el presidente de la Cámara de Comercio de Antofagasta, Antonio Sánchez.

Por otra parte, la falta de políticas sociales robustas dirigidas hacia los sectores más vulnerables sería otro de los factores.

"Se deja en evidencia un problema estructural que tiene nuestro país, que es la falta de un sistema de protección social acorde a las necesidades de la ciudadanía. Se debe brindar una contención a las familias para que frente a una contingencia o crisis, no tengan que retroceder lo que han avanzado con su esfuerzo y trabajo", propuso el analista político de Fundación Participa, Daniel Ibáñez.

"Hubo una ausencia de políticas públicas de ayuda a la población de sectores medios y con ingresos vulnerables. Sin duda, faltó un Estado más activo en materia de ayuda social. Las medidas que se tomaron lamentablemente fueron insuficientes", agregó Rodríguez.

Soluciones

Consultados por cuáles deberían ser las medidas a tomar en el corto y mediano plazo, los especialistas distinguen dos alternativas; Recuperar la inversión, y mejorara programas de ayudas sociales a la población más vulnerable.

"Lo que se necesita es un crecimiento en base a mayores niveles de inversión. Antofagasta tiene, por suerte, una diferencia respecto al resto del país, por cuanto el solo hecho de mantener los niveles de producción en la minería genera un nivel de actividad muy superior al de otras regiones. Pero también se verá afectado por los altos niveles de incertidumbre social y política que limitan el impulso por la inversión", expuso Sánchez.

"Hacia el corto plazo se debiera mantener el apoyo a los sectores más necesitados de la población, con el gobierno manteniendo los bonos de ayuda a las familias. Hacia el mediano plazo se tendrán que revisar los instrumentos de apoyo a las empresas, para que puedan reabrir sus instalaciones y retomar su actividad productiva", indicó Alvarez.

"Se requiere pasar a medidas contracíclicas en materias de inversión pública, que permitan recuperar el empleo y las actividades económicas, además de medidas urgentes que aceleren la ayuda social. Son las primeras indicaciones a tomar y deben ser responsabilidad tanto del municipio como del gobierno regional", concluyó Rodríguez.