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Un nuevo royalty para la minería

Parlamentarios de la Región debatieron sobre la oportunidad de seguir con este impuesto a las grandes empresas del rubro. Parlamentarios descarta un desincentivo a la inversión. Con estadísticas en mano aseguran que las ganancias siguen siendo elevadas y de aprobarse un royalty los negocios serían rentables.
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Según los especialistas, el precio del cobre se mantendrá sobre los cuatro dólares la libra por lo que resta del año. Eso pese a las medidas impuestas por las autoridades chinas para frenar el alza en los commodities y que ya tuvo sus primeras repercusiones en los mercados globales.

Este escenario, históricamente, ha permitido que surjan iniciativas como las de un royalty a las grandes mineras. Se analizan las cargas impositivas y se llega siempre a conclusiones que aseguran que es justo consensuar un nuevo impuesto que beneficie a las zonas productoras.

Y, de paso, se debate sobre si es necesario que ese gravamen se haga sobre las ventas o sobre las ganancias. Allí las opiniones se dividen, pero genera mayor apoyo la idea de que sea a la extracción.

Por lo menos así lo detalla el proyecto de ley que en la actualidad avanza en el Congreso, el que incluye un tributo escalonado de acuerdo a los valores que puedan tener los minerales como el cobre y el litio en los mercados internacionales.

Mientras más alto el precio mayor es el porcentaje que se debe pagar, partiendo en un 3% hasta llegar al 75%.

En la región, los parlamentarios de la zona que participaron del Diálogo "Minería, Desarrollo y Descentralización", organizado por El Mercurio y el Instituto de Políticas Públicas de la Universidad Católica del Norte coincidieron en que hoy es el momento de discutir y aprobar un royalty. Detalles más y detalles menos, hay muchas concordancias que van asociadas a un tema de justicia con las zonas productoras como nuestra región.

Y esos puntos de convergencia se están expandiendo entre los legisladores, quienes reconocen pocos avances locales en estas también llamadas regalías que se aplican en las economías mundiales. Y critican el poco aporte que ha significado el impuesto específico, aprobado en el gobierno de Ricardo Lagos.

El desincentivo la inversión lo descartan de plano. Con estadísticas en mano aseguran que las ganancias siguen siendo elevadas y de aprobarse un royalty igualmente se llegaría a niveles que son muy buenos para cualquier tipo de negocio.

Pero están conscientes que se vendrán nuevos debates parlamentarios y que confían en que habrá acuerdos.

"El Gato Pardo" y el sentido común

"Los ciudadanos observan con estupor ese sentido común, tan común que ya se ha perdido en la penumbra de los dobles discursos". Osman Cortés Argandoña, Periodista y escritor
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"Hay que tener sentido común para poder aplicarlo y solucionar los problemas de los ciudadanos"…dice el entusiasta orador que habla ya no ante cientos de personas, sino ante un indeterminado y cibernético auditorio en línea que trata de comprender lo que el dirigente social estima que es sencillo para que con una consistente cuota de sentido común, todos asimilen el contenido.

¿Qué es el sentido común? Es planificar ideas y proyectos de beneficio hacia todos los ciudadanos que viven en un ámbito determinado, con problemas similares que necesitan soluciones para desarrollar sus vidas en familias y en comunidad. Por lo menos eso es lo que se pretende hace siglos.

Se confunde el sentido común con las contradicciones que desde hace quince meses se han transformado en el estilo de las políticas gubernamentales y parlamentarias.

Se ha entendido que los bajos sueldos redundan en bajas pensiones por lo que es una contradicción que se aumente en diez mil pesos el sueldo mínimo pudiendo quedar en 337 mil pesos…"y si las cosas mejoran podríamos llegar a los 350 mil en diciembre"…Ese es el sentido común de los legisladores mientras anulan una inexistente mota de polvo en sus mangas.

Muchos estiman que sentido común es no preocuparse de las abstenciones en las últimas elecciones: algo más del 40% de votación en el proceso del 15 y 16 de mayo y menos del 20% el 13 de junio. En el norte no pasó del 13 %.

El mal sentido común explica esa actitud: "…flojos…irresponsables…antipatriotas…", quedando como héroes aquellos que han cumplido con el sufragio, sin pensar en las razones para no votar que han tenido esos flojos, irresponsables y antipatriotas.

Las campañas del terror se esgrimen como posición política para lo que viene en julio y noviembre. A los planteamientos progresistas para transformar este país se anteponen calificativos de "añejos y del pasado", sin referirse a los cambios que han tenido en sus discursos aquellos que critican: "social democracia", "economía de mercado ahora con el inserto de lo Social", "¿cuál dictadura?", "sin ideología y todos juntos".

Los ciudadanos observan con estupor ese sentido común, tan común que ya se ha perdido en la penumbra de los dobles discursos, tratando de adecuarlos a los intereses particulares, pretendiendo aplicar la teoría del italiano Giuseppe Tomasi di Lampedusa (1896-1957): "Cambiar…cambiar…para que todo siga igual". El desentierro de la ideología del gatopardismo, de la novela "El Gatopardo" (1958) y desarrollada en el cine por Luchino Visconti en 1963.

("El Gatopardo". 1963. Director: Luchino Visconti. Guíón: L. Visconti, Suso Cecchi D´Amico, Enrico Medioli, Pasquale Festa Campanile, Massimo Franciosa. Basada en la novela de Giuseppe Tomasi di Lampedusa. Música: Nino Rota. Con: Burt Lancaster, Alain Delón, Claudia Cardinale, Paolo Stoppa, Rina Morelli, Rómulo Valli, Mario Girotti, Pierre Clementi. Palma de Oro, Festival de Cannes 1963.)

Salud mental y manejo de las emociones

"El darse cuenta de uno mismo cada día, permitirá un enriquecimiento y un compromiso con la vida hoy y no mañana". Lorena Parra López, Docente de Enfermería UNAB
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El término salud mental ha sido muy mencionado este último año, quizás porque todos y todas de una u otra manera se han visto desafiados y enfrentados a la incertidumbre, situación que se quedará por bastante tiempo, en realidad por siempre.

Quizás una opción sana es aprender a vivir con ello, dejando de lado las certezas en las que supuestamente se vive, que por lo demás nunca ha sido así, y enfocarse en el aquí y ahora, en el presente, preguntándose ¿qué es lo que hoy necesito y quiero? y ¿cuáles son mis prioridades?

Es un buen momento para tomar el desafío y aprender, porque parece ser que la respuesta está en cada uno, pues una de las claves es partir con darse cuenta de que emociones surgen y como se gestionan dichas emociones, ¿qué se hace con ellas?; en la medida que cada uno se va dando cuenta, le permitirá explorar, expandir y profundizar en lo que le ocurre. Un buen comienzo es permitirse sentir dicha emoción porque, si no, se manifiesta con más fuerza.

Respuesta única para las emociones no hay, cada respuesta es válida, sin embargo, hay algunas que son más sanadoras que otras, especialmente cuando surge miedo, tristeza, rabia, por nombrar algunas.

Hoy cada uno, se tiene que dar un espacio real, para reconocer lo que le pasa y mirar cuál es la emoción predominante que permita generar un momento para reconocerlo, si es posible, hablar de lo que ocurre, lo importante es lograr que sea un momento amable y amoroso para cada uno.

Muchas de las respuestas que se encuentren a estas emociones o a la vivencia, no se "ajustarán" a lo que se espera, pero se ajustarán a uno mismo, a la propia realidad, a la propia existencia y eso será el inicio a permitir una buena salud mental, ya que cuando se descubre de cómo se está ahora mismo, sin tratar de cambiar o evitar, se puede aprender a vivir y fluir con la experiencia, en lugar de frustrarse porque no resulta como uno quiere o piensa.

Toda la energía que se ocupa en tratar de resistir a la realidad, al cambio, a lo que no me gusta, se puede transformar en energía para explorar, descubrir e intentar clarificar las confusiones o problemas que ayuden a encontrar respuesta de lo que se quiere realmente hacer, haciéndose cargo y comprendiendo que la verdadera salud mental no está en los cambios externos o cuando acabe la pandemia, sino en cómo cada uno decide enfrentarlos.

El darse cuenta de uno mismo cada día, permitirá un enriquecimiento y un compromiso con la vida hoy y no mañana.