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Solidaridad en tiempos difíciles

Los habitantes de est aregión se carecterizan por estar siempre dispuestos a ayudar a quien más lo necesite. Esa característica del nortino, y del habitante de la región no se ha perdido y debe ser uno de los valores más identitario que tenemos y debemos cultivar.
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El aluvión del 18 de junio de 1991 arrasó con una fuerza devastadora y llenó de desgracia distintos sectores de la ciudad. Pero entre ruinas y dolor, también hizo aflorar entre los antofagastinos la resiliencia y la solidaridad.

Aún, en plena tragedia, ya había personas que ante la magnitud de lo acontecido se preocupaban por el bienestar de familiares, amigos y vecinos.

No fueron pocos quienes esa madrugada abrieron las puertas de sus hogares para recibir a familias que lo habían perdido todo. Los acogieron y contuvieron, porque algunos también lamentaban no sólo la destrucción también la muerte de sus seres queridos.

Ya con la luz día, confirmaron lo peor y de inmediato y de manera casi espontánea surgieron grupos de pobladores dispuestos a ayudar.

La juventud de aquél entonces, también dio muestras de empatía y salieron en ayuda de los damnificados. Aquellos que veían como sus casas estaban cubiertas con hasta casi dos metros de barro y hacían intentos por despejarlas para limpiarlas y volver a habitarlas.

Y la ayuda solidaria llegó. Palas, picotas, escobas y baldes en manos de los jóvenes se multiplicaron y la tarea de limpieza empezó a un ritmo acelerado. La autoridad de la época tuvo que reaccionar prontamente y responder con apoyo logístico para los cientos de afectados.

Los reportes de esos tiempos, campaña telivisiva de por medio con Don Francisco, señalan que a dos semanas del trágico episodio la ciudad ya retomaba su actividad habitual.

Antofagasta, y la región en general, se caracteriza por la solidaridad. Quienes llegan desde fuera se sorprenden por una cierta apatía ciudadana, la que es innegable, pero que cambia cuando se habla de apoyar al prójimo.

En aquella ocasión no sólo los antofagastintos se unieron en torno a la solidaridad. En Calama, el excampamento de Chuquicamata, Tocopilla, Taltal, María Elena y Sierra Gorda se organizaron jornadas de ayuda las que llenaron camiones que salieron con destino a la capital regional.

Esa característica del nortino, y del habitante de la región no se ha perdido y debe ser uno de los valores más identitario que tenemos y debemos cultivar, más ahora que vivimos una pandemia que pareciera nunca acabar.

Tenemos gobernador regional

"Ahora con una Región unida podemos destrabar el centralismo histórico, que ha impedido desarrollarnos". Emile Ugarte, Arquitecto
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Con la elección de Ricardo Diaz este 13 de junio como Gobernador Regional, hemos iniciado un proceso de descentralización con legitimidad democrática, que logrará superar la mirada exclusivamente extractivista que tiene el Estado de Chile con nuestra Región. Ahora con una Región unida podemos destrabar el centralismo histórico, que ha impedido desarrollarnos, generando pobreza y degradación ambiental

En la actualidad, poseemos el mayor potencial de desarrollo del mundo, concentrando la mayor actividad minera del planeta y de alta rentabilidad, tenemos energía limpia, económica y eterna, que nos da la posibilidad de tener agua de bajo costo y desarrollar un abanico de actividades económicas, pero hoy es urgente tratar el concentrado de cobre y rescatar los metales que vienen en él, como el oro, plata, molibdeno, renio, selenio, ácido sulfúrico y otros, para salvaguardar la autonomía comercial del país, hoy amenazada por China. Será el primer paso para nuestra industrialización, agregando a los objetivos de la política nacional de energía que es lograr una minería verde y entregar energía a la RM, aunque perdamos un 31% en su traslado.

Nuestros puertos tienen una ubicación estratégica con respecto al hinterland de Latinoamérica, serán los puertos del continente. Somos la única región de Chile que tienen uso exclusivamente minero. Debemos incorporarlos como instituciones regionales para que sean los agentes generadores de la diversificación económica. Integrando los puertos de Mejillones y Antofagasta en la Plataforma Logística Multimodal B400, lograremos mayor eficiencia logística y desarrollar la industria de montaje de maquinaria minera, aparatos de energía renovable y ser parte de la cadena global de electro movilidad y otra Plataforma en Calama, para dar valor agregado a productos agrícolas y forestales de países vecinos, con energía limpia y aprovechar nuestros 26 acuerdo comerciales con otras naciones.

Lo urgente a solucionar, nuestra institucionalidad territorial singular, somos un territorio ganado en guerra y más del 70% es de propiedad del Estado, es administrado por el BBNN que funciona como caja recaudadora para generar fondos al aparato público. Para lograr dinero rápido vende a los propios usuarios, negando el rol que tiene la actividad inmobiliaria y los sistemas financieros, que han democratizado el acceso a la propiedad y a la alta inversión. Es la causa de tener barrios industriales sin habitabilidad, nuestros cerros forrados de tomas ilegales, el deterioro urbano y del borde costero, además es el gran especulador del suelo en nuestras ciudades.

El suelo y el sistema de concesiones deben ser administrados por el Gobierno Regional, por estar a cargo de la planificación territorial de la Región, convirtiéndose en el mejor instrumento de gestión para el anhelado desarrollo territorial.

Violencia en zona rurales

"Hoy los vecinos y vecinas, amistades y familiares cuentan con mejores conocimientos para saber qué hacer en caso que una mujer sea maltratada".
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Las mujeres que habitan en pueblos y caletas lejanos a los centros urbanos de nuestra región están más proclives a vivir episodios de violencia en el contexto de la relación de pareja o ex pareja que tuvieron. La situación de lejanía que las caracteriza ayuda a perpetuar e interiorizar este tipo de delitos como algo natural a su condición de mujeres.

En momentos que nuestra nación ha dado ejemplo claro al mundo en paridad de género y en la reserva de escaños para nuestros pueblos para el proceso constituyente, así como avanzar hacia el respeto de sus cosmovisiones al instaurar el 24 de junio como Día Nacional de los Pueblos Originarios, la violencia que viven las mujeres en este segmento de nuestra población se hace intolerable.

Como SernamEG trabajamos con las mujeres rurales e indígenas desde hace bastantes años, a través de una mesa integrada por representantes de diversas entidades del Estado y comunidades del interior, donde se nos hace patente el nivel de vulnerabilidad que las afecta.

Es por ello que a partir de este año nos aliamos a la municipalidad de San Pedro de Atacama para que una dupla de profesionales atienda las necesidades que poseen las mujeres en materia de violencia de género. Debido a esto trabajamos con el Tribunal de Familia de Calama para prestar asesorías, por medio de la plataforma Conecta, ante consultas que puedan generarse en violencia u otras como pensiones de alimentos y divorcios.

En una zona de alta concentración de mujeres rurales y de las etnias atacameña, aymara y changa es importante que sepan que están nuestros canales de orientación directa del fono 1455, el whatsapp +569 9700 7000 y el chat 1455 de la web www.sernameg.gob.cl.

Mediante las charlas y cursos que entrega la unidad de prevención, vecinos y vecinas, amistades y familiares cuentan con mejores conocimientos para saber qué hacer en caso que una mujer sea maltratada.

El SernamEG Móvil ha continuado un trayecto en estos mismos lugares lejanos para acompañarlas, orientarlas y en casos más graves, prestarles junto a otras entidades asesoramiento de larga duración.

Es primordial saber cómo piensan nuestras culturas originarias, quienes han logrado conservar un modo de pensar alternativo al nuestro para resolver sus problemas, quizás de forma más eficiente y duradera, pero no por ello ajenas al flagelo del machismo. Cultura que es traspasada principalmente por las mujeres a las futuras generaciones. Bajo este prisma, es a ellas quienes debemos entregarles la seguridad consagrada en convenios internacionales para que puedan desarrollarse en sus lugares de origen sin el peligro constante cirniéndose sobre ellas.