"Me estaba haciendo unos exámenes de la empresa, y cuando llegué a eso de las 11:30, Bomberos ya había apagado el fuego, y la casa estaba en cenizas. Uno siente mucha desesperanza, también impotencia, porque no pude salvar mis papeles, ni mis ahorros, ni nada", con esas palabras, Jazmín expresó lo desolador que fue ser víctima del voraz incendio que afectó a 35 casas de un macro campamento, situado en el sector norte alto, ocurrido el pasado 13 de mayo.

Una jornada trágica que sigue patente en las 49 familias siniestradas de los campamentos Villa Esperanza, Futuro Antofagasta, Mujeres Unidas, entre otros. Los habitantes por necesidad tuvieron que distribuirse en albergues, escuelas, casas de vecinos, familiares o amigos. Hoy, cuando casi se cumplen tres semanas desde lo acontecido, ¿cuál es el destino que tendrán quienes quedaron sin vivienda y que lo perdieron todo?

Reubicación

El Servicio Nacional de Vivienda y Urbanismo (Serviu), por razones humanitarias, realizará una reubicación de las familias damnificadas por el siniestro, y les entregará un terreno en comodato para el desarrollo de viviendas sociales transitorias, ubicado en el sector de La Chimba. En otras palabras, será un campamento provisorio, como solución habitacional, donde las personas podrán estar asentadas por un tiempo indefinido.

"Se acogerá a 31 familias, a las cuales se les dará un comodato para que habiten en terrenos de 7x10 metros", afirmó Sonya Giménez, directora (s) del Serviu Antofagasta, y precisó que "ya veníamos trabajando con estas familias, y solo por esta razón, y en razón al cierre del albergue, se logró avanzar en la gestión de 16 subsidios de arriendo, quienes ya lo pueden hacer efectivos y hay otras 14 a las cuales se les está gestionando y de estas últimas hay 7 que se irán a este espacio".

Frente a los tiempos en que se produciría este traslado, la autoridad señaló que éstos deberían ser en un corto plazo, para lo cual, "nuestros equipos ya trabajan en el terreno y se han realizado los trazados".

La autoridad aseguró que esta iniciativa es un trabajo que se está realizando de manera multisectorial, porque en ella participan entidades tanto de gobierno como también la suma del apoyo de organizaciones, como Fundación Techo, quienes están gestionando una vivienda de emergencia, y privados como el Club Deportivo Nortino y Ferretería Prat, formando una alianza y campaña para conseguir recursos y entregar materiales de construcción.

Carlos Campillay, dirigente vecinal y también afectado reafirmó que el tema de la reubicación se encuentra bien encaminado, tras constantes reuniones de trabajo con Serviu.

"No queda más que agradecer a las entidades de gobierno que nos han apoyado, a la municipalidad, y también a las fundaciones como la de Superación para la Pobreza", manifestó el dirigente.

Albergues

En esa misma línea, Wilson Garcés, dirigente del campamento Villa Esperanza, dijo que el traslado de los grupos familiares al nuevo asentamiento provisorio es muy positivo, frente al hecho de que los beneficiados con el subsidio de arriendo puedan usarlo en los trámites correspondientes, pero que mientras tanto tendrán un lugar donde vivir.

"Algunos obviamente no cuentan con el dinero para algunas circunstancias, entonces el subsidio de arriendo no lo tomarían de forma inmediata, pero al menos ya cuentan con él", indicó Garcés.

De momento, a los afectados por el incendio solo les queda vivir el día a día en los albergues u otros lugares como allegados, esperando el momento para mudarse, pero también con el miedo ante una eventual reapertura de los colegios para las clases presenciales y que implica un abandono inmediato de los establecimientos educacionales.

Jazmín, quien también era pobladora del campamento Villa Esperanza, cuenta que en su actual albergue la han atendido bien, con almuerzos, recibiendo muchas donaciones y cajas de víveres. "Hemos visto la generosidad de los chilenos, es impresionante, nada que decir".

Sin embargo, otra ex vecina de Villa Esperanza, quien prefirió no dar su nombre, vive una experiencia contraria dentro de uno de estos establecimientos. "Hay gente que no tiene donde cocinar, no tenemos cocina, no tenemos plata, no tenemos olla, no tenemos cuchara, nada. Entonces, de lo que se pueda, al menos, se necesita algo de comida cocinada para comer, para alimentarnos, ya sea en la mañana, al mediodía y en la noche", puntualizó.