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El retorno de las clases presenciales

Existe coincidencia en que el regreso gradual a las aulas es una decisión que debe avanzar. La duda es si están dadas todas condiciones para ello. La llegada del invierno y sus bajas temperaturas complica una decisión que debe ser tomada analizando muchos aspectos, más allá de la mera necesidad de volver.
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La polémica instalada entre alcaldes y las autoridades de Educación respecto al retorno gradual de las clases presenciales, está lejos de terminar. Los jefes comunales acusan presiones mientras que las autoridades del Mineduc, amparados en estudios que arrojan un bajo porcentaje de aprendizaje de los estudiantes durante la pandemia, aseguran que son pasos que se tienen que dar con prontitud.

A nivel regional no son pocos los colegios particulares que están con el modelo híbrido, que consta de una cantidad de alumnos en las aulas y otros desde sus hogares. Y, según sus propios testimonios, el resultado ha sido favorable tanto para los docentes como para los estudiantes.

La experiencia es positiva, pero la duda es saber si los establecimientos municipalizados están en condiciones de desarrollar esa modalidad. No olvidar que existen aforos, tiempos y otras adecuaciones físicas que deben cumplir las escuelas para estar en condiciones de recibir alumnos.

En la región no todos los municipios presentan el mismo grado de avance en ese sentido. En Antofagasta, la comuna de mayor población y por ende la con más colegios municipales, las autoridades de la corporación que administra la educación, reconocen que no han contado con los recursos para cumplir con los protocolos sanitarios. En consecuencia, no estarían en condiciones de asumir el desafío del retorno gradual a clases presenciales.

Mientras en otros municipios si han logrado avances, pero no están completamente acondicionados para las exigencias.

Se requieren de más recursos. Ello en el entendido que la cantidad de contagios, positividad y ocupación de camas críticas en los hospitales esté en números que aconsejen una mayor movilidad.

Existe coincidencia en que se debe avanzar en el retorno a clases, principalmente por los estudiantes, quienes necesitan cumplir con los niveles de aprendizaje, no obstante, deben tomarse los resguardos respectivos para proteger a los mismos alumnos y a la población en general de los contagios covid.

La llegada del invierno y sus bajas temperaturas complica una decisión que debe ser tomada analizando muchos aspectos, más allá de la mera necesidad de volver.

La salida es hacia dentro

"El Covid 19 nos agudizó todas nuestras opresiones, no sólo nos encerró, somos un peligro uno del otro, nos fermentó las desconfianzas" Pedro Aranda Astudillo, presidente de la Corporación Gen
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Vivimos aluvionados de desafíos, de adversidades. Nuestra historia humana plagada de densas nubes: las pandemias biológicas, las pandemias bélicas, ecológicas, de migraciones, de explosiones sociales, las dolorosísimas migraciones, y aquellas "bajo el puente" de lo humano y no menos determinantes en la vida social.

Cada ser humano invadido de exigencias para subsistir, respirando sus soledades, sus impotencias, acosado por el mundo competitivo, arrollado por el consumo, por la implacable competencia, por la prisa, por los ambientes agresivos. Reducido a huir: evadirse, drogarse de diversos modos… hay realidades muy voraces….

El Covid 19 nos agudizó todas nuestras opresiones, no sólo nos encerró, somos un peligro uno del otro, nos fermentó las desconfianzas que nos contaminaban y nos sumió de incertidumbres. Pese que nos encaró cuán efímeros somos, sin embargo nos emergió lo mejor del corazón humano: El personal de la salud pública por más de un año ha estado infatigablemente exponiendo sus vidas por rescatar de la muerte a millones de millones personas afectadas por Covid 19. No son pocos los mártires profesionales de la salud. Valga agregar esos pequeños humildes grupos que han surgido por trabajar en ollas comunes… Ellos y el personal de salud son los luceros del amor humano y social en el mundo de hoy.

Nuestra sociedad embriagada de sus progresos científicos tecnológicos muestra su reverso de máximas vulnerabilidades. Albert Einstein nos decía con sencillez y profundidad: Si quieres soluciones no puedes seguir haciendo lo mismo… El camino que se ha tomado por un desarrollo incesante e ilimitado que, ya la madre tierra lo ha denunciado como conducente a próximos futuros catastróficos, nos obliga con no menos urgencia a "resetearnos". Una sociedad no puede ser más de quienes las componen. De la deshumanización galopante en que estamos volvamos a la humanización fontal. En 2019 el Congreso del futuro convocó al mundo científico a responder ¿Qué especie queremos ser?, mimetizados por la cultura digital, los humanos auto desplazándose dan paso a la robótica... El astrofísico físico Stephen Hawking, entrevistado por la BBC dijo: "el desarrollo de una completa inteligencia artificial podría traducir el fin de la raza humana".

Resetearnos implica inevitablemente tener la actitud de detenernos, pausarnos al menos, y preguntarnos: entre todas las necesidades personales que me debo ¿qué espacio me doy para encontrarme con mi conciencia? ¿qué tanto de coherencias entre lo que hago, quiero, siento y pienso? Sólo en mi intimidad puedo retomarme, respirar profundamente y desde allí puedo amarme y podré amar a los demás. Sólo en mi intimidad me asiento, en mi fondo de identidad distinguir la paja del trigo, entre ser y tener, lo real y lo virtual, las vocerías y los amasijos. Las hojas se las lleva el viento.

El "Carnet Verde" que rápidamente se destiñe

"Pareciera que el carnet verde es una medida cosmética, porque aun en el país no está resuelta la trazabilidad, el aumento de PCR, y una cultura de autoprotección". Luis Carrasco Garrido, Académico Dpto. de Prevención de Riesgo y Medio Ambiente UTEM
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¿Qué es el Carnet Verde? es un documento donde se acredita que la persona está inoculada, es decir, recibió las dos dosis de la vacuna contra el coronavirus y, por lo tanto, en caso de contraer el virus su impacto debería ser menor, le va a permitir desplazarse de una comuna en Cuarentena o Transición y, por tanto, también los fines de semana y festivos, así como realizar viajes interregionales entre comunas que se encuentren en fase 2 o superior.

Para muchos países, volver a la normalidad pasa por la introducción de un certificado sanitario que pruebe que se ha recibido la vacuna o se ha dado negativo en un test las últimas 72 horas. Pero la conveniencia de este tipo de certificado depende de la situación epidemiológica, por lo que no es aplicable en todos los países.

Dinamarca es un caso que establece este pase para incentivar la vacunación que alcanza aproximadamente el 20%, y es para mayores libertades como compartir en espacios cerrados, espectáculos, etc. La diferencia está en que Dinamarca testea con PCR a más de medio millón de personas diariamente equivalente al 8% de su población, lo que también permite a quien no se ha vacunado optar a ciertas libertades, y lo que es más importante hay una trazabilidad fuerte (con esto, se sabe quién se contaminó, dónde está y dónde se encuentran sus contactos).

Por otra parte, Israel se convirtió en un laboratorio del mundo real para la eficacia de la vacuna, ahora se está convirtiendo en un ensayo para una sociedad pos confinamientos y pos vacunación. El Green Pass es su boleto de entrada para cenar en el interior de los restaurantes, hospedarse en hoteles y asistir con miles de otras personas a eventos culturales, deportivos y religiosos, ya sea al aire libre o en interiores.

En cambio en Chile, que se ha especializado en hacer malas copias o llegar a destiempo, nos presenta una realidad desconcertante; presenta el carnet de movilidad o carnet verde con un escenario con aumento evidente de contaminados y de muertos, esto se produce en una realidad con toque de queda, confinamiento absoluto, gran cantidad de comunas en fase 1 y 2, donde el control sanitario y policial no se evidencia, en donde la mitad de la población vacunada, no muestra como la balanza se inclina hacia la normalidad o el control.

Si bien, pareciera que el carnet verde es una buena idea para momentos de control del virus, que no es el caso de Chile, la vacuna no tiene una vinculación al menos evidente sobre transmisión del virus, sino más bien, tiende a aminorar los efectos en aquellos que la contraen; de la misma forma es de temer que la mitad de la población no esté vacunada, y que los jóvenes no estén interesados en vacunarse. Frente a esa realidad pareciera que el carnet verde es una medida cosmética, porque aun en el país no está resuelta la trazabilidad, el aumento de PCR, y una cultura de autoprotección con el uso de mascarilla, distancia social, lavado de manos, y ventilación natural, para convivir adecuadamente con el COVID-19. Frente a eso el Carnet Verde más bien parece un carnet que rápidamente se destiñe perdiendo su color.