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Colombianos residentes piden fin de la violencia en su nación

CIUDAD. A la distancia siguen el conflicto en su país, el cual atribuyen a carencias que se arrastran hace décadas, además de "insensibilidad" del gobierno.
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Desde el 28 de abril Colombia está sumida en una profunda crisis que a la fecha deja 24 personas fallecidas, cientos de heridos y denuncias reiteradas de violaciones a los derechos humanos por parte de agentes policiales.

El conflicto es visto a la distancia por miles de colombianos residentes, algunos de los cuales se reúnen cada tarde a las afueras del consulado de su país en Antofagasta para pedir el cese de la violencia.

Rafaela Castro, una actriz colombiana que lleva 10 años viviendo en Antofagasta, considera que es ver cómo la situación se repite en Latinoamérica. "Se repite la historia que estamos pasando hace dos años acá en chile (…) Entonces para mí es una impotencia, porque no puedo estar en Colombia, no puedo aportar en las cosas que he aprendido acá, no poder estar provoca un dolor gigante", explicó.

También comentó que su mayor preocupación es que su familia está en Cali, ciudad que es la más convulsionada.

"Ellos están contentos por el despertar que representa, pero tienen miedo que por temas de marchas, saqueos, empiecen a matar gente, porque a diferencia de Chile, en que los manifestantes no portan armas, en Colombia hay más violencia, hay equipos de sicarios que si se unen puede que quede una masacre. Eso no es lo que queremos", dijo.

Dirigente

Benjamín Cruz, presidente de la Colectividad de Colombianos Residentes en Antofagasta, explicó que las protestas responden a una serie de falencias que se vienen arrastrando desde hace décadas y que explotan con la reforma tributaria que presenta el presidente Iván Duque. A ello sumó la corrupción, el narcotráfico y la violencia en general.

"Si se suben los impuestos a prácticamente toda la canasta familiar, es natural que eso provoque la indignación de la comunidad, que está sufriendo todo este abandono del estado, violación de derechos humanos y asesinato de sus líderes sin protección del estado", comentó.

Cruz manifestó que en Colombia se está manifestando la necesidad de que existan cambios estructurales, a lo que el gobierno respondió con represión desmedida.

"La respuesta que ha dado el gobierno ha sido inconsciente y violenta, puesto que ha ordenado que las fuerzas de orden y seguridad salgan a combatir a los manifestantes y la situación es bastante compleja y crítica", afirmó.

El dirigente mencionó que en Antofagasta se han hecho velatones y otras actividades para manifestar el apoyo a las demandas y el descontento con el actuar del gobierno.

Agregó que la ciudadanía en Colombia se sigue manifestando por que se necesitan medidas más integrales.

"Se presentó el proyecto de la reforma tributaria, pero se bajó al ver sus efectos en la comunidad y ahora se va a presentar otro, pero la gente tiene mucha desconfianza de lo que van a tratar de hacer o la letra chica que le van a meter en ese nuevo proyecto. También porque no se ha presentado una propuesta que responda a las necesidades de la comunidad en otras materias", dijo.

Otro colombiano residente, Fernando Sandoval acusó al gobierno de Duque de ser "insensible" frente a la pandemia, al plantear una reforma tributaria que afectaba a los más necesitados. "Él pretendía ponerle IVA a toda la canasta familiar, pero hay 2 millones de personas en pobreza absoluta que viven con menos de 2 dólares al día. Además, hay otros proyectos ley que buscan semiprivatizaron el sistema de salud, el cual actualmente ya es deficiente", manifestó.

Comercio acusa falta de control a los ambulantes

CIUDAD. "Es una competencia desleal increíble", dijo presidente del gremio.
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El presidente de la Cámara de Comercio de Antofagasta, Antonio Sánchez, criticó el "doble estándar" de las autoridades que exigen "todo tipo de medidas al comercio establecido", no así a los vendedores informales, que nuevamente están presentes en gran cantidad en el centro de la ciudad.

"Para nosotros es frustrante, porque se nos exige mantener aforos muy estrictos, cuidado de temperatura, tener alcohol gel y otras medidas, y en la calle hay una laxitud total, ningún control", explicó.

Sánchez detalló una larga lista de problemas asociados al comercio informal, entre ellos, venta de productos no certificados, alimentos sin control sanitario, uso de generadores y motores y parlantes, los cuales -dijo- parecen no preocupar a las autoridades.

"Es una competencia desleal increíble y un dejar hacer por parte del gobierno que molesta y frustra. La autoridad no actúa", manifestó.

Justamente esta semana el municipio había anunciado el inicio de un plan de fiscalización a los comerciantes ambulantes no autorizados, el que habría permitido desalojar a varios vendedores desde calles Prat, Matta, Maipú y Ossa.