En la columna del 14 de Febrero, hablamos de cómo nació la investigación astronómica en Rayos X: desde experimentos en la Tierra a satélites para detectar procesos energéticos fuera de nuestro mundo. Hoy, nos detendremos a pensar cómo estas misiones espaciales y la astronomía en general han aportado en nuestro progreso. La instrumentación astronómica está constantemente desafiandonos a desarrollar tecnologías cada vez más precisas e innovadoras para la obtención de datos. Y es el análisis y procesamiento de esta gran cantidad de datos lo que está ayudando a otras ciencias a interpretar estadísticamente sus datos.

Hemos sido testigos de cómo la Medicina ha utilizado técnicas instrumentales en Rayos X para mejorar la resolución de exámenes de mamografía, permitiendo la detección temprana de cáncer de mama y así, ayudando al tratamiento oportuno de esta enfermedad. Algoritmos computacionales implementados en bases de datos astronómicos, han sido usados para estudios de diagnósticos y anomalías en Patología al clasificar millones de células e identificar patrones automáticamente. Nuevas técnicas de observación en astronomía, como la óptica adaptativa para corregir el efecto turbulento de la atmósfera debido a cambios de presión y temperatura, son implementadas en instrumentos como el microscopio. Exámenes como tomografías o Resonancia Magnética Nuclear, se han inspirado en la alta resolución obtenidas desde técnicas de interferometría usadas en Radioastronomía. Al mismo tiempo, la astronomía espacial necesita aplicar técnicas de medicina psíquica y de preparación física en las tripulaciones que viajan al espacio.

Cada vez que somos testigos de un nuevo hito astronómico, somos testigos de una retroalimentación entre ciencias y tecnología, de un progreso para nosotros.

Alejandra Rojas Lilayú es astrónoma postdoc del Centro de Astronomía de la U. de Antofagasta, www.astro.uantof.cl

Todavía observable como gibosa menguante durante la segunda parte de la próxima noche, la Luna alcanzará al Cuarto Menguante mañana lunes 3 de mayo, a las 15:50 (horario chileno legal). Durante las noches siguientes de la próxima semana, la Luna estará menguante, y entonces visible como un creciente más y más delgado durante las últimas horas de la noche, saliendo cada noche más tarde). Por lo que concierne a los planetas del Sistema solar, Urano permanece invisible durante la semana que viene. Por su parte, el planeta Venus viene un poco más fácil de observar dentro de las luces del atardecer, mientras tanto Mercurio está ubicado encima y más al norte de Venus, lo que permite la observación de ambos planetas entre 20 y 30 minutos después de la puesta de Sol, con la ayuda de binoculares suficientemente potentes. El planeta Marte permanece visible durante las primeras horas de la noche dentro la constelación de Gemini. Ambos planetas Saturno (más arriba) y Júpiter (más abajo y más brillante) están ahora bien visibles durante las últimas horas de la noche, permitiendo de nuevo sus observaciones telescópicas, mientras tanto Neptuno viene ahora observable (¡con un telescopio!) justo antes del amanecer.

Christian Nitschelm es astrónomo del Centro de Astronomía de la U. de Antofagasta, www.astro.uantof.cl