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Niños viviendo el encierro en comunidad

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Nadie dijo que sería fácil vivir en comunidad. Para muchos, vivir la cuarentena con sus hijos en un edificio o condominio se ha vuelto un desafío a diario. Enfrentar el encierro y sus limitantes ha puesto a prueba a muchos padres para sobrellevar la difícil tarea de la crianza. Restringir el acceso a espacios comunes, como salas de eventos, zona de juegos, piscinas, gimnasios entre otros, ha sido una de las medidas que muchos edificios y comunidades han adoptado como parte de sus protocolos de prevención. Si a esto sumamos que no hay acceso a plazas o espacios públicos para jugar, nuestros niños han sido los más afectados en su desarrollo tanto físico- motor, cognitivo y socioemocional. Sobrellevar el encierro ha significado para muchas familias generar nuevas rutinas de convivencia al interior de sus hogares, así como utilizar al máximo los espacios de las viviendas para permitir satisfacer las necesidades de juego y movimiento que presentan los niños. Haciendo uso de la creatividad, hoy muchos padres permiten que sus hijos jueguen y realicen alguna actividad física en sus hogares, lo que a veces se convierte en ruidos molestos, generando dificultades en la convivencia con los vecinos. La capacidad de adaptación que tenemos como seres humanos nos permitirá seguir cuidando, protegiendo y educando a nuestros hijos en busca de un desarrollo sano. Para esto, necesitamos del apoyo de nuestras comunidades, de nuestros vecinos. La tolerancia y empatía hoy son fundamentales, ya que nos permitirán establecer relaciones saludables y sentirnos parte de una comunidad, que se vuelve una red de apoyo en la crianza de muchos niños que necesitan crecer sintiéndose seguros y queridos, y que son respetados y cuidados por una comunidad que reconoce el valor del bienestar socioemocional.

El riesgo de perder la libertad

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Los humanos fuimos empoderándonos a través de los siglos, hasta llegar al estado actual donde somos individuos creadores de realidad, capaces de modificar aquello que no parezca legítimo, a través de los medios políticos que se han establecido para resolver estas situaciones. Es en este punto donde la noción de la libertad moderna se muestra claramente, ofreciendo hoy una noción vinculada con la autodeterminación de los intereses y acciones individuales, dentro de un marco colectivo constituido por un sistema representativo, democrático.

Ahora bien, el concepto de libertad individual no siempre fue así. En la Grecia clásica, una persona era libre sólo en tanto era capaz de influir en los temas públicos. Esto como consecuencia de la concepción antropológica que se tenía. En aquella época, el individuo era habitualmente soberano en los asuntos públicos, pero muy poco libre en todas sus relaciones privadas, ya que no había nada de los aspectos personales que no estuviera sujeto a la regulación de la comunidad.

No fue hasta la Reforma encabezada por Martín Lutero que la concepción autónoma del individuo empieza a tomar fuerza, a partir de 1517. En una de sus 95 tesis argumenta que "el cristiano que tiene auténtico arrepentimiento ya ha recibió perdón de Dios, sin ninguna intervención de indulgencias". Si bien esto no tenía otra intención que reformar los métodos de su iglesia, llevaba consigo la semilla de la libertad moderna en la idea de que hay aspectos del individuo, en este caso la relación entre él y Dios, que son independientes de cualquier autoridad exterior. Así, tanto la difusión de las tesis luteranas como su adecuación al contexto social, dieron a la población de la época las herramientas para efectivamente acceder a la posibilidad de construir una forma de vida no susceptible a la regulación externa.

Pero el advenimiento de las democracias modernas supuso una cierta limitación a la soberanía política de los individuos, pues la representación funcionó más como un mecanismo de regulación sobre los gobiernos y menos como un sistema de transmisión de un mandato directo. Por lo que fue necesario apelar al aspecto privado de las personas creado por la Reforma y fortalecido luego por el Liberalismo, para encontrar una nueva forma de ser libres a través de un Estado más amigable y menos invasivo.

De este modo, la riqueza individual y colectiva se ha ido creando en un entorno donde la persona es libre de elegir un medio propicio y abierto, dentro de un ordenamiento legal republicano, democrático. Sin embargo, si se observa lo que acontece en nuestro propio país y más allá de las fronteras, es prudente mantener una constante vigilia sobre cómo los gobiernos pueden erosionar los espacios de libertad personal ganados. Se coartan dichos espacios a través de cientos de pequeños cambios, uno a la vez, casi imperceptibles para las grandes mayorías. Una reducción hoy, otra mañana, de manera que la gente no perciba que esos derechos y esa libertad se están perdiendo, hasta que se atraviesa el umbral donde las libertades individuales ya no se pueden recuperar.