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El catalizador

Es imperante que el gobierno corrija uno de sus mayores problemas: el poco sentido de realidad. Es de esperar que el anuncio de ayer ayude a encontrar ese sentido. Es evidente que este momento de estrés beneficia especialmente a los sectores más extremos de ambos lados.
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Como ya suele ser una compleja costumbre, Chile vuelve a atravesar una crisis política cuyo principal catalizador es el Presidente Sebastián Piñera. Nada nuevo para quien ha vivido los últimos dos años en Chile. Tampoco es ajeno porque hablamos de un Mandatario que hace rato perdió el control de la agenda legislativa, la confianza y la credibilidad. Lo complejo es que ante el crítico escenario, el Jefe de Estado parece escasear del sentido de realidad, lo que es aprovechado por sus detractores para mostrarlo como un Presidente sin preocupación por los ciudadanos.

A estas alturas, la discusión por el tercer retiro de fondos AFP, es solo un ejemplo más de la serie de errores en la que cayó una administración que se ha caracterizado por omisiones, acciones tardías y falta de comprensión de las demandas nacionales y de lo que son, sueñan y padecen los chilenos. Solo basta darse una vuelta por el Congreso para advertir que las principales discusiones no son precisamente las impulsadas por el ejecutivo, sino por una oposición que atomizada y también bastante pobre en ideas, tiene más poder de decisión ante un Ejecutivo que no ha logrado conducir la discusión política.

Es otra consecuencia obvia de los problemas del gobierno actual. Debe enfatizarse que el Presidente no podrá oponerse a varias de las iniciativas, por cuestionables que estas sean. Hay coincidencia, por ejemplo, en que seguir girando fondos de las pensiones es derechamente malo, sin embargo, La Moneda no tiene ni espaldas ni ideas para hacer frente a una demanda demasiado parecido a un tsunami largamente advertido. Eso sí, cabe esperar que el anuncio de ayer en torno a mejoras en el proyecto del 10%, sea un cambio de rumbo que permita alcanzar los acuerdos esperados y ayude a una mayor estabilización del país.

Si no se logran justamente los acuerdos, es evidente que el estrés beneficia especialmente a los sectores más extremos de ambos lados y seguimos dejando pasar las posibilidades de encontrarnos y comenzar a conversar el Chile del futuro.

Piñera, el catalizador del descontento, no siendo en absoluto el responsable de todos los males nacionales, debiera ser el primero y más empeñado en entender bien esta ecuación.

Violencia

"Al menos en muchas ocasiones, el verdadero responsable de la dirección de la empresa no es el directorio sino el controlador". Luis Bastías Eyzaguirre, Abogado
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Resulta sorprendente que, una y otra vez, algunos pretendan convencernos que, dada ciertas condiciones, la violencia puede formar parte de nuestro paisaje social y, generalmente, devuelven el origen o causas de tal violencia a la propia sociedad o al culpable habitual, el Estado. Este relato asemeja suficientemente con aquel cuento popular del ladrón detrás del juez. Los actores principales de esta problemática generalmente son referidos como los jóvenes o chiquillos. Respecto de esto último, en primer lugar, advertir la impropiedad de la terminología, ya que una fracción muy menor de nuestros jóvenes utilizan la violencia como medio de solución de sus problemas o vía de escape a sus fantasmas. Lo otro simplemente refleja un análisis paternalista, y por cierto, insuficiente. Ahora bien, para abordar el tema de la violencia, recordar que aquella nos ha acompañado la mayor parte de la historia humana, es decir, forma parte inherente de nuestra evolución como forma de solución de conflictos. Podrán sostenerse ingentes esfuerzos para destacar y rescatar algunas antiguas comunidades que, desde antaño, buscaron excluir la violencia como mecanismo de resolución de conflictos; lamentablemente, al final de día y dado ciertos escenarios, la violencia tercamente una y otra vez se hace presente. Ejemplo de aquello, las polis griegas.

Así entonces, la evolución humana obligó perseverar en la búsqueda de soluciones al problema de la violencia. Recordemos la famosa Paz Romana, esto es, aquel beneficio que habrían recibido los territorios y pueblos conquistados por Roma, al otorgarles nuevas seguridades frente a sus ancestrales disputas tribales. Lógica similar podemos observar en el sistema medieval, con sus reinos y vasallos. La misma evolución nos ha llevado al estado actual de cosas, a lo menos en occidente, con los denominados "Estados". A los Estados, de no lejana creación, se les ha conferido el monopolio de la fuerza para, precisamente, evitar y controlar la violencia de la población como mecanismos de solución de sus conflictos. Esto último es un principio básico de todo Estado de Derecho y, sobre lo mismo, vale la pena referir un nuevo error conceptual, muy común en nuestros tiempos. En efecto, el Estado y sus agentes no ejercen violencia, sino que hacen uso de la fuerza, cuyo uso legítimo les ha sido conferido por el propio Estado de Derecho para los fines antes indicados. El uso de tal fuerza, por parte del Estado y sus agentes, escapa al sentido de esta columna.

Así entonces, en todo Estado de Derecho, la violencia, de cualquier tipo, se encuentra proscrita salvo situaciones excepcionalísimas (por ejemplo, la legitima defensa). Precisamente, la vida en sociedad conlleva derechos, pero también responsabilidad y obligaciones a los ciudadanos; por lo que, la infracción de tal prohibición, debe ser rechazada y sancionada. Para decirlo de otra forma, el ejercicio de los derechos y libertades que el ordenamiento jurídico reconoce a cada individuo, tales como la libertad de expresión, reunión o circulación, no pueden devenir en situaciones de abuso de aquellas, asociadas a hechos de violencia. Esto último socava, en su esencial, el Estado de Derecho.

Como especie nos hemos tardado más de 200 mil años para llegar al actual estado de cosas, por lo que resulta un verdadero sin sentido retroceder. Finalmente, destacar que los jueces del país cuentan con suficientes herramientas para ponderar, en el caso concreto y conforme su mérito, las circunstancias que configuran los actuales hechos de violencia, sin olvidar, por cierto, su naturaleza violenta. En definitiva, frente a hechos de violencia, o abuso de ejercicio de la fuerza, solo cabe una respuesta y no puede ser otra más que su absoluto rechazo.

Autocuidado, respeto y vacunación

"Siguiendo estos tres pilares, y trabajado entre todos, podremos salir de este difícil momento". Marco Vivanco, Seremi de Gobierno
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Estamos viviendo un escenario sanitario complejo a nivel regional y nacional, por lo que no podemos bajar los brazos. El coronavirus se ha convertido en la mayor amenaza para la salud de nuestra comunidad y es por esto que se hace fundamental reforzar y reiterar el mensaje; para derrotar al Covid-19 tenemos tres pilares claves que debemos seguir estrictamente.

En primer lugar respetar las medidas sanitarias, las cuales tienen como objetivo salvar vidas y es por ello que resulta incomprensible que aún veamos personas irresponsables que insisten en vulnerarlas, realizando fiestas u otras actividades que ponen en riesgo su salud y también la de toda la comunidad. No hay celebración más importante que la vida, no hay excusas. Es por eso que el Intendente Rodrigo Saavedra en conjunto con el Jefe de la Defensa han instruido medidas más estrictas de fiscalización, aumentando los puntos de control y generando operativos en las zonas con mayor índice de contagios para disminuir este tipo de hechos que atentan contra la vida y generan mayor carga laboral al personal de salud que lleva más de un año salvando vidas sin descanso.

El segundo pilar es el autocuidado - usar la mascarilla, lavado de manos y evitar aglomeraciones - es y será las medida más efectiva para evitar contagios. Por último, la vacunación. Como país estamos en una posición privilegiada, gracias al trabajo anticipado del Presidente Sebastián Piñera pudimos asegurar dosis para toda la población y gracias a eso hemos avanzado rápidamente.

Ahora es el turno nuestro de ir - de acuerdo a calendario - a vacunarnos, el último informe publicado por el Departamento de Estadísticas e Información de Salud, indica que más del 45% de la población objetivo de nuestra región cuenta con al menos una dosis, es un buen avance pero debemos apuntar a más, nuestra meta es llegar al 80% y con sus dos dosis, ya que quienes completan su esquema de vacunación no llegan a un hospital, la vacuna es un seguro de vida.

Siguiendo estos 3 pilares, combatiendo el virus fuera de los hospitales y trabajado entre todos, gobierno, municipios, empresas y comunidad, podremos salir de este difícil momento.