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El desapego a las cuarentenas

Los confinamientos son cada vez menos efectivos. Según los datos, la movilidad no baja lo suficiente y los contagios se mantienen en una meseta. La percepción de peligro se ha reducido y la tentación para muchos es evadir. Hay un deseo creciente en todos de volver rápido a la vida que teníamos, incluso a costa de riesgos.
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Cada vez más lejanas parecen las imágenes de las calles desiertas debido a la imposición de una cuarentena. No hay que explayarse demasiado, pues todos lo notamos a diario.

Antofagasta y Calama están hoy en fase 1 del plan Paso Paso, eso significa prohíbición absoluta de circulación, salvo por necesidades esenciales, como compra de alimentos, salidas a centros médicos, trámites indispensables, hacer deportes en las mañanas o trabajar, en aquellos casos que el plan lo permite.

Sin embargo las calles lucen concurridas, y los indicadores de movilidad no muestran los descensos que en otras oportunidades se veían.

No es un problema de local, o de Chile, sino mundial. Tras un año y meses de pandemia, las personas han comenzado a perder el respero a los confinamientos, por cansancio o necesidad, y con ello esa medida, que al principio logró contener los contagios, hoy se hace menos efectiva.

Veamos las cifras de la comuna Antofagasta, que lleva 24 días en su cuarta cuarentena: los contagios semanales se mantienen en torno a los 760 notificados, y la positividad de los exámenes aumentó de 6,5% a 7,5% promedio.

El gobierno parece haber tomado nota, y en los últimos días se ha observado mayor fiscalización. Junto a ello, se enfatiza en los llamados al autocuidado y vacunarse con ambas dosis, que son mensajes que nunca deben dejarse de lado.

Pero la percepción de peligro se ha reducido y la tentación para muchos es evadir.

Hay un deseo creciente en todos de volver rápido a la vida que teníamos, incluso a costa de riesgos.

La vacunación en Chile avanza y los estudios sugieren que en algunos meses más tendremos un mejor escenario. Claro, no será de normalidad, pero mejor, y con mayores libertades.

Israel, el país más avanzado en el mundo, ya autorizó a sus habitantes a no usar mascarilla en las calles tras lograr altos niveles de vacunación y una reducción de casos. Eso es lo que queremos todos. Pero aún nos falta. Debemos reconquistar el ánimo de cuidarnos. Nadie hará eso por nosotros, y es fundamental en esta crisis que más pronto que tarde, pasará .

Populismo

"La solución pasa por abrir de una vez por todas la billetera fiscal y asignar recursos frescos y directos ya". Felipe Vergara, Doctor en Comunicación y analista político, Universidad Andrés Bello
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La idea de un tercer retiro del 10% de las AFP es una mala noticia para los chilenos, lo cual, no significa que hacer uso de él, no sea necesario. Una mala noticia, ya que va en la línea directa a empobrecer, aún más, las futuras pensiones y con eso la esperanza por una vejez digna.

Negativo también, porque no hay un plan de restitución real para recuperar dichos fondos y, porque confirma el evidente descrédito en que ha caído el Gobierno, fomentado por su propia coalición. Otra cuestión evidente es que ha tenido como promotor al mismo Gobierno, quien no se ha resignado a entregarle recursos frescos a la clase sociales más afectadas por la pandemia.

Al contrario, ha desplegado solo medidas paliativas, de acceso restringido, complejo y tardío. Sin desmerecer con eso, el aporte fiscal cercano al 8% del PIB entregado, el que no logra suplir el inmenso daño económico que han sufrido gran parte de las familias chilenas. A lo anterior se suma un agravante más: los recursos están y la capacidad de endeudamiento también.

Entonces ¿por qué no se hace? ¿Qué espera el gobierno para entregar aportes tangibles, inmediatos y eficientes a los sectores vulnerables de nuestro país? Ni hablar del resto de los efectos colaterales que ha ocasionado esta negativa.

El levantamiento de populismos extremos que, sin más argumentos que la retórica, se han posicionado como garantes y defensores sociales. Decisiones, que no sólo han traído empobrecimientos, sino también, tribuna a la peor cara del populismo, esa que juega con las esperanzas de la gente, para un beneficio personal, narcisista y de amor incondicional al poder.

La crisis que enfrentamos no se soluciona con un impuesto a los súper ricos, es un gesto que igual vale la pena considerar, pero no es la panacea, tampoco lo son las cajas de mercadería o el engorroso sistema de bonos para postular.

La solución pasa por abrir de una vez por todas la billetera fiscal y asignar recursos frescos y directos ya. En paralelo, sería oportuno que el Congreso apruebe, de una vez por todas, la reforma de pensiones -lo perfecto en enemigo de bueno dicen los más sabios- y en paralelo se avance en una reforma tributaria que ayude a revertir los estragos que dejará en el largo plazo, esta crisis sanitaria mundial.

Uno puede no estar de acuerdo con el tercer retiro -por el hecho de como éste golpeará nuestras futuras pensiones-, pero es humanamente entendible asumir que para que ese escenario se dé, hay que llegar a la vejez, realidad que entre la pandemia del COVID-19 y la pandemia del hambre, hoy simplemente no está garantizada.

Otoño en abril de 2021

"En noviembre de 1968, durante el Gobierno de Eduardo Frei Montalva, vi a la Reina Isabel II y a su muy buen mozo esposo Felipe". Nancy Monterrey, Escritora chuquicamatina
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En estas tardes llenas de arreboles, donde las hojas ruedan por los parques, seguimos escuchando cada día que la epidemia del Covic 19 está aún con nosotros y que las camas de los hospitales están todas ocupadas con varias personas intubadas. Ahora siguen vacunando a los adultos de más 50 años y jóvenes. También empezó la vacunación contra la influenza.

En abril estamos celebrando el mes del Libro y recordando a la gran poeta y Premio Nobel de Literatura: Gabriela Mistral que nació hace 135 años. Ella trabajó como profesora por cerca de un año en nuestro Liceo de Niñas de Antofagasta. En todas las escuelas de Chile se entregarán libros con sus poemas y escritos para que los niños las conozcan y los adultos las recuerden. De algunos poemas que no olvidé y memorizábamos cuando estaba en la escuela primaria eran: Piececitos de niños, Oración a la Maestra. Y otros que cada semana recitábamos mi hermana Norma y Yo: en los actos matinales de los lunes.

Un poema que se me viene a la mente hoy, al escuchar las noticias de la muerte del Príncipe Felipe decía así: "Todas íbamos a ser reinas/ de cuatro reinos sobre el mar/ y lo decíamos de verdad… Cuatro esposos, desposaríamos con el tiempo de desposar"

En noviembre de 1968, durante el Gobierno de Eduardo Frei Montalva, vi a la Reina Isabel II y a su muy buen mozo esposo Felipe; pasar frente donde yo vivía en Santiago. Ese atardecer iba a cenar a la casa del presidente de Chile (algo poco usual). Desde el auto descubierto: nos saludaron a los vecinos que estábamos en las aceras de la calle Salvador esperando verlos pasar en el auto Ford Galaxie 500XL que obsequiaron a Chile y en el que se trasladan hoy a los mandatarios en sus actividades oficiales.

También recuerdo que en otra ocasión el Príncipe visitando una fábrica de motores de metales especiales para autos Rolls Royce en Escocia; se acercó a un técnico de laboratorio que estaba trabajando y vio que tenía toda la pierna enyesada (accidentado en un partido de fútbol) y en su manera le preguntó, si un lingote de acero se le había caído en la pierna, cuando estaba trabajando.

Los años han pasado y hoy escucharemos el triste tañir de las campanas del Castillo de Windsor en Inglaterra, que sonarán a muerte y también 41 cañonazos de varios regimientos en señal de duelo, por el fallecimiento del Príncipe Felipe a los 99 años. Nosotros hoy lo recordamos y unimos nuestros pensamientos y oraciones a la Reina a su familia y al pueblo británico.