Correo
Analistas
Muchas cosas han faltado siempre en Antofagasta, y en estas circunstancia, hoy carecemos de analistas políticos. Se supone que los politólogos son "científicos", lo que para muchos académicos sugiere apartarse de la refriega política para estudiarla con un ojo supuestamente neutral. Involucrarse directamente en la política partidista parecería ser una propuesta arriesgada y potencialmente sesgada.
La falta de análisis político de calidad en la ciudad serian: la parcialidad y la angustia de la sobrevivencia, un par de ellos se refugian económicamente en las universidades y otros hormiguean en las antesalas de la Municipalidad o el Gobierno ofreciendo sus servicios intelectuales o sus columnas dirigidas. Mala cosa para todos, ya que sin buenos análisis políticos la práctica política misma se resiente.
Enzo Burgos
Restricciones
¿No será mucho? Todos entendemos el contexto, pero me parece un abuso descarado a nuestras libertades las últimas medidas del gobierno. Los criterios con los que fijan restricciones son verdaderamente desastrosos, y suelen ser modificados una y otra vez, como si el estado de excepción los dejara jugar con nuestras libertades como quién decide qué hacer de almuerzo. Con esto nos damos cuenta de la importancia que tienen las constituciones: defender nuestras libertades fundamentales de políticos sin criterio. El estado de excepción constitucional vigente no da para más.
Matías Ruiz
Impuesto
Buen momento para reflotar el impuesto a los super ricos: algo se recaudará mientras haya cierre de fronteras.
José Luis Hernández Vidal
Bien esencial
Con la torpe delimitación de lo que es un "bien esencial" y su posterior corrección, el Gobierno terminó por confirmar que el Estado, a la hora de reemplazar las preferencias de los ciudadanos, opera tal como lo haría un elefante en una cristalería. Son tan diversas las necesidades de los chilenos que ni el más perfecto de los burócratas habría sido capaz de cumplir esta misión de forma satisfactoria.
Las fotos de cintas plásticas con la palabra "peligro" rodeando calcetines, juguetes o piluchos, fueron postales que nos deberían recordar el ridículo que pueden hacer las autoridades cuando se empeñan en regular hasta los detalles más mínimos de nuestras vidas.
Juan L. Lagos
Fiesta ilegal
Hace un mes más o menos leí en El Mercurio que la Contraloría había detectado algo de 4.500 millones de pesos que no ingresaron a las arcas.
A fines del año pasado supe también que otro tres mil quinientos millones en multas no había cobrado la administración de la sra. K. Rojo; es decir toda una millonada de fugas para el Estado que la Contraloría le encontró a la misma autora.
A los políticos que andan preocupados de dejarnos sin ningún peso en nuestro fondos previsionales, no le importan para nada los desastres que aún aparecen en la municipalidad local. Ellos son cautos y prudentes con las platas que pierde el país. Y el actual alcalde según dicen, no es quién para poner orden en la municipalidad, no es quién para denunciar ni es quién para velar por la justicia, tampoco es quien para evitar que su jefa de gabinete haya salido a contaminar en una fiesta ilegal.
Carlos O. Faúndez
Ollas
Bueno yo llevo dos años en Antofagasta pero soy chileno del sur, donde me formé como soldador. Con mi señora arrendamos una pieza grande, y considero que con la pandemia nunca estuvimos afligidos porque yo trabajo harto.
En la población donde vivimos primero almorzábamos en un olla común, pero me aburrí porque vi mucho aprovechamiento. Me di cuenta que yo no necesita de ayuda, salvo la del gobierno, porque con las peguitas me alcanzaba bien, ahora mi señora cocina y espero no volver a hacer el papel de falso necesitado.
La gente de las ollas siempre pide recursos pero no conozco a nadie que se esté muriendo de hambre, los recursos no tienen buen fin. Me extraña entonces que el alcalde haya dado ochenta millones para esta mala obra que solo busca el aprovechamiento y parece que el alcalde lo hizo para que votaran por él, otro mal aprovechamiento a costa de nuestro señor presidente.
Sebastián Caro U.