"La pandemia nos ha llevado a una catástrofe generacional que amenaza décadas de progreso"
El diplomático analiza el deterioro de la infancia en el país, especialmente de la más vulnerable, y proyecta devastadoras cifras en pérdida de aprendizajes y deserción escolar. Aunque defiende el regreso a clases, también dice que "es razonable" que los colegios estén cerrados en fase 1 y llama a más actores, no sólo al Mineduc, a garantizar el acceso a la educación a distancia.
A todas las personas, en todo el mundo, les ha afectado la pandemia de covid-19, pero hay consenso de los expertos en que niños y niñas, especialmente en países en desarrollo, la sufren de manera múltiple: por cómo tensiona a sus familias, por la pobreza, por la violencia posible, así como por las consecuencias que no asistir al colegio, que van desde dificultades educativas y de convivencia hasta la generación de estados de ansiedad e inseguridad.
Es por tales motivos que la Unicef (el fondo de las Naciones Unidas para la Infancia) ha prestado la mayor atención a todo lo que ocurre en estos tiempos pandémicos. También merece atención Chile, que está pasando uno de sus momentos más complejos no obstante la campaña de vacunación.
Paolo Mefalopulos, italiano que ha trabajado en India, Uruguay, Washington, Zimbawe, en agencias como Unesco, FAO o el Banco Mundial, es, desde 2018, el representante de Unicef en Chile. Ha estado, por lo tanto, muy alerta ante la situación de la infancia en nuestro país y cómo se ha visto perjudicada por la pandemia. Desde octubre de 2020, Unicef forma parte del Consejo Asesor para abrir las escuelas. Firme partidario del regreso presencial a clases, dados los muchos efectos negativos que tiene no hacerlo, Mefalopulos está consciente de las limitaciones que imponen los malos números epidemiológicos, pero recalca que el cierre de las escuelas tiene consecuencias no sólo de aprendizaje, sino también en la formación, socialización y desarrollo emocional de los menores.
-Se decía que la enfermedad afectaba menos a los niños, pero últimamente hay casos graves en menores. ¿Es preocupante este fenómeno?
-Si bien el coronavirus no afecta a este grupo de la población en la magnitud y con la gravedad que afecta a los adultos, los niños, niñas y adolescentes también pueden contraer el virus. La gran mayoría de ellos desarrollan la enfermedad de manera leve. Sin embargo, en algunos casos hay niños o niñas que desarrollan el síndrome inflamatorio sistémico pediátrico (PIMS, por sus siglas en inglés), luego de tener covid-19. Por ello, es muy importante enseñar a los niños, niñas y adolescentes a prevenir el contagio, lavándose las manos, quedándose en casa, manteniendo la distancia física. Es importante que ellos también tengan conductas preventivas.
-¿Habrá, en algún momento, una campaña de vacunación para menores, cuando se hayan hecho las pruebas respectivas?
-Las vacunas son muy importantes en la prevención de enfermedades y han hecho un aporte muy relevante en la disminución de la mortalidad infantil. Ya se están experimentado vacunas para menores de 16 años y esperamos que cuando se confirme que son seguras, se empiece a vacunar a niños y niñas. Por mientras, es fundamental que las personas que están incluidas en el plan de vacunación covid-19 se vacunen, así se podrá lograr la protección de toda la comunidad y los niños, niñas y adolescentes podrán ir retomando sus actividades normales. Desde marzo se estableció la estrategia "capullo", que consiste en la vacunación de los cuidadores y cuidadoras de niños y niñas con enfermedades crónicas, para evitar llevar el virus al hogar y contagiarlos. Para ello, el médico tratante debe emitir un certificado que permita que los y las cuidadores puedan ser inoculados, a pesar de no estar en los grupos priorizados.
-La pandemia no es sólo la enfermedad, sino también las consecuencias sociales y económicas de ella. En ese sentido, ¿afecta más a los más pobres?
-Sin duda, aun cuando la pandemia nos afecta a todos, no lo hace a todos por igual. Como hemos planteado en distintas ocasiones, la pandemia ha evidenciado las grandes desigualdades que existen en el país, afectando en mayor medida y en múltiples dimensiones a aquellas poblaciones más vulnerables, agudizando factores de riesgo ya existentes. Los efectos sociales de la pandemia, en especial el aumento esperado de la pobreza producto de la misma, nos parece especialmente preocupante en tanto esta golpea desproporcionadamente a los niños, niñas y adolescentes. Antes de la pandemia la pobreza infantil en Chile era casi el doble que en otros tramos de edad, la inseguridad alimenticia afectaba también en mayor medida a los hogares con niños, niñas y adolescentes, y también son estos hogares los que viven en entornos con mayor violencia.
-Entonces, es la pobreza lo que más afecta a los niños y niñas.
-Los niños y niñas se están viendo afectados en múltiples dimensiones. El cierre de las escuelas está generando brechas de aprendizaje muy importantes, la obesidad y el sedentarismo siguen aumentando y muchos niños son víctimas de situaciones de violencia, por las
"Para 2020 se esperaba un incremento de 40% de adolescentes que desertan del sistema escolar; y la pérdida de aprendizajes se estimó que podía ser de 80% para los estudiantes que viven en pobreza. Esto es devastador para la vida de cada uno de ellos y para todo el país a mediano y largo plazo".