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Más talentos

El desafío de ser la primera región desarrollada pasa por imponernos la meta de tener los mejores colegios, universidades y centros educativos. Mientras eso pasa, la Región Metropolitana concentra el grueso de los talentos, cuestión que también se funda en las condiciones objetivas que ofrece y que nosotros debemos corregir.
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No se pierde o gasta con el tiempo, es renovable y no resulta contaminante. Hablamos del capital humano de un territorio, las personas, que la componen, por lejos, la mayor riqueza que pueda disponerse.

Martín Varsavsky dispuso hace algunos años sus reflexiones del porqué algunos sitios consiguen el éxito y otros fracasan y su conclusión es que la clave siempre son las personas. Escribió el empresario: "Los países ricos son ricos porque tienen gente educada, trabajadora, organizada y creativa. Los países pobres son pobres porque tienen gente menos educada, más desorganizada, menos creativa, con muchos menos recursos, y en general están dirigidos por líderes corruptos".

Habrá consenso en que el priorizar el desarrollo de generaciones futuras más educadas es clave, sin embargo, no siempre lo hacemos. Necesitamos formar personas altamente instruidas, pero también ser capaces de atraer a otros que serán un aporte y que buscan una oportunidad para su desarrollo profesional y familiar.

Un buen ejemplo son los miles de extranjeros legales que se encuentran en la Región y los miles de profesionales y jóvenes empujados desde distintas regiones del país. Estamos entonces en un contexto que es una tremenda oportunidad. Debemos ser capaces de aprovecharla, en especial las casas de estudio, para formar un capital humano potente, que entregue su desarrollo a Antofagasta, la región y el país. En este aspecto debemos hacernos responsables del futuro y asumir que nuestro mañana está determinado por la calidad de población que comencemos a forjar.

No puede ser de otra manera, pero exige el compromiso de todos. Lamentablemente, no tenemos la mejor educación del país (resultados Simce y PSU) y encima seguimos generando una brecha que divide a los estudiantes entre quienes tienen y no tienen recursos para pagar un buen colegio.

Mientras eso pasa, la Región Metropolitana concentra el grueso de los talentos, cuestión que también se funda en las condiciones objetivas que ofrece: mayor diversidad de empleos, cultura, salud, educación, recreación, entre otras. El desafío para nuestra Región es entender el desafío y diseñar una estrategia para la conversión de una opción atractiva, que cree y retenga más talento.

Saludo tu dignidad, nuestra dignidad…

"Seremos mejores si nos grabamos la entrega sublime y absoluta del personal de la salud pública, líderes de la vida, mástiles de la dignidad". Pedro Aranda Astudillo, Fundador de la Corporación Gen
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Saludar es dar salud, la salud es vivir en armonía. Desear salud a quién me dirija es abrir puertas para sintonizar… Un cálido saludo asemeja los sentimientos, cómo sentimos el compartir con los demás: de abrazos, de besos, de entrelazar las manos, de inclinarse en reverencia, dar "un buen día" a quién se me cruza en el camino. Dignificar la presencia del más próximo, también me dignifica.

La dignidad nos reviste de un "manto sagrado", cada persona es un templo. Todas las sociedades, más allá de sus propias culturas, atestiguan que en cada persona habita la humanidad, todos comulgamos la misma sangre… . No es filosofía, ni creencia. Vivimos la trasparencia de sernos semejantes con la riqueza infinita de diversidades, de complementamos. Cada persona se nombra, su nombre es su pertenencia de sí mismo como debe ser en todo su obrar, es un "sujeto único" que camina por sí mismo. Se afirma por sí mismo y su firma lo consagra como individuo, es decir indivisible, lo contrario: un objeto, "una cosa", puede dividirse y manipularse. Sujetarse, sustentarse, garantiza permanencia, de allí que también las instituciones deben ser sustentables

Los sistemas imperantes creadores de medios para optimizar las subsistencias, como también para el desarrollo de sus diversos poderes han logrado masificar las costumbres sociales siendo las personas "absorbidas" como "bienes de consumo". La esclavitud ha sido uno de los agujeros negros de las civilizaciones.

Nuestra sociedad venía en una carrera desenfrenada, imparable por el desarrollo del consumo, de la explotación de los recursos de la tierra, de una robótica desplazante del trabajo humano.

Se descubre en Wuhan, ciudad China, un coronavirus convertido en la corona mortal para nuestra humanidad. La vida, igualmente misteriosa, amenazada por las diversas violaciones humanas, por el caudal armamentista, crea su propio antígeno contra la soberbia humana. Sacrificó nuestra dignidad: ¿Puede haber algo más indigno que muerto por el covid sea aún un peligro para sus prójimos? ¿Nuestra dignidad, a rostro cubierto? ¿Nuestra dignidad, saludarnos a codazos? ¿Nuestra dignidad, marginada por cesantía? ¿Nuestra dignidad emigrada por los miedos?

¿Siempre tendremos que aprender por tragedias? Se dice que de esta pandemia saldremos mejores o peores. Seremos mejores si nos grabamos la entrega sublime y absoluta del personal de la salud pública, líderes de la vida, mástiles de la dignidad. No menos heroicas son aquellas manos pródigas de solidaridad… "Muchos son los misterios, pero no hay nada más misterioso que el hombre" cantado en las tragedias griegas.

Hoy digamos: recreemos nuestra dignidad, valga decir de responsabilidad al ponernos de pie frente a la cruenta pandemia. La responsabilidad es la raíz de la dignidad. Escuchar nuestro Corazón incansable de irrigarnos vida hermanado a la conciencia, voz suprema que ilumina al silencioso mundo científico para desvelar al covid y socavarle su poder. Es la voz suprema que iza tu dignidad, nuestra dignidad.

Ciudad saludable

"L promoción y prevención en salud, son herramientas para cimentar un nivel de completo bienestar físico, mental y social". Pamela Schellman J., Presidenta Colegio Médico de Antofagasta
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En medio de la pandemia e insertos en un proceso de redefinición de la sociedad que deseamos ser, se abre la oportunidad de reflexionar sobre el camino que Antofagasta puede recorrer para convertirse en una ciudad saludable.

Desde la mirada médica, la promoción y prevención en salud, son herramientas fundamentales para cimentar un nivel de completo bienestar físico, mental y social.

Es una tarea intersectorial: se requiere una decisión intencionada de poner al centro al ser humano y la sostenibilidad ambiental, para permitir el desarrollo del proyecto vital de cada persona y de la comunidad, como generación presente y futura.

Una ciudad libre de contaminación ambiental, en que el puerto y el tren establezcan una relación de cooperación con la ciudadanía, minimizando los potenciales efectos oncogénicos y teratogénicos asociados a metales pesados y redireccionando su quehacer no sólo hacia un desarrollo minero limpio no contaminante (que Chile sin duda necesita), sino ampliando su giro hacia otras alternativas de interacción productiva con énfasis en la calidad de vida de los habitantes, como podría ser el transporte de pasajeros dentro de la ciudad (que en la emergencia sanitaria actual sería una alternativa para mejorar aforos en el transporte público) y el establecimiento de circuitos de reciclaje entre otras alternativas.

Una ciudad con "vocación cardiovascular", que contribuya a aminorar las enfermedades crónicas no transmisibles, en que la movilidad a energía humana se priorice desde la planificación urbana, estimulando al peatón y al ciclista en tramos más acotados e integrados a un recorrido mayor, que considere espacios públicos acogedores y sanos: ciclovías seguras recorriendo tanto la costanera de la ciudad como el sector alto (quizás en la franja del ferrocarril) y proteger espacios de integración que fomenten la actividad física de todos los grupos etáreos, aportando también a la recuperación de la salud mental, que tanto se ha comprometido con la emergencia sanitaria actual.

Una ciudad sostenible, que proteja el planeta para nuestras nietas y nietos y sus descendientes, priorizando por áreas de arbolado urbano, cuyo riego pueda ejecutarse a través del tratamiento de aguas grises.

Un oasis en nuestro desierto que se muestra fértil, cada vez que las laderas de la cordillera de la costa, con una tenue llovizna, se cubren de una alfombra natural de diversas flores silvestres, con las que la naturaleza nos dice que todavía es posible, que todo depende de nuestras decisiones.