Más de 3 mil alumnos de campamentos tienen dificultades con las clases online
EDUCACIÓN. La mayoría no cuenta con acceso a internet o computador y deben usar celulares.
En el hogar de Carolina Limpias Suárez, ubicado en el campamento Altamira, comuna de Antofagasta, solo cuentan con un teléfono celular el que cada tres días deben recargar con $4.000 para tener acceso a internet.
El año pasado este equipo móvil fue la sala de clases virtual para sus dos hijos de 13 y 15 años, quienes cursan octavo y primero medio, en el Liceo Mario Bahamonde.
Carolina cuenta que para sus hijos fue muy complejo pasar de curso debido a las dificultades que tenían para conectarse a las sesiones remotas, ya que en muchas ocasiones ambos se debían turnar para utilizar el teléfono, lo que implicaba que uno de los dos dejara de asistir a una clase cuando estas coincidían.
Actualmente el campamento Altamira está compuesta por 80 familias de inmigrantes y chilenos, y al menos 24 niños están en etapa escolar en niveles de enseñanza básica y media, quienes al igual que los hijos de Carolina, no cuentan con las condiciones mínimas para acceder a clases en línea.
"La verdad es que hay familias que la están pasando peor que nosotros porque ni siquiera tienen para alimento y menos para pagar internet, comprar un celular o un computador para los niños", relata esta madre, que llegó hace dos años al país desde Bolivia.
Junto con el problema de conexión la falta de espacio es otro factor que afecta a los estudiantes del campamento.
En el caso de la familia de Carolina, comparten una habitación de 5 por 8 metros donde duermen, comen y estudian.
La misma pieza se utiliza para cocinar los alimentos que luego Carolina vende entre sus vecinos para sustentar su hogar y pagar el internet que sus hijos utilizan para las clases telemáticas.
"Nosotros tenemos un cuarto donde vivimos los tres y tratamos de organizarnos para hacer nuestras cosas. Este espacio es dormitorio, cocina y sala de estudio. Mis hijos tienen mucho interés de aprender. Mi hijo mayor (Pablo) quiere ser alguien en la vida y convertirse en contador. Ahora está construyendo un pequeña biblioteca con libros que nos han donado", detalló Carolina.
Según el último Catastro Nacional de Campamentos 2019 del Ministerio de Vivienda y Urbanismo (Minvu), en la comuna de Antofagasta existen 63 asentamientos irregulares donde viven más de 16.362 mil personas.
El 20,1 % de esta población está constituida por niños entre 6 y 18 años, es decir, 3.272 personas en etapa escolar que están teniendo inconvenientes para acceder a las clases virtuales por la falta de una conexión a internet o un computador.
Preocupación
Patricia Yupanqui y su hija, quien está en su último año de enseñanza media, también se han visto complicadas con las clases temáticas.
Ambas viven en el campamento El Bosque, en la comuna de Antofagasta, junto a otras 170 familias.
Esta madre relata que hasta mediados del año pasado su hija solo pudo seguir estudiando a través de guías que debía ir a buscar a su colegio, ya que no contaba con conexión a internet en su casa.
Preocupada por su educación, Patricia se vio en la obligación de adquirir un celular y contratar un plan de internet, los que pudo costear gracias a la venta de pan amasado.
"Ella ahora tiene un celular para sus clases, pero siempre tiene problemas de conexión porque la señal es muy mala en este sector. Por sus estudios tuve que contratar un plan de $20 mil que no siempre podemos pagar por problemas económicos", aseguró.
Esta dueña de casa señala sentirse contrariada con la situación de su hija. Por un lado quiere que ella vuelva a clases presenciales para que pueda estudiar de mejor manera, sin embargo, también manifiesta que siente temor de que se contagie con el virus.
"Me gustaría que ella vuelva al colegio de forma presenciales porque así puede estudiar más tranquila, pero por esto de la pandemia prefiero que siga en la casa. Lo primero es la salud y hoy no están las condiciones para que regrese a clases", apuntó.
Algunas organizaciones sociales han abordado la situación que afecta a los estudiantes que viven en campamentos, habilitando puntos apoyo al interior de ellos.
Actualmente la agrupación Club de Lectura Rebelde, se encuentra trabajando con la comunidad del campamento Altamira en el acondicionamiento de un espacio que contará con computadores y acceso a internet que lograron adquirir a través de donaciones.
"El año pasado nosotros montamos un club de lectura el campamento Altamira para acompañar a los niños que están en etapa escolar. Debido a la situación de la pandemia muchas escuelas básicas no tuvieron clases online, sino que lo que se hizo fue la entrega de guías, lo que redundó en que algunos niños no terminaron correctamente el año. Por otra parte, los niños de educación media sí tuvieron clases online, pero en general no tenían acceso a un computador, ni siquiera por familia y menos por niño. A esto se suma que también tenían problemas de conectividad a internet", explicó Marcela Mercado, coordinadora del Club del Lectura Rebelde.
El secretario general ejecutivo, CMDS, Arturo Molina, explicó que "en diciembre del 2020, se entregaron 14.770 tarjetas SIM CARD de conectividad a 23 unidades educativas, cifra que estamos considerando aumentar para poder acortar la brecha hasta llegar a los 40 mil alumnos".
"A esto sumar que las unidades educativas en el 2020 con fondos SEP, adquirieron entre tablet y computadores, 2.578 de estos elementos tecnológicos", agregó.