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"Allen v. Farrow": una teleserie de la vida real

Cada domingo, HBO estrena un nuevo capítulo de la apuesta documental que indaga en las acusaciones en contra del cineasta neoyorquino cuya última película, "Rifkin's Festival", pasó sin pena ni gloria.
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Hace una década hablábamos de Woody Allen por su productividad. Su incontinencia fílmica lo llevaba a estrenar un largometraje por año con tantas caídas como aciertos. Si estaba perdiendo fuerza en los territorios de la cinefilia, defraudando a los seguidores de sus mejores obras, al menos era capaz de conservar la imagen de neurótico adorable que comenzó a cultivar desde su primera incursión en cine. Todo esto a pesar de que en 1992 recibió una acusación por abusar de su hija adoptiva Dylan. Esto ocurrió el mismo año en que el cineasta se emparejó con Soon-Yi Previn, hija adoptiva de Mia Farrow y el músico André Previn. La denuncia de abuso fue desestimada por la justicia.

El caso resurgió en 2014 cuando el periodista Nicholas Kristof, de The New York Times, publicó una carta en la que Dylan le contó sobre su pesar frente a los acontecimientos. Se necesitaron algunos años más, en tiempos de luchas colectivas y denuncias, para que el asunto resonara. Eso ocurrió en abril de 2018, cuando Ronan Farrow insistió sobre el caso en un podcast, lo que generó las molestias de su hermano Moses, quien defendió a Allen. La batalla entre Woody Allen y Mia Farrow alcanzó altos ribetes mediáticos y el director pasó a formar parte de la cultura de la cancelación. Sus películas fueron retiradas de plataformas. El elenco de "Un día lluvioso en Nueva York" (2019) destinó sus sueldos a organizaciones anti-abuso como señal de repudio al cineasta. Su última película, "Rifkin's Festival" (2020), pasó inadvertida y sin estreno comercial tras su debut en el Festival de San Sebastián.

La miniserie "Allen v. Farrow" (con capítulos nuevos todos los domingos en HBO) extiende el campo de batalla y demuestra la efervescencia inmediata del streaming. Digamos que es una producción perecible y reactiva a los acontecimientos de la vida real, una suerte de reportaje de corto aliento que va de la mano con las noticias inevitables que ha provocado desde su estreno, visto por más de un millón de personas el domingo pasado. Entre otras que Woody Allen la repudió -"no busca la verdad", dijo- y contó que los productores lo contactaron hace pocos meses "con apenas unos días para responder". Desde la miniserie aseguran, sin embargo, que él no acudió a la invitación. El testimonio de Allen alimenta las versiones que consideran que la historia está exclusivamente narrada desde el lado de Mia Farrow, luego de que el cineasta entregara su propia versión de los hechos en el libro autobiográfico "A propósito de nada".

Pero hablemos de los mecanismos de la televisión, de cómo "Allen v. Farrow" logra enganchar como si fuese una teleserie. Según el primer capítulo, Allen estaba tan obsesionado con Dylan que ella arrancaba de él. Los testimonios de la propia denunciante, además de los de Mia Farrow, Ronan y varias personas cercanas a la familia, son apoyados por fotografías y archivos familiares que buscan avalar las denuncias. Los directores, quienes investigaron por tres años, buscan armar el caso contra Allen a través de testimonios, documentos y una historia bien contada. Ellos son Kirby Dick y Amy Ziering, quienes ya denunciaron los abusos sexuales al interior del ejército en el documental "The Invisible War", así como también en el mundo académico ("The Hunting Ground") y el espectáculo ("On the Record").

¿Es Woody Allen un monstruo? ¿Se trata todo esto de una campaña de desprestigio comandada por una despechada Mia Farrow? Por ahora solo nos queda seguir esta teleserie de cuatro capítulos que podría no terminar nunca.

Woody Allen y Mia Farrow cuando eran una pareja, junto a los hijos de ella.


En resumen

"Allen v. Farrow" se puede ver todos los domingos en HBO y en la plataforma HBO-Go.

Por Andrés Nazarala R.

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Teresa Calderón, poeta:

"Con la pandemia vimos lo peor y lo mejor de los humanos"

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1-En plena crisis sanitaria, ¿cómo lidió con la desmotivación para escribir?-Leer y escribir me resultaba difícil, hasta que este libro, "Eslabones" se impuso solo; yo no lo busqué, él me seguía y, de tanto darle vueltas a este pack que somos de vida con muerte incluida, logré emocionarme de la manera que me sucede cuando encuentro el camino: taquicardia, transpiración de manos, pérdida del apetito.

Entiendo que, en mi caso, escribo con todo el cuerpo, mente y emociones. Con la pandemia vimos lo peor y lo mejor de los seres humanos. Yo rescaté lo mejor.

2-¿En qué profundiza "Eslabones"? - Este poemario representa la cadena de la vida que se rompe inesperadamente en todo el planeta. Y de nada valen advertencias ni medición de riesgos ni demostraciones científicas de que este virus con corona de Rey de la Muerte arrasa con todo. Pero entiendo que, ante la inminencia de la muerte, viene el baile de la Vida, el Carnaval como única medida de sentir que la sangre continúa fluyendo por las venas.

3-¿A qué le teme más? -A estar en una cama de muerte sin familia tomando mi mano para ayudarme a atravesar la frontera al otro mundo y tratando de que el aire ingrese a mis pulmones. Espero ansiosa la vacuna. Y a no bajar la guardia. Por otra parte, amo mucho estar en mi casa, la he disfrutado como nunca. Y semana a semana me encuentro con las maravillosas personas que asisten a los talleres y con quienes hemos creado lazos más profundos que antes.


En resumen

Teresa Calderón, escritora, Premio Altazor 2009, acaba de publicar Eslabones (Puerto de Escape), poemario que aborda la fragilidad de la existencia en tiempos de coronavirus.

La poeta fue la primera mujer en recibir el premio Pablo Neruda de poesía.

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