Tía Martina
Tía Martina es ya un personaje de mis crónicas. No la escogí por ventura literaria: debí darle espacio en las cuartillas, porque ella, tan silenciosa, tan huida, es una real protagonista de la vida.
Con 96 años, trabajados en desvelo de los demás, no admite, ¡qué ejemplo para tantos holgazanes, a quienes les chorrea la ociosidad!, que nadie se preocupe de su cama, de sus cosas, de su comida. Temprano abandona el lecho y principia a vivir, porque este es su quehacer, atenta a las noticias de la prensa, preocupada por lo que pueda hacer por otros
Cuando se habla del Centenario de Antofagasta, sonrío, contemplando a esta señora menudita que, tanteando serena su camino final, avanza a su Centenario, apoyada en el solo valor de su empuje copiapino.
"Si me echara a la cama, me moriría" -explica a quienes la celebran en sus pequeños grandes trabajo de mujer. Hija del minero, heredó fortalezas de vetas y riscos, aprendiendo a ser silenciosa y útil: criatura que, colocada, sin alarde en esta vanguardia de tiempo, cumple sus días como si la ruta comenzara.
Tía Martina es una referencia cordial en cartas y poemas de mis amigos y compañeros de pluma. Las visitas entran a casa, invitadas por una anciana dulce y atenta, imaginando que no tendrán que charlar. Y, poco a poco, la conversación se anima y la "dama-poquita-cosa" les comenta lo que publican los diarios de la capital y les informa sobre mis trajines, enseñándoles papeles, recortes y retratos. Las visitas se marchan más henchida por las palabras de Tía Martina que por las mías.
Este es un monumento vivo de Antofagasta. Jamás admitirá que la fotografíen, que la entrevisten. No es para eso: hay que ganarle el corazón en la intimidad de su casa, donde oficia de "hada madrina" del escritor:
"-Un poquito de leche le hará bien…"
Tía Martina es el bien que me regaló la vida al morir mi Madre. Desde entonces, vamos juntos. Cuando la miro, entiendo que, allí, en esta chilena de huesos duros, persiste un Chile que nos salva todavía.
Nota. Tía Martina nació el 30 de enero de 1883.