Correo
Vacuna
Es entendible porqué algunos no le va el término vacuna, tan de moda en este periodo de tiempo, aunque la vacuna o el vacuna son personaje o instituciones clásicas desde que existe el ser humano, algunos ocupando altos cargos gubernamentales o bien posesionado en la "sociedad" o fuera de esta , es bien democrático no distingue raza ni credo religioso. Perdón no puedo seguir vienen a vacunarme los mismos de siempre.
Carlos Farías Farías
Impunidad
Lejos quedo en el tiempo el discurso del Presidente Aylwin cuando señalaba "Justicia en la medida de lo posible", a raíz de los casos de violación a los DD.HH. en dictadura. Al parecer este clamor sentido de un presidente democrático sigue aún vigente, obviamente guardando las proporciones y el contexto, en los cientos de causas inconclusas que guardan relación con casos de corrupción en donde está involucrado directa o indirectamente un político. En Antofagasta y en la región cada cierto tiempo nos enteramos de un escándalo de corrupción por malversación de fondos públicos, en donde a la fecha hay dos exalcaldes que han sido procesados por causas similares. Existen decenas de casos en donde la falta de probidad y fiscalización han originado un gran perjuicio a las arcas municipales y por ende a las inversiones en proyectos sin concluir o abandonados a su suerte.
La impunidad debe dejar de ser un concepto que se percibe a diario en nuestra región y la dinámica de perpetuarla y desterrarla como una doctrina sin remordimiento ni culpa alguna. El lunes 18 de enero 2021 el Tribunal oral en lo penal emitió una sentencia que da una luz de esperanza en la tan esquiva y anhela justicia, sentó un precedente que bien vale destacar y agradecer. La justicia no debe ser una expresión de buena voluntad de las partes también debe ser un justo proceso y una justa condena efectiva para no transformarse en una ilusión. Los actos administrativos ilegales deben ser sancionados penalmente y dejar de pensar que la censura social es suficiente y en la medida de lo posible.
Luis Tapia Lazo
Elecciones
En la elección de alcalde de 2016, donde hubo 8 candidatos, de un padrón electoral de 260.299 personas, votaron 64.333, es decir, un 24,7 % de los inscritos, resultando elegida la alcaldesa con un mísero 7% de los inscritos para votar. Vistas, así las cosas, creo valdría la pena que nuestros geniales parlamentarios consideraran las modificaciones legales pertinentes, para tener, en las próximas elecciones municipales, una segunda vuelta con las dos primeras mayorías y, al mismo tiempo, buscar formas de lograr una mayor participación ciudadana. Así, por lo menos, tendríamos un alcalde un poco más representativo, que contaría, oficialmente, con un respaldo más serio. Y aunque sería bastante más complicado, lo mismo tendría que hacerse con los concejales y en este caso debiera, en una segunda vuelta, incluirse las veinte primeras mayorías absolutas, sin considerar pactos, partidos u otras "yerbas". No hay que olvidar que en 2016 se presentaron 97 candidatos, sí, 97 candidatos para ocupar 10 cargos y los concejales actuales fueron electos con paupérrimas preferencias, considerando la totalidad del padrón electoral. Y, ¡Ojo!, esto no es responsabilidad de los concejales, sino de este nefasto sistema electoral, que, al tenor de los hechos, nadie quiere cambiar.
Rafael Mella Hernández
Volver al siglo XX
Me resulta incomprensible que haya personas que creen que la solución a los problemas políticos, sociales y económicos que están afectando a Chile consiste en volver a los socialismos reales que se pusieron en práctica en varios países del mundo durante el siglo pasado y que continúan existiendo en Cuba, Corea del Norte y Venezuela.
Asimismo, me resulta incomprensible que una ideología como la comunista, que no respeta los principios básicos del régimen democrático, que propugna la violencia, que procura el establecimiento de un sistema totalitario, y que en los países en los que ha sido instaurada como forma de gobierno solo ha acarreado destrucción, miseria, desastre económico y humanitario y pérdida de la libertad -y en los que los gobernantes han ejercido el poder con absoluto desprecio por la persona humana- pueda atraer a tantas personas, partidos, movimientos u organizaciones políticas.
Puede entenderse que el discurso utópico de la creación de un hombre nuevo, que abra paso a una sociedad sin clases ni egoísmos -en la que imperan la justicia, la igualdad, la paz, el bienestar y la armonía- convenza a jóvenes altruistas e idealistas que desconocen la historia mundial y nacional, pero no a personas educadas e instruidas.
Adolfo Paúl Latorre