Democracia y nomocracia
"La democracia nos invita a revisar nuestra institucionalidad desde la 'calle'. He escuchado a cierta juventud que aún no quiere dejar la calle o que volverá a las calles". Dra. Francis Espinoza F., Académica UCN
Desde que los profesores Steven Levitsky y Daniel Ziblatt escribieron su libro Cómo Mueren las Democracias (2015) se ha analizado bastante el concepto de 'democracia' en países como Estados Unidos, que viene saliendo de un ataque al Capitolio y el cambio de mando del Presidente N° 46 del país más poderoso del mundo, Joe Biden. El académico Levitsky, una especie de médico forense de los sistemas políticos según el Diario El País (12/04/2019), se refiere a la caída de las democracias, al ascenso de populismos y la polarización en países donde las ciudadanías rechazan el establishment, como por ejemplo Brasil o el mismo estado americano.
Es importante entender que la democracia como sistema político va más allá de cuotas de 'participación' en modelos representativos o de aportación directa. La democracia defiende la soberanía del pueblo y el derecho de éste a elegir y fiscalizar a sus gobernantes. Para el padre de la democracia moderna Alexis de Tocqueville (1805-1859), debiera existir una condición social particular, en igualdad de condiciones, que se hace sentir en las instituciones políticas del Estado, pero al mismo tiempo en los hábitos, costumbres y modos de ser de los/as ciudadanos/as. De la misma manera, John Dewey (1850-1952), precisa que la realización de la democracia se debe llevar a cabo en cada esfera de la vida.
Y es así que divagando sobre democracia, esta semana sostuve una distendida conversación en el marco del Congreso del Futuro con la experta internacional en justicia social, Panthea Lee. Recorrimos varias 'avenidas' junto al Decano de la Facultad de Economía y Administración de la Universidad Católica del Norte, Dr. Dusan Paredes, haciendo análisis comparativos entre las realidades de EEUU y Chile, y como parte de nuestro proceso constituyente y la nueva administración de Biden. Estos aspectos concuerdan con las preocupaciones fundamentales para la confección de la nueva Constitución en el país: el modelo de Estado y gobierno (hiper-presidencialismo, semi-presidencialismo o parlamentarismo), el modelo económico y la necesidad de alejarse de la agenda neoliberal, de la cual Chile ha sido el mejor estudiante de la región, y los aspectos normativos, el imperio de la ley o el estado de derecho.
En nuestro proceso constituyente, pareciera ser que nos estamos perdiendo en la excesiva nomocracia o supremacía constitucional, en vez de poner atención a que los resultados del Plebiscito nos llaman a la construcción de una nueva sociedad chilena a partir de la propia ciudadanía. La Constitución no resolverá todos nuestros problemas cotidianos, pero tampoco podemos estar sujetos de las acciones estatales a una regla o ley fundamental, que sería nuestra carta magna.
Por ende, la democracia nos invita a revisar nuestra institucionalidad desde la 'calle'. He escuchado a cierta juventud que aún no quiere dejar la calle o que volverá a las calles. Panthea Lee plantea que debemos pasar de la revolución a las instituciones cambiando las protestas callejeras por sistemas de asambleísmo como se ve en California o Italia, donde las comunidades incluso toman decisiones sobre los presupuestos municipales.
El/la futuro/a alcalde/sa de la ciudad de Antofagasta debe empoderar a los Consejos de la Sociedad Civil (Cosoc) y hacer de ellos sus mejores aliados. No se gobierna desde el púlpito o una oficina, la ciudadanía exige mayores niveles de participación y condiciones resolutivas, y éstas deben ser compartidas. Las crisis nos llaman, dice Lee, a reinventar nuevos pactos sociales a través de los cuales reconfiguremos los mapas de poder en el país: "Las personas que aún tienen el poder deben ser convencidas de entregarlo, porque el poder se aferra al poder", enfatiza Lee. Por lo tanto, la constituyente debe esbozar las líneas gruesas del país que soñamos y el desarrollo que nos merecemos, pero por sobre todo debe organizar la geopolítica de fuerzas en Chile y sus procesos de transparencia y accountability político-institucional.