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El reto de la segunda ola

En 48 horas la región sumó 831 nuevos contagios y alcanzó un nuevo peak de casos activos. El escenario es complejo y debemos ser conscientes de ello. Con el personal de la Salud agotado, pocas camas críticas disponibles y un virus que acelera su propagación, la región y el país viven momentos delicados, donde se requerirá extremar los esfuerzos.
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Las cifras son elocuentes. En 48 horas la región sumó 831 nuevos contagios de coronavirus (sobre un total de 8.407 exámenes realizados), y alcanzó su mayor cantidad de casos activos en los diez meses de la pandemia (1.828).

Antofagasta es la ciudad más afectada, ya que concentra el 77% de las nuevas infecciones detectadas y el 79% de los contagiantes, pero comunas como Calama, Mejillones y Tocopilla vienen aumentando sus cifras

El escenario es delicado y hay que tomar conciencia de aquello. Se calcula que el 20% de las personas que se contagian requerirá atención hospitalaria, y alrededor del 5% necesitará cuidados intensivos y, posiblemente, apoyo respiratorio.

Hace al menos un mes la red asistencial viene operando con más del 90% de ocupación de sus camas críticas, y la cifra no mejora porque la velocidad de ingreso de los pacientes supera la capacidad de habilitar camas nuevas.

Ayer el Hospital Regional de Antofagasta, el principal bastión de la lucha contra el covid en la zona, tenía nuevamente el 100% de sus camas críticas ocupadas, y se confirmó que pacientes están recibiendo ventilación incluso en el Servicio de Urgencias.

Y todo esto ocurre en un contexto que no puede pasarse por alto. Tras diez meses trabajo incesante, los funcionarios de la red asistencial están agotados, algunos han enfermado y no pocos han pedido licencias por estrés, cansancio extremo u otras complicaciones.

Entonces son varios los factores que se combinan para hacer de este momento el más complejo que hemos vivido hasta ahora en la pandemia.

Hay que saberlo, la segunda ola representa una amenaza incluso mayor que la primera y es preciso tomar acciones para frenarla a tiempo.

A contar de hoy se espera que los funcionarios de la salud comiencen a vacunarse. Además, se está capacitando a médicos y profesionales, y las universidades darán facilidades para que alumnos de carreras de la salud se integren al trabajo en los hospitales.

Todo eso es un avance que debe destacarse. La pandemia nos seguirá poniendo a prueba, vienen días complejos y hay que estar preparados.

Clúster de Energía

"En este tiempo se han desarrollado capacitaciones y certificaciones de competencias para los técnicos y profesionales". Aldo Erazo, Seremi de Energía y presidente del Directorio del programa Clúster de Energía
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En el mes de diciembre recién pasado, Bloomberg New Energy Finance, publicó el reporte Climatescope 2020, el ranking de países más atractivos para la inversión en energías limpias. En su última versión, que consideró 108 países emergentes, además de 29 desarrollados, Chile lideró el ranking, calificándolo como el mejor país para invertir en energías renovables.

Actualmente en Chile contamos con una inversión en construcción y desarrollo de energías sustentable por más de 12 mil millones de dólares, de los cuales 4.016 millones se materializa en la región. Es decir que concentramos el 32,6% de la inversión nacional.

Hoy, como país estamos viviendo una transición energética y dada las excelentes condiciones que posee la región de Antofagasta para el desarrollo de estas fuentes, en los próximos años esta zona será clave para alcanzar la meta que tenemos de descarbonizar al año 2040 nuestra matriz energética. Por tal motivo, en el corto plazo se seguirán construyendo proyectos, duplicando la cantidad de plantas que existen actualmente en la región.

Bajo este escenario dimos vida hace tres años al Programa Clúster de Energía, el cual ha sido fundamental y estratégico para proyectar a las PyMEs en este mercado y aprovechar las oportunidades de negocios que surgen de las necesidades que posee el sector. Para lograr aquello, durante este periodo el Clúster ha desarrollado un trabajo sinérgico con distintas instituciones del ámbito público, la academia y actores de la industria a fin de poder identificar las brechas que poseen los proveedores, capacitar al capital humano y entregarles las herramientas necesarias para fortalecer sus competencias.

Así, en estos años entre los logros más destacados que hemos alcanzado junto a este programa, podemos mencionar la creación de dos Programa de Formación de Competencias (PFC). El primero de ellos entregó conocimiento a 60 técnicos y profesionales como instalador eléctrico, esto les permitirá próximamente obtener la licencia clase D. El segundo de estos programas nos llena de satisfacción, pues, en la región se formarán los primeros operadores y mantenedores para plantas de concentración solar de potencia (CSP) del país, el cual responde a las necesidades presentes y futuras de la industria.

Otra de las metas cumplidas es la creación del Catálogo de Proveedores, el cual, pondremos a disposición de la industria a fin de dar a conocer información sobre la oferta de bienes y servicios que ofrecen 200 empresas locales.

Asimismo, durante el año 2020 el Clúster abrió las puertas al mercado domiciliario, impulsando un trabajo en redes entre los actores regionales y nacionales con el objetivo de fomentar el uso de sistemas de autogeneración a base de energías renovables y promover la eficiencia energética a nivel domiciliario. De esta manera, se generan nuevos nichos de negocio para proveedores locales y se potencia el uso tecnologías limpias existentes para generar reducción de costos por concepto de consumo eléctrico a los usuarios.

Somos conscientes que tenemos mucho por hacer y avanzar, por eso todas las acciones que hemos impulsado en el marco del Clúster de Energía, las hemos realizado mirando el futuro y preparándonos como región para el aumento de proyectos, teniendo siempre presente que este progreso tendrá un impacto en la empleabilidad y la economía regional, lo que nos permitirá mejorar la calidad de vida de nuestros habitantes.

En modo engagement

"Estar en modo engagement es el mejor camino para las transformaciones que cada uno necesita". Manuel Dannemann Correa, Director Educacional / Red Educacional Magister
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¿Por qué puede ser importante y necesario alcanzar engagement en lo que hacemos? ¿Qué valor le agrega a nuestra vida? El engagement es el estado afectivo positivo de plenitud, caracterizado por el vigor, la dedicación y la absorción o concentración a las tareas y los desafíos que se emprenden (Schaufeli y Salanova, 2002).

Sus constructos, vigor, dedicación y absorción dan cuenta de su naturaleza. El vigor se traduce en disponer esfuerzos para ser persistente en lo que se hace, también ante las dificultades, sin claudicaciones. La dedicación es el entusiasmo, estar orgulloso e inspirado, que se caracteriza por un sentimiento de desafío y pertenencia. Y la absorción se expresa en la concentración, donde el tiempo pasa rápidamente y uno está conectado con lo que hace. No existe una traducción exacta de engagement, porque no es implicación (en inglés es involvement), tampoco dedicación (dedication), ni compromiso (commitment).

Estar engagement trae múltiples efectos positivos. Genera energía, unidad y compromiso con las tareas; produce emociones placenteras de plenitud y autorrealización, que contribuyen al estado de bienestar. Y como consecuencia los logros son más efectivos, en todo orden de cosas. La vida personal, familiar, de amistad, laboral, social y de responsabilidad cívica, se ven beneficiados por esta disposición de compromiso frente a los propósitos y desafíos de logros que son constitutivos de cada uno de esos ámbitos. Necesario es entonces que, al interior de ellos, sepamos promover condiciones y prácticas para que el engagement se instale y prospere.

Sujetos a la incertidumbre y a la precariedad actual el engagement podría estar bajo sospecha de inaplicabilidad, algo así como extemporáneo, fuera de lugar, porque el estado de emergencia es la constante. Parece que es todo lo contrario y las muestras están a la vista. Para llevar adelante las exigentes y las extremas condiciones en que nos encontramos por efectos de la pandemia, muchísimos profesionales están dando lo mejor de cada uno para que otros podamos estar a salvo, seguir trabajando y eso no sería posible sin una cuota importante de engagement, que se sostiene en una tremenda vocación profesional a toda prueba. Los trabajadores de la salud y con ellos educación, más la amplísima gama de servicios que permiten los resguardos básicos de funcionamiento necesarios para salir adelante, son muestras heroicas de entrega al servicio de los demás.

En condiciones extraordinarias, sobre todo en lo cotidiano, estar en modo engagement es el mejor camino para las transformaciones que cada uno necesita en términos personales, como la sociedad a la que pertenecemos, para enfrentar la vida. La contribución de todos a una parte de este engagement es indispensable, hoy más que nunca.