Correo
Basura
Es una pena el total abandono de la ciudad respecto al aseo, ya nos estamos pareciendo a Recoleta y Valparaíso.
Roberto Espinosa Fabres
Reguetón
Seguramente, al reguetonero detenido, se le hará cantar sin música y sin público.
Jorge Valenzuela Araya
Pablo Milad
Don Pablo Milad, presidente de la ANFP, está muy bien, cuando describe las principales características que debe tener el reemplazante de Reinaldo Rueda como DT de la selección chilena, entre ellas menciona mucha ambición de querer ganar, con experiencia internacional y que haya estado en un mundial; pero hace muy mal cuando menciona entre los candidatos que le agradan, a Hernán Crespo, ex jugador de selección argentina.
Sin duda, Hernán Crespo fue un goleador, entrenador de equipos en Italia (Modena) y en Argentina (Banfield y Defensa y Justicia), pero no de alguna selección, por lo que no tiene presencia en mundiales como DT, además el haber sido un muy buen jugador, no asegura en absoluto, que luego sea un muy buen entrenador de selección, de eso existen bastantes ejemplos, y por último nuestra roja, por el poco tiempo que tiene para trabajar, no puede darse el lujo de ser parte de la práctica internacional de un novel entrenador.
¿En qué quedamos, don Pablo?
Luis Enrique Soler Milla
No quisimos verlo
Un virus, algo que sólo puede verse en un microscopio, puso en jaque al mundo. ¡Cómo nadie nos advirtió!, exclamaron muchos, pero los científicos lo venían analizando hace años, lo que pasa es que nadie los quería escuchar. O quizás no supieron cómo decirlo.
Tal vez faltó quien pudiera entender qué estaban haciendo. En fin, si algo tenemos que aprender del 2020 es lo importante que es la divulgación de la ciencia, y lo necesario para la etapa que viene: la vacunación.
Carl Sagan lo dijo, vivimos en una sociedad absolutamente dependiente de la ciencia y la tecnología, y, sin embargo, nos las hemos arreglado para que casi nadie entienda de ella: esa es una receta clara para el desastre. Con 76% de la población poco o nada informada, ¿qué se puede esperar? Que se exijan certidumbres frente a algo que por esencia no lo es. Se están generando expectativas inapropiadas y erosionando aún más la confianza pública. Ahora estamos concentrados en apagar este fuego, pero ¿qué pasó para que se provocara?
La sociedad nos va a pedir que reduzcamos la vulnerabilidad y va a exigir a los gobernantes que se ocupen de reducir los riesgos.
¿Cómo? Necesitamos más evidencia científica, producir conocimiento para poder rebatir aquellos componentes irracionales y el exceso de infodemia.
Gracias a la ciencia se erradicó la polio, ya no hay viruela, el Sida es hoy una enfermedad crónica y otros muchos ejemplos. Recibimos un golpe fuerte, pero de seguro no es el último.
Dr. Iván Suazo
Sensor de glucosa
Actualmente, hay 23 mil personas con diabetes tipo 1 en Chile, quienes deben someterse a múltiples pinchazos diarios para obtener sus índices de glucosa. Pinchazos que serán para toda la vida, ya que se trata de una condición crónica.
El gran desafío de las personas con DM1 (insulinodependientes) es conseguir un nivel de glucosa en un rango aceptado, para así prevenir las complicaciones de las hipoglicemias e hiperglicemias como enfermedades al riñón, corazón o ceguera.
Lo anterior implica al menos ocho pinchazos en los dedos al día, lo que es sumamente complejo, sobre todo si se piensa en los niños con esta condición. Sin embargo, hoy existe tecnología disponible para disminuir significativamente esos 3.000 pinchazos al año. Se trata de sensores de glucosa, que se insertan en la piel y la glicemia se transmite a un lector o celular, con un simple escaneo.
Hoy el tratamiento de la DM1 está incluido en las patologías GES, pero el sensor de glucosa aún no está incorporado. Como madres de niños con diabetes tipo 1 solicitamos que esta tecnología sea al menos codificada en Fonasa e isapres, para así poder obtener algún tipo de reembolso y mejorar su acceso, con el fin de mejorar la calidad de vida de todos los niños (as) con diabetes tipo 1 del país, así como las de sus madres, padres y cuidadores.
María Pía Zaldívar y Angelita García Madres de niños con DM1