Aumentan las reuniones sociales en la pandemia y psicólogos explican causas
VIRUS. Pese a que el virus no ha desaparecido, cada vez son más comunes los encuentros entre grupos de familias y amigos. Profesionales llaman a evitar congregaciones durante las fiestas de fin de año.
Con el levantamiento de algunas medidas restrictivas como el fin de las cuarentenas en algunas zonas y luego de meses de mantener el distanciamiento físico entre personas, este "relajamiento" ha despertado en la población la necesidad de volver a reunirse con otros, de visitar a los seres queridos o salir con amigos.
Todos los fines de semana se escuchan conversaciones y celebraciones desde balcones y patios, un fenómeno que no habíamos visto durante meses.
Sin embargo, la posibilidad de contagiarse sigue siendo una realidad, mientras no exista una vacuna. Pese a ello los especialistas explican que esta nueva "normalidad" responde a dos factores. Primero, ha disminuido la percepción de temor miedo ante el virus, y por otro, existe la necesidad de reforzar lazos afectivos que se vieron mermados durante el confinamiento.
"El comportamiento de las personas es multifactorial. Por una parte hay un agotamiento psicológico natural de estar confinado por tanto tiempo. No solo estás en la casa, sino que tampoco puedes ver a personas que son importantes en la vida. Los vínculos son muy relevantes en la vida", explicó Juan Reyes, psicólogo clínico.
El profesional agregó que "el juntarse con gente conocida a celebrar o conversar, salir a comer con amigos o la familia, para las personas es muy reforzante. Hay una ley muy básica en la psicología qué es que todo comportamiento que es reforzado tiende a repetirse, por lo mismo es algo muy simple lo que está ocurriendo", planteó.
El psicólogo citó que desde otra dimensión "claramente hay una percepción importante por parte de la población de que el riesgo ha disminuido y eso hace que por supuesto las personas sientan una sensación probablemente no muy real de seguridad, por lo mismo están saliendo y juntándose, pensando que están relativamente seguros. Ya comenzó a abrir todo, los restoranes, el comercio y la gente puede caminar sin permiso", complementó.
En la misma línea, Yhurka Yáñez, psicóloga de la UCN, que esta conducta de la población en plena pandemia responde a una necesidad innata de estar con otros y a visualizar que el mundo sigue funcionando. "Es común encontrar imágenes en las redes sociales de vuelos llenos de personas una al lado de la otra, playas y parques en los cuales se observa como si la pandemia ya hubiese llegado a su fin. A ello se suman las "alentadoras" noticias de que ya hay una o más vacunas y que pronto podrían estar disponibles, aunque ello pueda ser una falsa percepción, dado que depende aún de muchos factores, el problema no es reunirse, sino más bien el cómo reunirse", explicó.
Beneficios
Más allá del riesgo que implica reunirse a compartir con otras personas, la especialista sostiene que estas instancias de reunión, son evidentemente una gran ayuda para la salud mental de las personas que han estado expuestas a las restricciones de la pandemia.
"En relación a los sentimientos que aparecen tras los reencuentros, sin duda es altamente favorable, ya que el poder mirar a los ojos es algo que nada ni nadie lo puede reemplazar y eso permite una comunicación en otro plano, en el cual se puede transmitir calma, afecto, alegría, entre otros, por ejemplo y ello sin duda contribuye a la salud mental", indicó.
Por su parte, Diego Pérez, magíster en psicología clínica con mención en terapia sistémica, apuntó que el deseo de compartir y reunirse con otros responde a múltiples factores, principalmente a la necesidad gregaria e interpersonal de los humanos, que regulamos muchos aspectos al interactuar con otros.
"Se ha demostrado que la interacción social con seres queridos y/o redes de apoyo ayuda a disminuir el estrés y nos permite regular ciertos estados de angustia y ansiedad, sobre todo si va acompañado de contacto físico. Incluso vincularnos con otros se relaciona con la segregación de neurotransmisores como oxitocina, dopamina y serotonina, los cuales se vinculan con la regulación del ánimo, la colaboración, sentimiento de comunidad, entre otros. Desde este punto de vista, se entiende que las personas deseen reunirse, por estas necesidades y porque el confinamiento trajo como consecuencia en muchos casos, mayores niveles de ansiedad y depresión, que buscan la manera de ser amortiguados", aclaró el profesional.