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"Me gusta nuestra gente siempre acogedora"

ANTOFAGASTINIDAD. Magdalena Ortega Puebla, abogada y académica.
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Apenas tiene 26 años, pero Magdalena Paz Ortega Puebla, abogada de la PUC, es directora del Área Constitucional de IdeaPaís y profesora de Derecho Constitucional en su alma mater.

Apenas tiene 26 años, pero Magdalena Paz Ortega Puebla, abogada de la PUC, es directora del Área Constitucional de IdeaPaís y profesora de Derecho Constitucional en su alma mater.

Vive en Santiago, pero es hija de antofagastinos, así que su vinculación es extrema.

¿Dónde naciste y qué marcó tu infancia?

- Nací en Santiago, ya que mis padres criados en Antofagasta fueron a la Universidad en Santiago. Se reencontraron, se casaron y cuando nacieron los hijos, siempre nos inculcaron que éramos "antofagastinos". Por eso mi infancia estuvo marcada por venir a Antofagasta con mi familia, estar con mis abuelos y reencontrarnos con los amigos de toda la vida. Ahí mis abuelos me enseñaron las maravillas del desierto, la playa, Antofagasta y encontrar cangrejos en la arena (ríe).

¿Cuál es la principal enseñanza que te dejaron tus padres?

- ¡Difícil decir solo una! Sobre todo, porque hasta el día de hoy sigo aprendiendo de ellos. De mi padre aprendí a siempre dar lo mejor de mí misma y empujarme para lograr las metas y sueños por más lejanos que se vean. De mi madre aprendí, y sigo aprendiendo, de su infinita fortaleza y entereza para enfrentar los desafíos. Por sobre todo, de ambos aprendí la importancia de la familia y cuidar esos lazos.

¿Cómo llegaste a estudiar leyes?

- Lo único que tenía claro era que quería estudiar una carrera que me permitiera ayudar a las personas, y Leyes me pareció un gran desafío; nadie en mi familia es abogado y como mujer en una carrera tradicional. En los primeros años me marcó la búsqueda de la justicia, la posibilidad de ayudar a las personas y el impacto que es posible generar cuando tenemos vocación pública. Hoy en día como profesora, hago clases de lo que más me motivó por esas mismas razones: el Derecho Constitucional.

¿En qué tarea estás actualmente?

- Actualmente trabajo en IdeaPaís, un centro de estudios que promueve la formación de jóvenes y tiene vocación de impacto público desde propuestas institucionales. Ahí me desempeño como directora del Área Constitucional. Después del 18 de octubre, de días con tanta violencia inundando las calles, y el posterior acuerdo, sabíamos que había que estar a la altura del momento: empezar a generar contenido y dar espacio para las conversaciones tan necesarias en la sociedad civil, a lo largo del país. Por eso creamos esta nueva área que busca promover la idea de que las personas deben ser protagonistas de la discusión constitucional, de la importancia de descentralizar este debate, y también, el proponer un diseño institucional que reivindique la idea de que son las personas el motor de la sociedad, no el Estado. Ese es mi actual desafío.

¿Qué te gustaría que los demás supieran de ti?

- Que pueden contar con una persona jugada por la participación de todos en el proceso constitucional, creo que como ciudadanos tenemos un deber de estar al servicio en este momento tan importante y poner la prioridad en que esta discusión la tengamos todos como sociedad, por eso estamos por trabajar incansablemente.

Vives en Santiago, pero ¿qué significa para ti el Norte?

- Significa familia, hogar, cariño e historia de generaciones viviendo y aportando a la comunidad. Como ejemplo está mi abuelo materno, quien fue uno de los creadores del himno del colegio San Luis y también arquitecto de su preciosa capilla. Así como mi abuela materna fue una las fundadoras de la Clínica Antofagasta, y su marido trabajó toda su vida en el servicio público de Salud en Antofagasta. ¡La historia de mi familia y la historia de nuestro país que tan marcada ha estado por lo que acá ocurre! Por eso, también significa oportunidad, y si logramos descentralizar nuestro país, lo será para muchas más familias, estoy segura.

¿Cuál es el espacio de la región que más te gusta?

- ¡Qué difícil escoger uno! Quizás, lo que más me gusta es la inmensidad del desierto cuando te vas moviendo de un lugar a otro. Los diferentes colores que toman las montañas y cerros, o donde el desierto se encuentra con el mar, esto siempre me ha dejado impresionada. Pero, por sobre todo, me gusta nuestra gente siempre acogedora y resiliente con la crudeza de ese desierto inmenso.

¿Qué recomendarías para el reencuentro de los chilenos?

- Que volviéramos a escucharnos, reconocer en el otro a una persona con sus dolores y experiencias, y no a un enemigo, para ir al encuentro con el otro. Y también, que volvamos a tener vocación pública, el reencuentro depende de todos y cada uno de nosotros. Por eso, no nos podemos desatender de la realidad de las otras personas.

¿Qué debiéramos aprender las personas, que no enseñan en ninguna parte?

- Qué gran pregunta. Creo que es importante que las personas seamos conscientes de que vivimos con otros. Eso implica entender que somos responsables no sólo de nuestro destino, sino que también de las distintas comunidades de las que somos parte, y que nuestro bienestar y felicidad está naturalmente anclado al de los demás. Por eso, aprender a ponernos en el lugar del otro y trabajar juntos.